Científico advierte del peligro que esto pudiera representar sobre la salud pública puertorriqueña.
Laboratorios en Puerto Rico se han dedicado al estudio científico de los pesticidas en cuerpos de agua y su efecto en los animales que habitan en ellas, y, desde la mirada neurocientífica, han comprobado el efecto adverso el comportamiento y desarrollo de esta fauna que podría traducirse futuramente en el daño que pudiera estar causando en el ser humano.
Según en entrevista con el Dr. Omar Pérez-Reyes, catedrático auxilia en el Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Río Piedras, los estudios que realiza en sus laboratorios demuestran los efectos adversos de distintos pesticidas sobre el comportamiento de peces y camarones.
El Dr. Pérez Reyes también está adscrito al Puerto Rico Center for Environmental Neuroscience (PRCEN) de la UPR que combina la neurociencia y las ciencias ambientales y su repercusión a los ecosistemas de Puerto Rico.
“Hemos hecho estudios de las cuerdas nerviosas de los camarones, donde nos hemos dado cuenta que está atrofiada. El proceso es algo similar a una neurona, donde posee la cola y tiene un protector,(...) cuando estos seres son expuestos a pesticidas descubrimos que esta capa de protección se perdió (capas de mielina)”, explicó.
Los pesticidas se utilizan en la agricultura para controlar plagas y transmisores de enfermedades, como mosquitos, garrapatas, ratas y ratones. Precisamente el investigador aseguró la identificación de químicos asociados a los pesticidas en ríos por su utilización en cosechas y en quehaceres domésticos y llegan a ríos a través de las escorrentías de las lluvias.
“El proceso es parecido a la exposición continua que puede contener un humano con determinado químico. Recurso un caso que surgió en california por el desarrollo de cáncer en una persona, el Roundup, un pesticida que se consigue fácilmente y este puede ser perjudicial para la salud”, indicó.
“Cuando un químico como el pesticida está expuesto al ambiente, afecta totalmente el ciclo de vida de todos los organismos marinos. En cuanto a su repercusión en el ser humano si se fuera a extrapolar, lo que nos preocupa es porque este organismo se ven afectados desde un ámbito nervioso y puede que esta misma afección pase en otras especies”, añadió.
Sostuvo que son alrededor de 10 investigadores de distintas instituciones universitarias los que han unido sus esfuerzos por estudiar esta problemática de salud ambiental en el País, dividiendo los estudios entre ambientes marinos, acuáticos, y terrestres.
“Estos peces o camarones, hacen parte de una cadena alimenticia donde claramente nosotros estamos involucrados y el cambio químico o impacto puede influir en la salud o calidad de vida del humano. Por eso la importancia de continuar estudiando esto. Hemos visto como los metales contenidos en el agua afecta el comportamiento de estos animales, que a su vez se los comen otros animales y hasta nosotros mismos lo consumimos”, estipuló.
“Muchos de estos químicos se encuentran en el medio ambiente, lo que repercute en los seres vivos y por supuesto en nosotros. No queremos que lo mismo que vemos en estos animales le ocurra de la misma manera al ser humano”, abundó.