Este hallazgo no solo amplía el entendimiento sobre cómo evoluciona este tipo de cáncer, sino que también abre la puerta a posibles mejoras en su diagnóstico, tratamiento y pronóstico.
El osteosarcoma, es un tipo de cáncer óseo, aunque poco común y agresivo, afecta principalmente a niños y adolescentes, con una incidencia de solo cinco casos por cada millón de personas al año. Sin embargo, un nuevo estudio científico publicado en la revista Cell ha revelado un mecanismo genético clave que podría arrojar luz sobre la complejidad de esta enfermedad.
Esta enfermedad se caracteriza por ser una enfermedad genética que surge debido a mutaciones en el ADN, el código que regula el comportamiento de las células. El descubrimiento realizado por un equipo de científicos españoles, encabezado por Isidro Cortés Ciriano y Jose Espejo Valle-Inclán, muestra cómo el proceso de cromotripsis —un fenómeno descubierto en 2011— podría ser un factor central en la aparición de esta enfermedad.
La cromotripsis es un evento catastrófico en el que un cromosoma se rompe en pedazos y se reorganiza de manera caótica, un fenómeno que se observa en aproximadamente el 25% de los cánceres óseos.
"Los cromosomas están totalmente triturados y reorganizados de forma muy compleja. Hay cromosomas que son como Frankenstein, como si hubieran cortado muchos trozos de otros y los hubieran pegado de forma aberrante", describió Cortés Ciriano, bioinformático del Instituto Europeo de Bioinformática (Reino Unido).
El estudio también ha revelado una conexión con el gen TP53, conocido como el "guardián del genoma". En células sanas, este gen facilita la reparación del ADN dañado, evitando la aparición de cáncer.
Sin embargo, en los casos de osteosarcoma, cuando una de las copias de TP53 está mutada y la otra sufre un corte, se desencadenan reordenamientos cromosómicos extremos, lo que conduce a la formación de cromosomas aberrantes.
Cortés Ciriano señala que este mecanismo, denominado cromotripsis por pérdida-translocación-amplificación, es responsable de la complejidad observada en los osteosarcomas, y podría explicar la alta tasa de mutaciones en los tumores óseos.
En su estudio, los investigadores han analizado datos del Proyecto 100.000 Genomas, que secuenció el ADN completo de 85.000 pacientes. Usando una nueva metodología para observar fragmentos de tumores dispersos, han podido crear árboles genealógicos de las células cancerígenas, lo que ha permitido conocer mejor su evolución y el patrón de mutaciones adquiridas.
Este enfoque ha permitido a los investigadores descubrir que la cromotripsis no solo ocurre al inicio de la enfermedad, como se pensaba anteriormente, sino que se repite en múltiples grupos de células tumorales, un fenómeno observado en el 75% de los casos de osteosarcoma.
Este descubrimiento podría tener un gran impacto en el tratamiento del osteosarcoma, que actualmente requiere terapias agresivas como la quimioterapia y, en muchos casos, amputaciones.
Al entender mejor los mecanismos genéticos subyacentes, los científicos esperan desarrollar tratamientos más específicos y menos invasivos. Conocer el mecanismo ayudará a mejorar el pronóstico de los pacientes y a buscar nuevos fármacos, en una enfermedad que actualmente requiere tóxicas quimioterapias y, a menudo, amputaciones.
El bioquímico Óscar Fernández Capetillo, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, ha destacado el valor de este estudio, considerándolo un ejemplo sobresaliente de cómo la biología computacional puede iluminar los procesos mutacionales del cáncer. "Con las preguntas correctas, se puede sacar oro", afirmó, refiriéndose a los avances que este tipo de investigaciones promete traer a la medicina moderna.
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