Enfermedad renal crónica afectaría a 800 millones de personas y es vinculada con mayor riesgo cardíaco

Existe una conexión directa entre la enfermedad renal y los problemas cardiovasculares, siendo responsable de alrededor del 12% de las muertes por causas cardíacas, lo que exige un abordaje integral de ambas condiciones.

Katherine Ardila

    Enfermedad renal crónica afectaría a 800 millones de personas  y es vinculada con mayor riesgo cardíaco

    Un estudio global revela que la enfermedad renal crónica se ha convertido en una crisis de salud mundial de proporciones alarmantes. La investigación, publicada en The Lancet y dirigida por NYU Langone Health en colaboración con prestigiosas instituciones internacionales, muestra que los casos se han duplicado en sólo tres décadas, pasando de 378 millones de personas afectadas en 1990 a 788 millones en 2023.

    Este incremento sitúa por primera vez a la enfermedad renal entre las diez principales causas de muerte a nivel global, transformando lo que antes se consideraba un problema de salud especializado en una emergencia sanitaria de primer orden.

    El crecimiento y envejecimiento de la población mundial aparecen como factores clave detrás de esta expansión silenciosa.

    Impacto mortal y discapacitante

    Las cifras de mortalidad reflejan la gravedad de la situación: aproximadamente 1,5 millones de personas fallecieron a causa de esta condición en 2023, lo que representa un aumento de más del 6% desde 1993. 

    Pero el costo en vidas es solo parte de la historia: la enfermedad renal crónica se posicionó como la duodécima causa principal de disminución de la calidad de vida por discapacidad a nivel global.

    El profesor Josef Coresh, director del Instituto de Envejecimiento Óptimo de NYU Langone y coautor principal del estudio, alerta sobre la magnitud del problema: "Nuestro trabajo demuestra que la enfermedad renal crónica es común, mortal y se está convirtiendo en un grave problema de salud público". 

    El especialista enfatiza la necesidad de acción inmediata: "Estos hallazgos respaldan los esfuerzos por reconocer esta afección, junto con el cáncer, las enfermedades cardíacas y los problemas de salud mental, como una prioridad fundamental para los responsables políticos de todo el mundo".

    Conexión peligrosa con enfermedades cardiovasculares

    Uno de los hallazgos más significativos del estudio revela la estrecha relación entre la insuficiencia renal y las enfermedades cardíacas. La investigación demuestra que la enfermedad renal crónica constituye un factor de riesgo clave para las patologías cardiovasculares, contribuyendo a aproximadamente el 12% de la mortalidad cardiovascular mundial.

    Esta interconexión subraya la importancia de un abordaje integral que considere la salud renal como un componente fundamental de la salud cardiovascular general. Los riñones, cuando pierden gradualmente su capacidad para filtrar desechos y exceso de líquido de la sangre, desencadenan una cascada de problemas que afectan múltiples sistemas orgánicos.

    Factores de riesgo y desigualdad en el tratamiento

    La investigación identifica los principales factores de riesgo para el desarrollo de enfermedad renal crónica: la hiperglucemia, la hipertensión arterial y un índice de masa corporal elevado. Estos elementos, frecuentemente asociados con estilos de vida modernos, explican en parte la expansión global de la condición.

    Sin embargo, el acceso al tratamiento presenta profundas disparidades. Morgan Grams, catedrática de NYU Langone Health y coautora principal del estudio, señala que "La enfermedad renal crónica está infradiagnosticada e infratratada". 

    La especialista agrega que "Nuestro informe subraya la necesidad de realizar más pruebas de orina para detectarla precozmente y de garantizar que los pacientes puedan costear y acceder al tratamiento una vez diagnosticados".

    Esta desigualdad se hace particularmente evidente en regiones como África subsahariana, el sudeste asiático y América Latina, donde relativamente pocas personas reciben diálisis o trasplantes de riñón, principalmente debido a limitaciones económicas y de infraestructura sanitaria.

    Esperanza en el horizonte terapéutico

    A pesar del panorama preocupante, la investigación identifica oportunidades para cambiar el curso de esta epidemia. La mayoría de las personas con enfermedad renal crónica se encuentran en las primeras etapas de la enfermedad, donde un tratamiento rápido con medicamentos y cambios en el estilo de vida puede evitar la necesidad de intervenciones más drásticas y costosas.

    Grams destaca avances esperanzadores: en los últimos cinco años se han comercializado nuevos medicamentos que pueden ralentizar la progresión de la enfermedad renal y reducir el riesgo de infarto, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardíaca. No obstante, advierte que se necesitará tiempo para observar mejoras a nivel global.

    La Organización Mundial de la Salud ha respondido a esta creciente crisis incluyendo formalmente en mayo de 2025 a la enfermedad renal crónica en su agenda para reducir en un tercio las muertes prematuras por enfermedades no contagiosas antes de 2030.

    Este estudio, realizado como parte del análisis Carga Mundial de Morbilidad 2023 -el esfuerzo más exhaustivo del mundo para monitorear la pérdida de salud- se basa en el análisis de 2.230 artículos de investigación y conjuntos de datos nacionales de salud en 133 países, constituyendo la estimación más completa de la enfermedad en casi una década.

    Los investigadores concluyen que, dado que la enfermedad renal crónica no se estudia lo suficiente, podría ser incluso más común de lo que sugieren los resultados actuales, por lo que es urgente implementar estrategias globales de detección temprana y tratamiento accesible.



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