Norovirus: Cómo se transmite, cuáles son los síntomas y cómo prevenirlo

Altamente contagioso, el norovirus puede causar diarrea, vómitos y dolor abdominal entre 12 y 48 horas después de la exposición.

Laura Guio

    Norovirus: Cómo se transmite, cuáles son los síntomas y cómo prevenirlo

    El norovirus, conocido como la principal causa de gastroenteritis viral a nivel mundial, es un enemigo invisible que se transmite con facilidad. 

    Puede contagiarse a través de alimentos o agua contaminados, superficies infectadas o por contacto cercano con una persona enferma. Brotes masivos suelen ocurrir en hospitales, guarderías, escuelas, cruceros y residencias de ancianos, donde la cercanía facilita la propagación.

    Síntomas que aparecen de golpe

    Las señales de la infección suelen aparecer entre 12 y 48 horas después de la exposición y duran de uno a tres días. Entre los síntomas más frecuentes están:

    • Náuseas y vómitos intensos

    • Diarrea líquida o blanda

    • Dolor o calambres abdominales

    • Fiebre ligera

    • Malestar general y dolores musculares

    Aunque muchas personas se recuperan rápidamente, otras continúan eliminando el virus en las heces durante semanas, lo que mantiene el riesgo de contagio.

    ¿Cómo se diagnostica?

    La infección por norovirus suele diagnosticarse en función de los síntomas clínicos que presenta el paciente. Sin embargo, cuando se requiere confirmación, los norovirus pueden identificarse a partir de una muestra de heces.

    Los proveedores de atención médica podrían recomendar un análisis de heces para confirmar la presencia del norovirus en casos particulares, especialmente en pacientes con el sistema inmunitario debilitado o que padecen otras afecciones médicas que complican el cuadro clínico.

    Tratamiento

    No existe un tratamiento específico para combatir la infección por norovirus. La recuperación depende principalmente de la capacidad del sistema inmunitario de cada persona, y en la mayoría de los casos, la enfermedad se resuelve espontáneamente en unos días.

    El pilar fundamental del manejo clínico es reemplazar los líquidos perdidos a través de los vómitos y la diarrea. Se pueden utilizar soluciones de rehidratación oral, diseñadas específicamente para reponer electrolitos y líquidos de manera equilibrada.

     En casos donde el paciente no puede beber suficiente líquido para evitar la deshidratación, puede ser necesario administrar líquidos por vía intravenosa en un centro médico.

    Los proveedores de atención médica pueden recomendar medicamentos antidiarreicos de venta libre y medicamentos para reducir las náuseas, aunque estos tratamientos son sintomáticos y no eliminan el virus.

    Autocuidados durante la enfermedad

    Para las familias con niños pequeños, los expertos recomiendan tener a mano soluciones de rehidratación oral de distribución comercial. Los adultos pueden optar por bebidas deportivas, consomés o soluciones de rehidratación oral especializadas.

    Es importante evitar bebidas que contienen mucho azúcar, como refrescos y algunos jugos de fruta, ya que pueden empeorar la diarrea. También se debe evitar el consumo de bebidas con cafeína y alcohol durante la enfermedad.

    En cuanto a la alimentación, se recomienda volver a comer de manera gradual. Los pacientes pueden intentar consumir pequeñas cantidades de alimentos con frecuencia si experimentan náuseas.

    Durante los primeros días, es fundamental evitar los productos lácteos y derivados de la leche, la cafeína, el alcohol, la nicotina y los alimentos grasos o muy condimentados.

    ¿Cómo prevenir el contagio?

    Los expertos insisten en medidas simples pero efectivas:

    • Lavarse bien las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos.

    • Desinfectar superficies contaminadas con cloro.

    • Lavar frutas y verduras antes de consumirlas.

    • Cocinar completamente los mariscos.

    • Evitar manipular alimentos durante la enfermedad y hasta tres días después de la recuperación.

    • Usar guantes y bolsas plásticas para desechar vómito o heces de forma segura.

    Aunque el norovirus rara vez resulta mortal, su capacidad de propagarse rápidamente lo convierte en un desafío de salud pública, especialmente en entornos donde conviven muchas personas. 


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