Una adecuada higiene oral, incluyendo cepillado regular, uso de hilo dental y visitas periódicas al odontólogo, no solo protege de caries y enfermedades de las encías, sino que podría tener un impacto mayor en la salud sistémica de lo que se pensaba.
Un nuevo estudio publicado en JAMA Oncology apunta a un vínculo poco explorado entre la salud oral y uno de los cánceres más letales: el cáncer de páncreas. Según los investigadores, la presencia de ciertos microbios en la boca podría multiplicar hasta por 3.5 el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
El equipo de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, analizó muestras de saliva de más de 122.000 estadounidenses que participaron en estudios de detección y prevención del cáncer.
De este grupo, identificaron a 445 pacientes diagnosticados con cáncer de páncreas y compararon sus resultados con los de 445 personas sin la enfermedad.
Los hallazgos fueron contundentes: se detectaron 20 tipos diferentes de bacterias y cuatro tipos de hongos que aumentaban significativamente el riesgo de cáncer pancreático. Dentro de este conjunto microbiano, tres bacterias destacan por estar directamente relacionadas con la enfermedad periodontal: Porphyromonas gingivalis, Eubacterium nodatum y Parvimonas micra.
“Está más claro que nunca que cepillarse los dientes y usar hilo dental no solo podría ayudar a prevenir la enfermedad periodontal, sino que también podría proteger contra el cáncer”, afirmó el doctor Richard Hayes, profesor de salud de la población y coautor principal del estudio.
Un cáncer silencioso y de difícil detección
El cáncer de páncreas representa uno de los mayores retos de la oncología moderna debido a la ausencia de síntomas en etapas tempranas y a la falta de métodos de detección eficaces.
Esto lo convierte en un “asesino silencioso”: la mayoría de los pacientes recibe su diagnóstico en fases avanzadas, lo que reduce drásticamente las posibilidades de supervivencia que, actualmente, a cinco años apenas alcanza el 13%.
La investigación cobra relevancia porque sugiere que la microbiota oral podría servir como un marcador temprano para identificar a personas en mayor riesgo. Tal posibilidad abriría la puerta al desarrollo de pruebas de cribado más efectivas, basadas en un simple análisis de saliva.
“Al perfilar las poblaciones bacterianas y fúngicas en la boca, los oncólogos podrían señalar a los que más necesitan pruebas de detección del cáncer de páncreas”, explicó el doctor Jiyoung Ahn, coautor del estudio y también profesor de la Facultad de Medicina Grossman.
Lo que aún falta por comprender
Aunque los resultados muestran una asociación clara, los expertos advierten que se trata de un estudio observacional. Por lo tanto, aún no se puede establecer un vínculo causal directo entre la mala salud oral y el desarrollo del cáncer pancreático. Es posible que otros factores, como el sistema inmunitario o predisposiciones genéticas, también influyan en esta relación.
El próximo paso de los investigadores será analizar el papel de los virus presentes en la boca y evaluar cómo el equilibrio del microbioma oral puede influir no solo en el riesgo de desarrollar cáncer, sino también en la supervivencia de los pacientes una vez diagnosticados.