Alarma en escuelas de Puerto Rico por aumento de enfermedades de transmisión sexual en jóvenes

Con alrededor de 400 jóvenes diagnosticados con ETS, incluyendo clamidia, gonorrea y sífilis, Vieques ha emergido como una de las áreas más afectadas.

Ivana Gonzalez Arroyo

    Alarma en escuelas de Puerto Rico por aumento de enfermedades de transmisión sexual en jóvenes

    José Corsino, alcalde de la isla municipio de Vieques, expresó su preocupación a la revista MSP por la alta incidencia de contagios de enfermedades de transmisión sexual (ETS) y destacó que han estado implementando campañas educativas, además de distribuir preservativos para prevenir el contagio. 

    Añadió que la causa de este aumento podría estar relacionada con la dinámica social y la falta de medidas de seguridad e higiene adoptadas por los jóvenes.

    Las enfermedades de transmisión sexual están teniendo un impacto a nivel mundial. En la región de las Américas, se registró un aumento del 30% en estas enfermedades, específicamente en casos de sífilis, entre 2020 y 2022, según confirmó la doctora Cruz María Nazario, epidemióloga. "Se estima que más de 8 millones de personas, entre las edades de 15 a 49 años, contrajeron sífilis en 2022 en la región de las Américas. Estamos hablando de un problema de salud pública de enorme importancia", explicó Cruz.

    Cruz destacó la importancia de abordar este problema de manera proactiva. Más allá de alarmarse, subrayó la necesidad de tomar medidas para mitigar y educar sobre la prevención de las ETS. La Organización Mundial de la Salud ha afirmado que estas enfermedades son prevenibles mediante educación, acceso a servicios de salud, tratamientos adecuados y un sistema de diagnóstico más accesible.

    "Yo prefiero, a pesar de mi edad, considerar que la actividad sexual es completamente normal. No es que los jóvenes están buscando actividades inapropiadas para ellos. El problema es que no podemos resolver esta situación simplemente yendo un día a las escuelas y repartiendo condones", mencionó Cruz. 

    Educación sexual continua y de calidad

    En lugar de soluciones puntuales, la especialista sostuvo que una educación sexual integral va más allá de las actividades en las escuelas superiores. Esta educación debe enfocarse en los riesgos de las enfermedades transmitidas por contacto sexual y debe ser parte de un enfoque más amplio. En este sentido, es necesario una evaluación más profunda para identificar los errores actuales y comprender el origen del aumento en los casos, así como las razones detrás de la actividad sexual en sí.

    Durante el huracán María, los estudiantes de la Escuela de Salud Pública que no tenían dónde hospedarse se refugiaron en el recinto. La especialista mencionó que, además de proporcionarles alimentos y artículos de necesidad, también se les ofrecieron condones, los cuales se utilizaron más rápidamente que los otros suministros. Por ello, Cruz destacó que, aunque la actividad sexual es normal en los jóvenes, la educación sobre el tema debe ser igualmente normativa y constante.

    Cruz también observó que las instituciones educativas suelen adoptar una postura conservadora en torno a la actividad sexual. 

    "Hablé con maestras de Vieques y me enteré de que se repartieron condones un día, pero la persona encargada de la educación en salud en las escuelas es bastante conservadora", añadió. Según Cruz, el enfoque predominante en el sistema educativo es promover la abstinencia.

    Abordaje sin tabúes

    El Departamento de Educación ha afirmado que el tema de la actividad sexual ya no es un tabú en las escuelas. Sin embargo, la doctora Cruz explicó que este tabú persiste.

    "Los profesores que imparten las clases de educación en salud ni siquiera se atreven a hablarles abiertamente a los estudiantes sobre estos temas", comentó Cruz.

    En Puerto Rico, los jóvenes de entre 15 y 19 años representan solo el 6% de los casos de enfermedades infecciosas de transmisión sexual, mientras que el 36% corresponde a personas de 20 a 29 años. Según Cruz, esto se debe a que, a esta edad, la actividad sexual debería ser saludable, aceptada como parte integral de la vida. 

    "Los jóvenes que están fuera de la escuela no tendrán acceso a la educación adecuada y, en muchos casos, lo que reciben en las escuelas no es suficiente o no está bien adaptado para ellos", enfatizó.

    La sociedad como influencia

    El acceso a redes sociales y contenido altamente explícito es una de las razones por las que el mensaje sobre la sexualidad llega de manera errónea. La doctora Cruz María Nazario explicó: 

    "Ellos viven en la calle. Así que, cuando salen, si no tienen una buena educación ni el conocimiento adecuado, harán lo que creen que es correcto. Piensan que no pasará nada si hacen tal o cual cosa que les dice un amigo o alguien que no sabe nada."

    Estrategias para la prevención de enfermedades de transmisión sexual

    Para cumplir el objetivo de brindar a los jóvenes una educación sexual de calidad y que se adapte a su realidad, es necesario que las escuelas cuenten con educadores especializados en conducta humana.

    "No basta con que un maestro solo haya tomado algunas clases; no puede quedarse con sus miedos, tabúes y prejuicios," explicó. Asimismo, los currículos escolares, tanto en la educación pública como en la privada, deben ser revisados, ya que los estudiantes están en constante exposición a información y, por lo tanto, necesitan una educación adecuada y detallada.

    Comunicar los riesgos de manera efectiva es crucial. La herramienta educativa debe adaptarse al grupo de riesgo, explicó la doctora. "Debemos hablarles en un lenguaje que entiendan, utilizando un vocabulario moderno y accesible. El programa que estás llevando a cabo puede ser un punto de partida para que el Departamento de Salud evalúe y mejore sus currículos. No podemos culpar a los jóvenes si la educación que reciben no es la adecuada," añadió.

    Cruz recomendó que la clave es adoptar un enfoque realista y educativo. Es fundamental adaptarse a los cambios y asegurar que la comunicación sea relevante para las nuevas generaciones. Destacó que considerar la abstinencia como la única solución no es realista ni efectiva.



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