Según el Departamento de Salud, el porcentaje de nacimientos vivos por cesárea fue de 46.3 % y 46.1 % para el año 2015
Pese a la contracción en el número de nacimientos en Puerto Rico, el País continúa posicionándose entre los países con mayor alta de nacimientos por cesárea, aseguró a Medicina y Salud Pública (MSP) el doctor Alberto de la Vega, ginecólogo obstetra y catedrático del Recinto de Ciencias Médicas.
“En Latinoamérica en particular y en el Caribe es un centro donde se realizan más cesáreas que en muchas partes del mundo. No somos los únicos afectados, países como la República Dominicana tienen tasas de cesáreas altísimas. Se ha tratado de buscar explicaciones por todos lados, y no hay una sola razón. Son un sinnúmero de razones que se agrupan y una a la otra contribuyen (para que esto ocurra)”, explicó.
“Las cesáreas en Puerto Rico tomaron auge con la llegada de la Reforma de Salud. Antes de eso, la mayoría de la población de mujeres en un 70% daba a luz en hospitales públicos. Cuando el volumen de pacientes comienza a moverse hacia el sector privado, comienza a aumentar dramáticamente la tasa de cesáreas”, estableció.
Relató que precisamente el número de cesáreas -aunque no ofreció una estadística específica- se ve influenciado por la carga del especialista en hospitales privado, donde tiene ante sí el manejo directo de las pacientes, su equipo de trabajo y se le suman los partos a los que debe asistir, y la espera precisamente del tiempo que toma a una mujer dar a luz puede influir precisamente en la decisión de realizar un parto por cesárea.
Contrario al médico de hospital público, que cada ciertas horas es sustituido por un médico de turno que atenderá posiblemente el parto que se presente durante su labor.
“Eso es uno de muchos elementos, por eso vemos que muchas razones por las cuales se hacen cesáreas no son por razones médicas, precisamente por eso hay tantas demandas por cesáreas a nivel de obstetricia. Hace unos años publiqué un estudio donde vimos que más del 60% de las demandas eran por partos, a pesar de que la mayoría de los partos no eran vaginales. En otras palabras, que ese grupo de mujeres que parían vaginalmente surgían más demandas que en el grupo de mujeres que daba a luz por cesárea”, aseguró.
Recalcó que las cesáreas conllevan un aumento en el riesgo de contraer infecciones, sangrado, de complicaciones asociadas a la anestesia, embolias pulmonares, entre otras, incluyendo que a largo plazo se tengan problemas de desprendimiento de la placenta.
En embarazos de adolescentes, aunque en la medida de lo posible se espera un parto vaginal, las adolescentes tienen un mayor riesgo de complicaciones y por ello, se refleja aún más, un aumento en las tasas de cesárea.
Obesidad y cesárea
De otra parte, señaló el riesgo que continúa siendo la obesidad para optar por la cesárea en mujeres mórbidas y la repercusión de esta enfermedad sobre el bebé, pues puede provocar que nazca más grande de los parámetros normales.
“Si nos comparan con Cuba, República Dominicana, somos muchos más obesos por mucho. El medicamento que se conoce como prostaglandina, el cual tiene un efecto sobre el útero de provocar contracciones y contrario a la oxitocina o pitocina, trabaja mejor y más efectivamente, eso ha permitido que muchos médicos empiecen a inducir a las pacientes porque no quieren esperar a que llegue de parto. Claro, puede ser por una condición médica como una diabetes o hipertensión descontrolada y tiene unas indicaciones, pero muchos pacientes, sobre todo en la práctica privada, son inducidos electivamente”, expuso el especialista.
¿Qué hacer para reducir las tasas?
De acuerdo con el doctor de la Vega, se pueden adelantar diferentes esfuerzos para educar a la comunidad de médicos con el fin de reducir las inducciones y plantea la necesidad de exigir a los especialistas y hospitales que justifiquen cada inducción de parto para reducir la posibilidad de que eso ocurra.
Por último, el ginecólogo enfatizó en que deben realizarse muchos cambios en el sistema para mejorar el problema de las cesáreas en Puerto Rico, un solo cambio va a tener una mejora mínima y por ello, deben trabajarse paso a paso todos los factores y hacer cambios bastante fundamentales como evaluar la responsabilidad que se le da a los médicos en el hospital tras los problemas que surgen del parto o la remuneración que se le da al parto, que pueda hacer que el médico no quiera estar 16 horas en un trabajo de parto y prefiera optar por otro camino.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) cataloga como considerable el que un país tenga entre un 10-15 por ciento de partos por cesáreas, lo que coloca a Puerto Rico más de tres veces sobre ese nivel.
Entre los años 2015 al 2016, según el Departamento de Salud, el porcentaje de nacimientos vivos por cesárea fue de 46.3 % y 46.1 % respectivamente.
Los datos de los partos por cesáreas por grupos de edad reflejan que a medida que se avanza en edad, la proporción de partos por cesáreas aumenta significativamente. Mientras que en las mujeres de 45 a 49 años de edad se observó que alrededor de un 70 % tuvieron este tipo de parto, 70.8 % en el 2015 y 75.0 % en el año 2016.
El análisis por municipios de los partos por cesáreas refleja que para el año 2015 los municipios con los mayores porcientos fueron: Cataño (59.3 %), Comerío (58.7 %), Isabela (57.9 %), Guánica (57.7 %) y Juncos (57.6 %) y para el 2016, Guayanilla (62.2 %) y Ceiba (61.4 %).
Mientras, Las Piedras (60.4 %), Yauco (57.6 %) y San Lorenzo (57.6 %) contaban con los porcentajes más altos de partos por cesáreas, sostiene la agencia.
En cuanto a la tasa de natalidad, informes del Departamento de Salud estipulan que para el 1980 Puerto Rico contaba con una tasa de 22.8 nacimientos vivos por cada 1,000 habitantes y para el 2016 esta se redujo a 8.3 nacimientos vivos por cada 1,000 habitantes, representando una reducción de casi tres veces la tasa de natalidad del año 1980.
Entre los años 2015 y 2016, el número de nacimientos reportados se redujo en 10.3 por ciento, de 31,236 nacimientos a 28,326.