El embarazo heterotópico tiende a ser sintomático en el primer trimestre del embarazo, normalmente entre las semanas 5 y 10 de gestación, y los síntomas clínicos se asemejan a los del embarazo ectópico.
Una mujer somalí de 22 años, en su décima semana de gestación, acudió con dolor abdominal bajo y vómitos persistentes, síntomas que se intensificaron en los últimos dos días. La paciente tenía antecedentes de mutilación genital femenina a los 7 años, sin historial de enfermedades crónicas, ETS o infecciones pélvicas.
En la evaluación física presentaba signos de irritación peritoneal, taquicardia (110 lpm), presión arterial baja (100/60 mmHg) y palidez conjuntival. La ecografía inicial reveló un embarazo intrauterino viable de 10 semanas y una masa anexial derecha de 6×6 cm, con líquido libre en el fondo de saco.
Se sospechó un quiste ovárico hemorrágico roto, pero una segunda evaluación confirmó el diagnóstico de gestación heterotópica: embarazo intrauterino viable junto a un embarazo ectópico tubárico roto.
Con un hematocrito descendente (de 32.6% a 23.6%) y hemoperitoneo, se decidió realizar una laparotomía exploratoria de urgencia, donde se identificó una ruptura tubárica derecha con hemorragia activa y se realizó una salpingectomía derecha. La pérdida sanguínea estimada fue de 1000 ml. El análisis histopatológico confirmó el embarazo ectópico.
La paciente se recuperó favorablemente tras la cirugía y continuó con controles prenatales. El embarazo intrauterino se llevó a término sin complicaciones, con parto vaginal espontáneo de una recién nacida de 3000 g y Apgar de 8/9. Fue dada de alta con seguimiento en clínica de planificación familiar y pediatría.
Es una afección obstétrica poco frecuente en la que se producen al menos dos embarazos simultáneos en diferentes lugares de implantación, con una prevalencia de 1 entre 30 000 en la concepción natural y de aproximadamente 1 entre 100 en la reproducción asistida o in vitro. Por lo general, se manifiesta como embarazos intrauterinos y extrauterinos (ectópicos) simultáneos.
El lugar ectópico más común es la trompa de Falopio, tanto en los embarazos heterotópicos espontáneos como en los asistidos. El segundo lugar más común es la cornual, mientras que el cuello uterino, el ovario y el HP abdominal son extremadamente raros.
Los factores predisponentes incluyen la edad temprana de inicio de las relaciones sexuales, el aumento de la edad materna, las parejas sexuales múltiples, las infecciones pélvicas, los antecedentes de infertilidad y el uso de medicamentos para la fertilidad, los embarazos ectópicos previos y las cirugías pélvicas previas, como la mutilación genital femenina (MGF).
Según los autores (Areys et al) en este caso, no se identificó ningún factor de riesgo importante aparte de la mutilación genital femenina, un factor poco frecuente que podría predisponer a la paciente a infecciones pélvicas recurrentes y/o embarazos ectópicos.
La HP tiende a ser sintomática en el primer trimestre del embarazo, normalmente entre las semanas 5 y 10 de gestación, y los síntomas clínicos se asemejan a los del embarazo ectópico.
Sin embargo, en ocasiones puede permanecer asintomática en el segundo y tercer trimestre del HP. Lamentablemente, cuando la paciente presenta síntomas, la ruptura ya se ha producido. En este caso, la paciente presentaba dolor abdominal bajo, vómitos, sensibilidad abdominal generalizada, defensa muscular y plenitud suprapúbica, sin signos de shock hipovolémico.
Si bien la laparoscopia diagnóstica con visualización directa sigue siendo el método de referencia, la ecografía Doppler transvaginal es la alternativa no invasiva preferida, con una sensibilidad y especificidad del 84 % y el 98 %, respectivamente.
Según la literatura médica, el uso de la ecografía transabdominal aumenta la sensibilidad para el diagnóstico de un embarazo ectópico del 53 % al 73 %. Una ecografía Doppler transabdominal mostrará un aumento del flujo sanguíneo caracterizado por un patrón de fuego de alta velocidad en la masa anexial. En este caso, el diagnóstico se realizó mediante ecografía transabdominal, que mostró un aumento del flujo sanguíneo.