El programa, único en Puerto Rico y con acreditación ininterrumpida, ha sido pionero en terapias innovadoras para condiciones complejas como epilepsia refractaria, atrofia muscular espinal y encefalitis autoinmune.
El Programa de Neurología Pediátrica de la Escuela de Medicina de Ciencias Médicas (RCM) celebra sus 20 años de trayectoria.
Fundado en 2005 por la visión de los doctores Jesús Vélez Borrás, Marisel Vázquez Correa y María Dávila Carlo, este programa nació para resolver una carencia crítica: En ese entonces, solo diez especialistas servían a toda la población pediátrica de la isla, y los médicos locales que querían formarse debían irse a los Estados Unidos.
Hoy, el programa, único en Puerto Rico, ha graduado a 15 neurólogos pediátricos con un impresionante récord del 100% de aprobación en su examen de certificación en el primer intento. De ellos, 14 ejercen en la isla, lo que ha multiplicado el acceso a servicios esenciales.
Su impacto se ve en las estadísticas y en la vanguardia de los tratamientos. El equipo docente, con sede en el Hospital Pediátrico Universitario, ha sido pionero en implementar terapias innovadoras para algunas de las condiciones más complejas, como la epilepsia refractaria, la atrofia muscular espinal y la encefalitis autoinmune.
La necesidad de esta especialidad es abrumadora y los datos lo confirman:
Esta demanda se traduce en una actividad clínica intensa. Solo en el último año, el programa realizó 125 clínicas especializadas, evaluó a 516 pacientes en consultorios ambulatorios y brindó 1,789 servicios hospitalarios.
La doctora Nerian Ortiz, Directora del Departamento de Pediatría, lo resume así: “Celebrar los 20 años del Programa de adiestramiento en Neurología Pediátrica, pionero en Puerto Rico, es reconocer décadas de compromiso con la excelencia académica, la atención especializada y la formación de profesionales que hoy transforman vidas. Esto reafirma nuestra misión de seguir impulsando el conocimiento y el bienestar neurológico de la población pediátrica tanto en Puerto Rico como en el Caribe que tanto lo necesita”.
Con su acreditación mantenida de forma ininterrumpida desde su fundación, el programa se consolida no como un logro del pasado, sino como una promesa esencial para el futuro de la salud infantil en la región.