Expertos advierten sobre los riesgos del exceso en festividades y ofrecen estrategias prácticas para mantener la salud sin renunciar a las celebraciones.
La temporada navideña representa un desafío particular para personas con condiciones crónicas como diabetes, hipertensión y obesidad. Entre parrandas, cenas familiares y eventos sociales, el exceso de comida, bebidas alcohólicas y la reducción de actividad física pueden desencadenar complicaciones serias de salud.
En una entrevista para la revista Medicina y Salud Pública, el Dr. Osvaldo Peña, nutriólogo dominicano, y la Lcda. Roxanna Tosca, presidenta del Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Puerto Rico, abordaron cómo los pacientes pueden disfrutar de las festividades sin comprometer su bienestar.
El Dr. Peña señaló que diciembre es precisamente cuando más deben cuidarse los pacientes, debido a la cantidad de invitaciones y eventos sociales. "Es inevitable que se coma y se beba más", reconoció el especialista, quien destacó que esto crea un círculo vicioso difícil de romper.
El nutriólogo explicó que muchos pacientes desconocen que el alcohol contiene calorías significativas y además estimula el apetito. "He tenido pacientes que se extrañan cuando les digo que el alcohol tiene calorías y muchas", comentó.
La Lcda. Tosca complementó esta visión señalando las características particulares de la región: "Básicamente somos del Caribe y estas festividades es como que nos desinhiben todavía aún más en lo que es la comida, la bebida, la fiesta y nos excedemos en consumo de carbohidratos simples, grasas, sodio".
Ambos especialistas coincidieron en que ni las cirugías bariátricas ni los medicamentos populares para bajar de peso son soluciones permanentes sin cambios profundos en el estilo de vida.
El Dr. Peña fue enfático sobre este punto: "La cirugía es a nivel gástrico, pero a nivel mental se queda todo igualito". Según el experto, muchos pacientes bariátricos regresan a su peso original o lo superan entre cuatro y cinco años después de la intervención por falta de acompañamiento psicológico y educación alimentaria.
La nutricionista puertorriqueña advirtió sobre un riesgo adicional del uso de medicamentos para pérdida de peso: "Entre los riesgos que vemos a utilizar estos medicamentos es la gran pérdida de masa muscular, entonces si perdemos masa muscular, mientras más masa muscular sabemos que más calorías quemamos".
Los expertos ofrecieron recomendaciones concretas para navegar la temporada sin excesos:
Porciones y combinaciones inteligentes: La Lcda. Tosca sugirió dividir los elementos del menú navideño tradicional. "Le digo a mis pacientes que dividan: te puedes comer el pastel con ensalada en una comida, y en la próxima el pernil con ensalada y guineos hervidos", explicó.
Comer antes de las celebraciones: El Dr. Peña recomienda ingerir algo temprano antes de eventos nocturnos. "Si cenan a las 10, 11 de la noche, con mucha hambre, van a comer el doble, muy rápido", advirtió. Su consejo es comer algo ligero previamente para evitar llegar con hambre excesiva a la cena principal.
Mantener la actividad física: Ambos coincidieron en la importancia del ejercicio, aunque desmitificaron la idea de largas sesiones en el gimnasio. "Más es menos", afirmó el Dr. Peña, señalando que entrenamientos concentrados que combinen cardio, fuerza muscular y estiramiento pueden ser más efectivos en menos tiempo.
La conversación reveló datos preocupantes sobre la salud en ambos países caribeños. La Lcda. Tosca señaló que en Puerto Rico existe "una alta tendencia a lo que es el síndrome metabólico", cuando se combinan sobrepeso, obesidad, hipertensión, dislipidemia y resistencia a la insulina.
El Dr. Peña compartió cifras alarmantes de República Dominicana: entre 4,500 y 5,000 personas en diálisis, y aproximadamente 7,000 amputaciones al año relacionadas con pie diabético. "Todo eso viene por consecuencia, muchas veces, de la obesidad, entonces viene la diabetes, viene el daño renal, viene el problema circulatorio", explicó.
Respecto a la hipertensión, la Lcda. Tosca la calificó como "el asesino silencioso", destacando que muchas personas descubren que son hipertensas solo durante ferias de salud o por un dolor de cabeza fuerte en el trabajo.
Ambos profesionales enfatizaron la importancia de la atención individualizada. El Dr. Peña reveló que continúa diseñando menús manuscritos para cada paciente. "No puedo tener una hoja ya impresa para todo el mundo", argumentó, explicando que debe considerar gustos personales, nivel económico, religión y otros factores culturales.
"El médico, en medicina decimos, pero me imagino que aplica a todas las profesiones, que el que solo medicina sabe, ni eso sabe", reflexionó el nutriólogo, quien considera fundamental enseñar a los pacientes sobre técnicas culinarias, manejo del estrés y hasta técnicas de relajación.
La Lcda. Tosca complementó esta visión destacando la necesidad de enseñar a leer etiquetas nutricionales correctamente y promover iniciativas como huertos caseros para facilitar el acceso a alimentos frescos, especialmente considerando que en Puerto Rico "comprar frutas y vegetales orgánicos es casi prohibitivo".
Un aspecto menos discutido pero igualmente crucial es la calidad del sueño. El Dr. Peña lo colocó al mismo nivel que la alimentación y el ejercicio: "El descanso es donde nos recuperamos y pasan muchas cosas muy buenas para el cuerpo, pero si no duermes tres, cuatro horas, aunque comas bien y hagas ejercicio, no vas a lograr tus metas".
Los expertos coincidieron en que el abordaje debe ser integral. "El manejo del paciente debe ser holístico, a todo nivel", concluyó el Dr. Peña, mencionando la importancia de manejar técnicas de respiración, relajación y otros aspectos del bienestar emocional.
La Lcda. Tosca cerró con un mensaje positivo: incluso en medio de las festividades, con planificación y conciencia, es posible disfrutar de las tradiciones navideñas sin sacrificar la salud. "Y al otro día moverse, ir a caminar, hacer ejercicio o en la misma fiesta navideña, poner un buen merengue y bailar", sugirió con optimismo.
El mensaje final es claro: la moderación, el conocimiento y el apoyo profesional personalizado son las herramientas más efectivas para que los pacientes con condiciones crónicas atraviesen las festividades sin poner en riesgo su salud.
