Un grupo de científicos concluyó que el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave, no se creó en un laboratorio, ni es un virus manipulado de forma intencionada.
Diana Castañeda
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
A medida que avanza la emergencia por el nuevo coronavirus, surge la polémica por la forma en la que se dio este SARS-CoV-2, una enfermedad que ya ha dejado alrededor de 364,000 muertes y casi seis millones de contagios en el mundo.
Y es que, desde que fue declarada la pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ciencia y la medicina, incluso los gobiernos políticos comenzaron a lanzar sus propias teorías sobre el origen y la rápida propagación de este virus.
Una de ellas es que el nuevo coronavirus fue creado en un laboratorio chino y esparcido como arma biológica en contra de otras potencias. Otra que dice que, ese mismo virus sintético había logrado escapar, como consecuencia de la negligencia de los investigadores chinos, y que empezó así a propagarse por el mundo. Pero ¿Cuál será la realidad?
Un grupo de científicos concluyó que el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave, no se creó en un laboratorio, ni es un virus manipulado de forma intencionada.
Según una publicación de BBC Mundo este virus no es una invención humana, sino que es producto de la naturaleza.
“Pudimos determinar, a partir de decodificar el material genético del nuevo coronavirus, que no se trata de una creación de laboratorio, sino que es producto de la evolución natural”, reportó a BBC Mundo el doctor Robert E. Garry, profesor de la Universidad de Tulane, EE.UU., y uno de los miembros del equipo de investigación.
Quien agregó además que “Pudimos establecer que, a partir de las características genéticas del SARS-CoV-2, es imposible que alguien pudiera haberlo creado en un laboratorio”.
El medio en mención también aclaró que, para llegar a esta conclusión tuvieron que analizar el material genético del nuevo coronavirus y compararlo con los virus que actualmente están en los laboratorios de virología.
Por otra parte, según un artículo publicado en "Nature Medicine", Kristian Andersen, profesor asociado de inmunología y microbiología en Scripps Research, junto con profesores de la Universidad de Tulane, la Universidad de Sídney, la Universidad de Edimburgo y la Universidad de Columbia, analizaron los rasgos del virus y compendiaron sus conclusiones en el artículo "Origen aproximativo del SARS-CoV-2".
Basados en los datos de secuenciación de COVID-19 descodificados por científicos chinos poco después de que la epidemia comenzara, analizaron la pauta genética de la proteína espicular, es decir, el armazón en el exterior del virus que este utiliza para atacar células humanas o animales.
Centrándose en las características del SARS-CoV-2, concretamente su proteína espicular y su espina dorsal, descubrieron que el virus es muy efectivo cuando se trata de infectar a los humanos, pero difiere sustancialmente de los coronavirus ya conocidos y de la mayoría de los virus parecidos hallados en murciélagos y pangolines.
Tras anotar que el SARS-CoV-2 es el séptimo coronavirus que se conoce que infecta a los humanos, aseguraron en el artículo: "Hay una evidencia muy fuerte de que el SARS-CoV-2 no es el producto de la manipulación intencionada".
"Si se hubiese realizado manipulación genética, se habría utilizado probablemente uno de los varios sistemas de genética inversa disponibles para betacoronaviruses. Sin embargo, los datos genéticos muestran de forma irrefutable que el SARS-CoV-2 no se deriva de ninguna espina dorsal de virus utilizada previamente", añadió el artículo.
Entre otras teorías para explicar el origen del COVID-19, está el video italiano divulgado en 2015, en el que se revela la posible existencia de un "súper virus pulmonar" creado por "científicos chinos" a partir de "murciélagos y ratones". Hay quien considera que este hallazgo podría estar vinculado con el nuevo coronavirus.
Redacción Médica emitió que, el reportaje transmitido en el programa TG3 Leonardo, habla del experimento de un grupo de investigadores chinos que, al conectar una proteína de murciélagos con el virus del Sars, encontrado en ratones, habían descubierto "un súper virus" capaz de afectar también "a los humanos".
En concreto, la proteína fue tomada de la superficie de coronavirus encontrada en los murciélagos de herradura -denominados así por la forma característica de su nariz-. Los científicos probaron a unirla con el virus que provoca neumonía aguda, aunque de forma no mortal, en ratones, originando "un organismo modificado". El experimento confirmó además que podía tener efecto en humanos.
Sin embargo, el hallazgo de este video ha generado nuevas hipótesis acerca del origen del coronavirus actual. El director del periódico regional Rai, Alessandro Casarin, aclaraba que el reportaje hacía referencia a un antiguo estudio de la revista Nature, la cual, dijo "claro que el virus creado en dicho laboratorio no tiene relación con el COVID-19".
Entre tanto, el virólogo Roberto Burioni desmentía de forma contundente esta conjetura y negaba que el COVID-19 fuera, como apuntaba el reportaje, un "experimento de laboratorio". "Desafortunadamente, es 100% natural" aseguraba a través de sus redes sociales, mencionó Redacción Médica.