La prevalencia de los trastornos de conducta alimentaria (TCA) es del 30% en las mujeres.
Los trastornos alimenticios son enfermedades crónicas, principalmente, alteraciones psiquiátricas que se presentan más que todo en el sexo femenino y lo más frecuente es que comienzan en la adolescencia o adultez joven. En exclusiva para la revista de Medicina y Salud Pública la Dra. Andrea Mosquera Piñeros, nutricionista clínica en Colsanitas - Bogotá afirmó que “la prevalencia realmente es más o menos de un 30% de las mujeres y es importante tener un diagnóstico o una intervención muy temprana”.
Los trastornos de conducta alimentaria (TCA) se dividen en subtipos, los cuales se caracterizan por una conducta alterada frente a la ingesta alimentaria oa la aparición de comportamientos para controlar el peso. La especialista comentó que cuando una persona tiene algún tipo de TCA, puede que desencadene diferentes situaciones.
Anorexia: consiste en una restricción absoluta del consumo de alimentos, existe un temor a subir de peso por la imagen corporal.
Bulimia: es un trastorno donde la paciente come o se alimenta, pero después experimenta carga de conciencia; se sabe que tiene la oportunidad de eliminarlo del cuerpo a través de la inducción del vómito, uso de laxantes y diuréticos, los cuales repercuten en el deterioro de la salud.
El trastorno en la gestión de alimentos no especificado: hace considerar a los tipos anteriores de TCA.
Hay diferentes factores que llevan a las mujeres a sufrir algún tipo de avance de la conducta alimentaria, entre ellos está el factor hereditario, el desencadenante, de continuidad y el sociocultural. Para ello, la Dra Mosquera explicó en qué consiste cada uno:
Factores hereditarios: cuando se es demasiado obsesivo, ya sea con el estudio, trabajo, en casa, etc. y es un componente genético que pasa esa información.
Factores desencadenantes: dietas extremas, experiencias traumáticas con el cuerpo, crisis familiares y el bullying.
Factores de continuidad: cuando se ha tenido problemas de alimentacion desde pequeno.
Factores socioculturales: los estereotipos que han encasillado a la mujer en la sociedad.
“La consulta con el nutricionista para las personas con TCA es muy exhausta, porque al momento de hacer el examen nutricional sí o sí, hay que pesar al paciente y esa es una de las cosas que más le generan temor y angustia” asegura la experta.
TCA como respuesta a estereotipos sociales
En la época actual, con el impacto que han tenido las redes sociales socialmente es más probable que una mujer esté influenciada a mostrar una imagen falsa de sí misma y muchas de ellas recurren a las prácticas de las dietas restrictivas que salen de moda.
La Dra. Mosquera hace énfasis en que “hay personas que no están capacitadas o que no tienen la formación suficiente y se ponen a dar consejos dietéticos.Realmente hay que tener en cuenta que un plan de alimentación debe tener las características clínicas del paciente, los requerimientos nutricionales y si hay otra patología adicional”
Además, la especialista resalta que hacer dieta no es cerrar por cerrado, porque el impacto metabólico que se genera en el organismo es bastante riesgoso. Así como el ejercicio extremo, los batidos y pastillas milagrosas o adelgazantes se terminan convirtiendo en una psicosis para el paciente y generan un daño que a veces es incontrolable.
“Es importante que las personas sepan que el hecho de hacer dieta no está bien, comenzando porque dieta es una palabra que lleva al paciente a castigarse. Hay que estimular el estilo de vida saludable, tener buenos hábitos de alimentación y complementarlos con ejercicio adecuado”.
Los TCA requieren tratamiento multidisciplinario
Es un equipo conformado por un psiquiatra, psicólogo y nutricionista. Nos enfocamos en un manejo integral, porque el TCA no solo se controla en la parte alimenticia, sino que se controla también el trastorno psiquiátrico que puede tener el paciente. “Son pacientes que tienen un manejo bastante especializado y muy fino, para que ellos puedan soltarse”, aseguró.
Por lo general, las intervenciones por parte de los profesionales, se realizan en pacientes entre los 12 y 30 años de edad, sin embargo, después del tratamiento, estas personas deben tener un buen control psiquiátrico, ya que pueden llegar incluso a los 50 años con el TCA si no ha sido intervenido adecuadamente.
“De manera que es mejor manejar una intervención temprana y no hacer una corrección tardía, porque puede tener implicaciones en la salud muchísimo más importante”, concluyó la especialista.