Trabajar de noche podría aumentar el riesgo de cálculos renales, advierte estudio

Estudio revela que quienes laboran en turnos nocturnos presentan hasta un 22% más de probabilidades de desarrollar cálculos renales.

Laura Guio

    Trabajar de noche podría aumentar el riesgo de cálculos renales, advierte estudio

    Las personas que trabajan fuera del horario tradicional de 9 a 5 enfrentan un aumento del 15 % en el riesgo de desarrollar cálculos renales, según un análisis de más de 220.000 participantes del Biobanco del Reino Unido.

    El riesgo se eleva aún más —hasta un 22 %— en aquellos que laboran regularmente durante la noche, indica el estudio liderado por el epidemiólogo Yin Yang, de la Universidad Sun Yat-sen en China.

    "Los hallazgos no solo sugieren que el trabajo por turnos debe considerarse un factor de riesgo para los cálculos renales, sino que enfatizan la necesidad de promover estilos de vida saludables", señaló Yang.

    ¿Qué son y por qué se forman los cálculos renales?

    Los cálculos renales, también conocidos como litiasis renal o piedras en el riñón, son depósitos duros compuestos por minerales y sales que se acumulan en el sistema urinario. 

    Su formación ocurre cuando la orina contiene altas concentraciones de sustancias como calcio, oxalato o ácido úrico, que se cristalizan y se agrupan formando pequeñas masas sólidas.

    Estos cálculos pueden variar en tamaño —desde un grano de arena hasta una piedra de varios milímetros— y, dependiendo de su ubicación, pueden permanecer en el riñón o desplazarse hacia los uréteres, los conductos que transportan la orina hacia la vejiga. 

    Cuando esto ocurre, el dolor puede ser intenso y repentino, localizado en el costado o la espalda baja, irradiándose hacia el abdomen o la ingle. Además del dolor, otros síntomas incluyen sangre en la orina, náuseas, vómito, fiebre o dificultad para orinar.

    Factores que elevan el riesgo

    Además del trabajo por turnos, los investigadores identificaron otros factores asociados: fumar, dormir mal, poca actividad física, bajo consumo de líquidos y un índice de masa corporal (IMC) elevado.

    Knauf explicó que la alteración del reloj biológico —que regula funciones como el equilibrio hídrico y la química corporal— puede ser clave en la formación de estos cálculos.

    "El trabajo nocturno interrumpe los ritmos circadianos, y esto podría contribuir al aumento de casos", precisó.

    Promover hábitos saludables entre los trabajadores por turnos

    Los especialistas coinciden en que prevenir la formación de cálculos renales entre los trabajadores por turnos implica acciones integrales de salud, tanto a nivel individual como organizacional.

    Una de las medidas más importantes es mantener una hidratación adecuada. Beber entre 2 y 3 litros de agua al día, dependiendo del nivel de actividad física y del clima, ayuda a diluir las sustancias que podrían formar cristales en la orina.

    También se recomienda mantener un peso corporal saludable y evitar los periodos prolongados de sedentarismo, comunes en trabajos de oficina o vigilancia nocturna. Realizar pausas activas, caminar o estirarse cada cierto tiempo puede favorecer la circulación y la función renal.

    El descanso regular y reparador es otro pilar clave. Dormir entre siete y ocho horas en horarios consistentes —aunque el turno sea nocturno— ayuda a preservar los ritmos circadianos, que regulan funciones hormonales y metabólicas esenciales, incluyendo la gestión del equilibrio hídrico en el cuerpo.

    La alimentación también juega un papel central. Una dieta baja en sodio, con moderación en el consumo de proteínas animales y rica en frutas, verduras y cereales integrales, puede reducir la posibilidad de que se formen cálculos. Evitar el exceso de bebidas azucaradas y gaseosas es igualmente importante.




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