“Los pacientes se pueden llevar el casco a casa para aplicarse las sesiones de estimulación con supervisión médica”Según detalla, el dispositivo hace dos cosas: “Registra la actividad cerebral y estimula administrando pequeñas corrientes en el cerebro”. Además, “nuestros científicos han desarrollado una serie de modelos del cerebro y algoritmos que permiten personalizar el tratamiento en función de las características de cada paciente y de su patología”. “El sistema –agrega– nos permite recoger la actividad cerebral, subirla a nuestra nube y ahí computar una solución a medida. Podemos decidir el número de electrodos y el tipo de corrientes para excitar o inhibir un área concreta o distintas zonas del cerebro”. En su opinión, “se trata de una tecnología muy sofisticada, que permite por primera vez dirigirse o focalizar de manera no invasiva diferentes áreas que requieran tratamiento, que son distintas para cada paciente, dependiendo de enfermedad o donde esté el origen de su lesión”. Otra ventaja de este casco es que “los pacientes se lo pueden llevar a casa, con supervisión y bajo control médico, para aplicarse las sesiones de estimulación”. El proyecto más importante en el que está embarcada Neuroelectrics es la utilización de Starstim para el tratamiento de la epilepsia. “Estamos probándolo en un estudio clínico en el Boston Children Hospital con unos cien pacientes”, comenta. La idea es reducir las crisis epilépticas en niños que no responden a medicación mediante la electroestimulación. También se ha incluido una muestra de adultos.
Además de las enfermedades neurológicas, la experta indica que en Neuroelectrics están explorando el uso de Starstim en dolencias psiquiátricas como la depresión y la ansiedad. “Tendremos que ir patología por patología demostrando eficacia, pero creemos que nuestros dispositivos podrían aplicarse en estos casos”. Además de participar en ensayos clínicos de su tecnología, Neurolectrics vende sus dispositivos para que se haga investigación con ellos a centros científicos, hospitales y universidades de todo el mundo. “Esta es nuestra principal fuente de financiación”, señala. “El año pasado logramos una facturación de tres millones de euros con la comercialización de Starstim a instituciones de 40 países, entre ellas, la Universidad de Harvard, el Massachusetts Institute of Technology (MIT), el Memorial Sloan Kettering Cancer y a hospitales de veteranos en EE UU”. En estos últimos, comenta, “están utilizando Starstim en sesiones de neurorrehabilitación y para tratar el síndrome postraumático”.Starstim se está probando en niños con epilepsia y en ensayos con pacientes de demencia y párkinson
“Cada vez habrá más tecnologías para mejorar la calidad de vida de los pacientes con enfermedades neurodegenerativas”Aparte de las ventas obtenidas con Starstim, la firma está inmersa en una ronda de financiación de 15 millones de dólares (unos 12 millones de euros) y en la búsqueda de socios industriales. La directiva cree que estamos en un buen momento para la investigación y el desarrollo en neurociencia y la neurotecnología. “La población está envejeciendo, por lo que aumentan las enfermedades neurodegenerativas y existen pocos fármacos que ayuden a mejorar la calidad de vida de los pacientes. Cada vez vamos a ver tecnologías más innovadoras que intenten dar una solución a esta epidemia de patologías”, concluye. Tomado de Agenciasinc.es