El director de la Unidad de Investigaciones Clínicas sobre el VIH/SIDA (ACTU, por sus siglas en inglés), Dr. Jorge Santana Bagur, Infectólogo, compartió con la
Revista Puertorriqueña de Medicina y Salud Pública (MSP)
, el desarrollo de recientes investigaciones que observa la deposición de placas ateroscleróticas en las coronarias del corazón como parte de un estudio REPRIEVE, que es un estudio preventivo de intervención endovasculares. El también catedrático asociado del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) explicó que Puerto Rico es uno de los 35 centros alrededor del mundo inmersos en la investigación que pretende probar que el uso de estatina, un medicamento oral para el control de triglicéridos y lípidos, provoca en los pacientes VIH choques con otros medicamentos que se utilizan para controlar su enfermedad. “Esa interacción en ocasiones induce reacciones contrarias y para evitarlas se aplica menos cantidad del medicamento cuando la dosis debe ser mayor”, argumentó el Dr. Santana Bagur. El producto que se está utilizando para probar que no interactúa con otros medicamentes es el comercialmente conocido comercialmente como ‘LEVOLO’. Producto probado en pacientes sin el diagnóstico de VIH/SIDA y cuyo resultado final indica que no produce interacción con otros medicamentos. “Ahora lo estamos probando con nuestros pacientes positivos. Y queremos probar que funciona. La muestra es de 2,500 pacientes, ya hemos visto 25, de los cuales 12 son parte del sub estudio, el de las coronarias”, delató. El Galeno que también coopera en el desarrollo de otras investigaciones con pacientes VIH/SIDA, insiste en la búsqueda incesante de alternativas científicas en la cura de la enfermedad y en la creación de métodos alternos que aumenten la calidad de vida de los pacientes. Insiste en que la investigación científica en Puerto Rico es de vanguardia y proyecta que un paciente con VIH/SIDA puede ser longevo y tener una vida paralela a los pacientes no infectados.
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“El sub estudio se fija en la observación de la inflamación interna de las venas y las arterias que les a causa de una reacción de endurecimiento y que, eventualmente, pueden reventar. Si eso ocurre las plaquetas segregadas puede causar trombos y provocar otras consecuencias como infarto y complicaciones renales, entre otras. “Al paciente se le inyecta un tinte que, en tan solo 15 segundos, recorre por el cuerpo y se le hace un CT para observar la circulación. Es ahí donde podemos medir el grado de obstrucción o la formación de placas”, describió. Este procedimiento se le repite al paciente a los seis meses y dos años de del primero con la intención de corroborar cuántos entran y cuántos se revierten en el tratamiento. Para así probar la efectividad del medicamento suministrado. “Esta es la primera vez que investigamos en pacientes VIH que, a diferencia de la gente que no lo padece, el envejecimiento se torna prematuro debido a la inflamación crónica porque cuando entra el virus corre por todo el cuerpo y se aloja en cualquier lugar, afectando poco a poco el funcionamiento de otros órganos”, expuso el Galeno. El paradigma del estudio es medir el tratamiento y el consumo de estos medicamentos de ‘estanina’ con la intención de evitar el desarrollo de la enfermedad. Para el progreso de estos estudios se necesita la participación activa de los pacientes con un diagnóstico de VIH/SIDA comprometidos con la búsqueda de la cura y de métodos de tratamientos adecuados para tratarlo. “Por eso estamos trabajando en otro estudio que sugiere el uso de medicamentos para tratar el VIH/SIDA de manera preventiva entre aquellas personas cuya conducta social sea riesgosa o que viva latente en su cuerpo”, argumentó. La vacuna no evita la transmisión del virus ni la cura de los que ya están afectados. Las vacunas son preventivas. “Aquí los pacientes deben tener un sentido altruista como ser humano. Muchos de estos estudios, quizás no les beneficien de primera mano, sino a otros pacientes. Sin embargo, su participación es determinante porque los necesitamos para las extracciones de células blancas y tejidos. Necesitamos su compromiso”, enunció el Galeno. Sobre ocho investigaciones están en curso en los laboratorios del Recinto de Ciencias Médicas que buscan estrategias para poder controlar la inflamación crónica inmune y la búsqueda de alternativas para la cura del VIH. “El estudio de las vacunas inyectables intenta controlar el consumo oral diario de medicamentos a dosis entre ocho a doce semanas, aunque yo me inclino por cada ocho. También incluyendo pacientes que no tienen virus pero tienen una conducta de riesgo y queremos evitar que se afecten”, finalizó.