OMS recomienda inyección preventiva contra el VIH en medio de crisis global de financiamiento

Una sola inyección de lenacapavir cada seis meses puede prevenir el VIH, sin embargo, su alcance podría quedar fuera del alcance de millones de personas por falta de financiamiento.

Katherine Ardila

    OMS recomienda inyección preventiva contra el VIH en medio de crisis global de financiamiento

    En un momento crítico para la lucha contra el VIH/SIDA, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado un paso decisivo al recomendar formalmente la inclusión del lenacapavir, un tratamiento inyectable de acción prolongada, en las estrategias globales de prevención. 

    Esta decisión, anunciada durante la Conferencia Internacional sobre el SIDA en Kigali (Ruanda), llega apenas un mes después de que la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) aprobara este medicamento como profilaxis semestral.  

    Cabe destacar que el lenacapavir no es una novedad absoluta: en 2022 ya había sido autorizado para tratar infecciones por VIH, pero los recientes ensayos clínicos demostraron su eficacia preventiva "casi total", según los datos presentados. 

    La Dra. Meg Doherty, directora del Departamento de Programas Globales de VIH de la OMS, explicó:  

    "La primera recomendación es ofrecer lenacapavir, un inyectable de acción prolongada, como una opción de prevención adicional para las personas en riesgo de contraer el VIH y como parte de la prevención combinada. Por lo tanto, la consideramos una recomendación firme con una certeza de la evidencia moderada a alta".  

    Este avance se complementa con una segunda recomendación igualmente importante: la utilización de pruebas rápidas de diagnóstico, incluyendo las pruebas caseras, para monitorear la efectividad de los tratamientos preventivos.  

    El acceso: entre la innovación y las barreras económicas

    Si bien el anuncio es un gran avance, su implementación práctica enfrenta desafíos monumentales, particularmente en lo que respecta al acceso equitativo y la financiación sostenible. 

    Actualmente, el lenacapavir solo ha recibido aprobación formal para prevención en Estados Unidos, donde su precio de lista anual ronda los $28,218 dólares, según la farmacéutica Gilead Sciences.  

    No obstante, hay un rayo de esperanza para los países más afectados. Recientemente, Gilead Sciences estableció un acuerdo histórico con el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, comprometiéndose a suministrar el medicamento sin fines de lucro en naciones de ingresos bajos y medios. 

    Peter Sands, director ejecutivo del Fondo Mundial, enfatizó el potencial transformador de este acuerdo, pero advirtió sobre los obstáculos:  

    "Nuestra ambición es llegar a 2 millones de personas con PrEP de acción prolongada. Pero solo podremos lograrlo si el mundo aporta los recursos necesarios. Este es un momento crucial, no solo para la lucha contra el VIH, sino también para el principio fundamental de que las innovaciones que salvan vidas deben llegar a quienes más las necesitan, sean quienes sean y vivan donde vivan".  

    Paradójicamente, este avance llega en un momento de crisis financiera para los programas globales de VIH. Según datos de ONUSIDA, la asistencia internacional cubre actualmente el 80% de los programas de prevención en países de bajos recursos, pero los recientes recortes estadounidenses están generando un efecto dominó catastrófico.  

    Los estragos de los recortes de financiamiento

    La situación actual del financiamiento para la lucha contra el VIH/SIDA puede describirse, sin exageración, como una emergencia de salud pública global. Mary Mahy, directora de Datos para el Impacto de ONUSIDA, presentó cifras alarmantes durante una reciente conferencia de prensa:  

    "Si no se repone la financiación del PEPFAR, prevemos aproximadamente 4 millones de muertes adicionales entre 2025 y 2029, y otros 6 millones de nuevas infecciones".  

    Los datos concretos ya muestran el impacto devastador de estos recortes. En Nigeria, el número de personas que recibieron al menos una dosis de PrEP cayó de 40,000 a menos de 7,000 entre finales de 2024 y abril de 2025. Casos similares se registran en Kenia, donde el tratamiento para prevenir la transmisión vertical (de madre a hijo) se redujo en más del 90% en el mismo período.  

    Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA, no dudó en calificar la situación con términos contundentes:  

    "Esto no es solo un déficit de financiación, sino una bomba de tiempo. Hemos visto desaparecer servicios de la noche a la mañana. El personal sanitario ha sido enviado a casa. Y las personas, especialmente los niños y las poblaciones clave, están siendo expulsadas de la atención médica".  

    El panorama actual es una contradicción: mientras la ciencia ofrece soluciones más efectivas que nunca (como el lenacapavir), los sistemas de salud enfrentan restricciones financieras. 

    La comunidad internacional se encuentra en una encrucijada donde las decisiones políticas determinarán si se capitalizan estos avances médicos o se permite un retroceso devastador en la lucha contra el VIH/SIDA.  

    Como señala Byanyima, aún hay esperanza, pero el margen de acción se reduce día a día: "Aún hay tiempo para convertir esta crisis en una oportunidad. Los países están intensificando su apoyo con fondos nacionales. Las comunidades están demostrando lo que funciona. Ahora necesitamos una solidaridad global que esté a la altura de su valentía y resiliencia".  



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