Un sistema de edición de genes CRISPR dirigido a tumores, encapsulado en un nanogel e inyectado en el cuerpo, podría detener de manera efectiva y segura el crecimiento del cáncer de mama triple negativo en ratones, informan investigadores del Boston Children's Hospital, que presentan su nueva estrategia protegida por patente en la revista «PNAS».
Su estudio de prueba de principio, realizado en células tumorales humanas y en ratones, sugiere un posible tratamiento genético para el cáncer de mama triple negativo, que tiene la tasa de mortalidad más alta de todos los cánceres de mama.
El cáncer de seno triple negativo (TNBC), que carece de receptores de estrógeno, progesterona y HER2, representa el 12 por ciento de todos los cánceres de seno. Ocurre con mayor frecuencia en mujeres menores de 50 años, en mujeres afroamericanas y en mujeres portadoras de una mutación del gen BRCA1.
La cirugía, la quimioterapia y la radioterapia son las pocas opciones de tratamiento para este cáncer altamente agresivo, con frecuencia metastásico, que necesita urgentemente terapias dirigidas más efectivas.
El nuevo estudio, dirigido por Peng Guo y Marsha Moses, del Programa de Biología Vascular en el Boston Children's Hospital, de Estados Unidos, representa el primer uso exitoso de la edición dirigida del gen CRISPR para detener el crecimiento de un tumor TNBC in vivo (mediante inyección en vivo en ratones portadores de tumores).
El nuevo sistema no es tóxico y utiliza anticuerpos para reconocer selectivamente las células cancerosas sin afectar los tejidos normales.
Los experimentos demostraron que el sistema CRISPR pudo detectar tumores mamarios y eliminar un conocido gen promotor del cáncer de seno, Lipocalin 2, con una eficiencia de edición del 81 por ciento en el tejido tumoral. El enfoque atenuó el crecimiento tumoral en un 77 por ciento en el modelo de ratón y no mostró toxicidad en los tejidos normales.
Hasta la fecha, la traducción de la tecnología de edición de genes CRISRP en terapias de enfermedades se ha visto limitada por la falta de sistemas de entrega CRISPR efectivos. Un método utiliza un virus para administrar el sistema CRISPR, pero el virus no puede transportar grandes cargas útiles y potencialmente puede causar efectos secundarios si «infecta» células diferentes a las seleccionadas.
Otro método encapsula el sistema CRISPR dentro de un polímero catiónico o nanopartículas lipídicas, pero estos elementos pueden ser tóxicos para las células, y el sistema CRISPR a menudo queda atrapado o descompuesto por el cuerpo antes de llegar a su destino.