Existen avances terapéuticos y de investigación, incluyendo nuevas terapias con anticuerpos monoclonales que eliminan hasta el 80% de la proteína amiloide en un año, aunque requieren selección cuidadosa de pacientes.
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta enormemente la vida de quienes la padecen, pero también es un desafío para sus familias y cuidadores. La carga emocional, física y económica puede ser inmensa, lo que hace vital la concienciación y la educación sobre esta condición.
Durante una reciente entrevista de la Revista Medicina y Salud Pública, en el marco del Mes de concienciación sobre el alzhéimer, el doctor Christian Schenk, neurólogo, catedrático auxiliar e investigador de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico, mencionó que "la definición de esta condición no es fácil de establecer, ya que no es una enfermedad tradicional".
No obstante, profundizó que su origen se relaciona con la acumulación anormal de proteínas en el cerebro, explicando que "son estas placas de esta proteína que se llama amiloide, que se acumula en el cerebro en áreas específicas".
Este proceso neurodegenerativo, según el doctor Schenk, tiene consecuencias tanto directas como multifacéticas, ya que "produce daño neuronal y muerte de las neuronas en ciertas áreas del cerebro que influyen en muchas funciones, entre ellas, la parte cognitiva, como la de lo que puede ser problemas de memoria, problemas visuales, de juicio, pero también problemas de cambios de ánimo, cambios de personalidad y algunas veces hasta síntomas psiquiátricos pueden aparecer".
En cuanto a los tratamientos, el investigador manifestó un optimismo cauteloso, destacando que "ha habido una explosión de avances a la misma vez", mencionó que "el primer avance ha sido en entender la enfermedad, entender sus bases biológicas y ver dónde podemos modular o modificar ciertas áreas donde comienza la enfermedad y donde se prolonga".
Añadió que en segundo lugar, ha habido un gran avance en materia de prevención de alzhéimer. "Los factores de riesgo se han identificado y se han expandido hasta 14 factores, entre ellos, la baja escolaridad, el aislamiento social, la hipertensión, entre estos otros suman 14. Esto implica que hasta casi la mitad de las demencias por alzhéimer que encontramos en la población, son prevenibles si atacamos estos factores de riesgo".
No obstante, entre los progresos más significativos, se encuentran las nuevas terapias con anticuerpos monoclonales, las cuales son un enfoque totalmente nuevo. Estas terapias, detalló el neurólogo, "sí están dirigidas en contra de esa proteína amiloide que se acumula en el cerebro".
Sin embargo, su aplicación no es universal y requiere una selección minuciosa de los pacientes, pues "mientras mayor sea la edad, más amiloide tiene el cerebro".
Estás son muy efectivas en su objetivo principal, ya que "los que se han aprobado hasta ahora, en un año remueven casi 80% de la proteína que hay en el cerebro", aseguró el experto.
Sin ir más allá, el mensaje final más contundente de la entrevista fue dirigido en torno a la prevención. El doctor Schenk aseguró que el "40 a 45% de todos los casos de alzhéimer, son prevenibles o tienen muchos factores de riesgo que se pueden prevenir", para esto, el experto hizo algunas recomendaciones:
Dentro del espectro de riesgos modificables, llamó la atención sobre elementos particularmente significativos por su alta prevalencia poblacional. En referencia a los trastornos sensoriales, el neurólogo precisó que "la pérdida de audición no tratada, personas que podrían tener una mejor audición con algún dispositivo, eso es un factor de riesgo muy grande".
Complementariamente, agregó que "vista no tratada o pérdida de vista también es otro factor de riesgo", mencionando que es necesaria la estimulación sensorial integral para la salud cognitiva.
Añadió que "en Puerto Rico hay muchas familias que padecen de estas formas, donde tienen síntomas cognitivos antes de los 65 años de edad".
Por otro lado, en cuanto al componente nutricional, la evidencia señala mecanismos fisiopatológicos específicos. El investigador hizo hincapié en la relación entre microbiota intestinal y salud cerebral, explicando que " debe haber alto contenido de grasas buenas, como aceite de oliva, nueces y alto contenido de vegetales. Pues hay algunos estudios, donde encontraban que las personas que tenían más alzhéimer, tenían cierta flora intestinal distinguible de los demás", concluyó