SIBO: Causas, síntomas y tratamientos para el sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado

El SIBO se asocia a menudo con otras enfermedades digestivas, como el síndrome de intestino irritable (SII) y la enfermedad de Crohn, lo que aumenta la dificultad para su diagnóstico.

Katherine Ardila

    SIBO: Causas, síntomas y tratamientos para el sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado

    El sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado, conocido como SIBO (por sus siglas en inglés), es una condición que ha ganado visibilidad en los últimos años gracias a las redes sociales. 

    Plataformas como X y TikTok están llenas de relatos de personas que comparten síntomas similares y cómo llegaron a ser diagnosticadas con esta patología.

    Aunque se ha incrementado la discusión sobre el tema, los especialistas aseguran que el SIBO no es algo reciente, sino una patología que ha existido siempre, pero que ha sido poco comprendida y a menudo mal diagnosticada.

    Falta de investigación y diagnósticos erróneos 

    La situación es especialmente compleja debido a la falta de investigación y a la insuficiencia de evaluaciones precisas que ayuden a identificar el SIBO de manera temprana. A pesar de que el trastorno no es nuevo, los expertos mencionan que el principal problema no es la patología en sí, sino los diagnósticos erróneos que retrasan un tratamiento eficaz. 

    El SIBO se asocia a menudo con otras enfermedades digestivas, como el síndrome de intestino irritable (SII) y la enfermedad de Crohn, lo que aumenta la dificultad para su diagnóstico.

    Causas del SIBO y su relación con el tránsito intestinal

    El SIBO ocurre cuando hay un crecimiento anormal de bacterias en el intestino delgado, una zona donde, normalmente, las bacterias deberían estar presentes en menor cantidad. 

    Este sobrecrecimiento puede causar una serie de problemas digestivos, interferir con la absorción de nutrientes y alterar el equilibrio del microbioma intestinal. La aparición de este trastorno está relacionada con condiciones que ralentizan el tránsito intestinal, como ciertas enfermedades y cirugías abdominales, creando un ambiente favorable para el crecimiento bacteriano.

    Síntomas comunes y su impacto en la calidad de vida

    Los síntomas del SIBO son variados, pero algunos de los más comunes incluyen diarrea persistente, dolor abdominal, distensión abdominal (hinchazón), pérdida del apetito y sensación de saciedad temprana tras comer pequeñas cantidades. 

    Las personas afectadas también pueden experimentar náuseas, pérdida de peso involuntaria y déficits nutricionales. Estos síntomas pueden comprometer gravemente la calidad de vida y son a menudo malinterpretados o atribuibles a otras condiciones digestivas, lo que complica aún más el diagnóstico.

    Causas subyacentes y factores de riesgo

    Aunque el SIBO es comúnmente asociado con complicaciones de cirugías abdominales, también puede desarrollarse debido a problemas estructurales en el aparato digestivo o enfermedades subyacentes, como la enfermedad celíaca o el síndrome de intestino irritable. 

    El exceso de bacterias en el intestino delgado afecta la absorción de nutrientes, lo que puede generar deficiencias nutricionales graves, afectando el bienestar general de los pacientes. Por esta razón, es fundamental buscar atención médica si se experimentan síntomas persistentes o que sugieran un problema digestivo importante.

    Diagnóstico del SIBO: Pruebas y evaluaciones necesarias

    El diagnóstico puede ser complicado debido a que muchos de sus síntomas son comunes a otras enfermedades digestivas. Sin embargo, existen varias pruebas que pueden ayudar a confirmarlo. 

    La prueba de aliento con lactulosa o glucosa es la más utilizada. En esta prueba, el paciente ingiere una sustancia que las bacterias fermentan en el intestino, liberando gases que se miden en el aliento. Un aumento en los niveles de hidrógeno o metano indica la presencia de SIBO

    Además, los análisis de sangre y de heces pueden revelar deficiencias nutricionales o alteraciones en el microbioma intestinal, lo que también es indicativo de un trastorno digestivo.

    Tratamiento

    El tratamiento se enfoca en reducir el exceso de bacterias en el intestino delgado, aliviar los síntomas y tratar cualquier condición subyacente que esté contribuyendo al problema. 

    Los antibióticos, como la rifaximina, son eficaces para eliminar las bacterias en el intestino, mientras que los cambios en la dieta, como la adopción de una dieta baja en FODMAP, pueden ayudar a reducir los síntomas

    En algunos casos, también se utilizan medicamentos que mejoran la motilidad intestinal, como los procinéticos, para evitar el estancamiento de los alimentos y las bacterias en el tracto digestivo.

    Si una persona experimenta síntomas como diarrea persistente, dolor abdominal o pérdida de peso involuntaria, es importante que consulte a un médico para una evaluación completa. Esto permitirá identificar si el SIBO está causando estos síntomas y se pueda iniciar el tratamiento adecuado lo antes posible.

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