Bartolinitis o quistes de Bartolino: lo que sucede cuando las glándulas vaginales se obstruyen

Los quistes pequeños pueden ser difíciles de percibir, sin embargo, cuando son grandes tienen el riesgo de generar abscesos.

Luisa Ochoa

    Bartolinitis o quistes de Bartolino: lo que sucede cuando las glándulas vaginales se obstruyen

    De acuerdo con la literatura médica, los quistes de Bartolino ocurren cuando las glándulas de Bartolino que se encuentran a los costados de la abertura vaginal se obstruyen y hacen que el líquido que ayuda a lubricar la vagina se devuelva a la glándula, generando una inflamación.

    Si el líquido dentro del quiste se infecta, las pacientes pueden presentar un absceso en el tejido inflamado. Además, pese a que estos abscesos de Bartolino son frecuentes, el tratamiento depende del tamaño del quiste, el dolor y si está infectado.

    Así puede sospechar de la presencia de un quiste de Bartolino

    Las principales manifestaciones de los quistes de Bartolino varían según su tamaño, ya que los más pequeños, que no se encuentran infectados, suelen ser difíciles de percibir, pero si, por el contrario, aumentan de tamaño, se puede sentir un bulto o masa cerca a la zona vaginal.

    Un quiste de Bartolino se puede infectar completamente en cuestión de días y si eso llega a suceder los síntomas más característicos que presentan las pacientes son: 

    • Un bulto cerca de la abertura vaginal que es doloroso, incluso a la palpación

    • Molestias al caminar o al sentarse

    • Dolor durante las relaciones sexuales

    • Fiebre

    Es importante mencionar que si una paciente mayor de 40 años encuentra un bulto nuevo en el orificio vaginal, o tiene un bulto cerca a la abertura vaginal que produce dolor y no mejora con el transcurso de los días, puede ser la señal de un problema grave de salud, por lo que hay que consultar con un médico.

    Sobre las causas, los expertos creen que el quiste de Bartolino se origina por una acumulación de líquido cuando se obstruye la abertura (conducto) de la glándula de Bartolino debido a una infección o a una lesión.

    Asimismo, un quiste de Bartolino puede infectarse y formar un absceso. Diversas bacterias pueden dar origen a la infección, entre ellas la Escherichia coli (E. coli) y las bacterias que causan infecciones de transmisión sexual, como la gonorrea y la clamidiosis.

    Prácticas sexuales seguras pueden evitar la aparición de estos quistes

    Según fuentes médicas, no hay forma de prevenir un quiste de Bartolino. Sin embargo, las prácticas sexuales más seguras (en particular, el uso de preservativos) y los buenos hábitos de higiene pueden ayudar a prevenir la infección de un quiste y la formación de un absceso.

    En cuanto al diagnóstico, las principales pruebas para detectar el quiste incluyen: el examen clínico, examen pélvico, muestra de secreciones de la vagina o del cuello uterino, una biopsia para verificar la presencia de células cancerosas en mujeres mayores de 40 años y otros tipos de exámenes que realizan los ginecólogos.

    Alternativas terapéuticas para los quistes de Bartolino

    Un quiste de Bartolino generalmente no requiere ningún tratamiento, sobre todo si no causa ningún signo ni síntoma. Cuando sea necesario, el tratamiento dependerá del tamaño del quiste, del nivel de malestar y de si está infectado, lo que puede provocar un absceso.

    Sin embargo, las opciones de tratamiento que el médico puede recomendar son:

    Baños de asiento: remojarse en una bañera con unos pocos centímetros de agua tibia (baño de asiento) varias veces al día durante tres o cuatro días puede ayudar a un pequeño quiste infectado a romperse y a drenar por sí solo.

    Drenaje quirúrgico: es posible que se deba recurrir a una cirugía para drenar un quiste que está infectado o es muy grande. El drenaje de un quiste se puede hacer con anestesia local o con sedación.

    Antibióticos: el médico puede recetar un antibiótico si el quiste está infectado o si los análisis demuestran una infección de transmisión sexual. Pero si el absceso se drena correctamente, es posible que no se necesiten antibióticos.

    Marsupialización: si los quistes reaparecen o molestan, puede ser útil un procedimiento de marsupialización. El médico realiza puntos de sutura a cada lado de una incisión de drenaje para crear una abertura permanente de menos de un cuarto de pulgada (unos 6 milímetros) de largo. Se puede insertar un catéter para favorecer el drenaje durante unos días después del procedimiento y ayudar a prevenir la recurrencia.

    Rara vez, en el caso de los quistes persistentes en los cuales no son eficaces los procedimientos ya mencionados, el médico puede recomendar una cirugía para extirpar la glándula de Bartolino. Por lo general, la extirpación quirúrgica se realiza en el hospital con anestesia general. La extirpación quirúrgica de la glándula implica un mayor riesgo de sangrado o complicaciones después del procedimiento.

    Fuente consultada aquí.

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