Además, la frecuencia sinusal fue de 80 lpm -ritmo cardiaco normal-, lo que también confirmaba que el aumento del tono vagal no era la etiología del bloqueo AV.
El bloqueo auriculoventricular (AV) se define como el retraso en la conducción de los impulsos eléctricos a medida que se mueven a través del sistema de conducción auriculoventricular del corazón.
El AV se clasifica de: primer grado, cuando la conducción eléctrica hacia los ventrículos se retrasa; de segundo grado, cuando la conducción eléctrica se bloquea de forma intermitente y de tercer grado o completo, cuando la conducción eléctrica está completamente bloqueada.
Precisamente los atletas de alta resistencia a menudo pueden presentar bradicardia sinusal -ritmo cardíaco más lento de lo normal que suele comenzar en el área del corazón denominada nódulo sinusal-secundaria al aumento del tono vagal, que se define como el control inhibitorio que ejerce el nervio vago sobre el ritmo cardíaco y la conducción auriculoventricular.
No obstante, según se desprende de un caso clínico registrado en Puerto Rico, también pueden ocurrir diferentes grados de AV en esta población, que no resulta del aumento del tono vagal y, a menudo, sugiere una patología subyacente.
Precisamente el bloqueo AV avanzado se ha relacionado con una menor supervivencia a largo plazo cuando no se trata a tiempo. En ocasiones, la decisión de recomendar la implantación de un marcapasos en atletas puede ser desafiante, tal cual recalcan médicos, en el caso que manejaron en un hombre de 62 años.
El paciente se presentó asintomático y sin enfermedad sistémica, y fue enviado para evaluación luego de que se le encontrara incidentalmente un bloqueo AV completo.
El hombre es corredor de maratón y suele correr 8 millas diarias sin dificultad. En la evaluación negó dolor torácico, dificultad para respirar, mareos u otros síntomas. No estaba tomando medicamentos y su examen físico fue normal, a excepción de una marcada bradicardia.
Al paciente se le realizó un electrocardiograma de 12 derivaciones que demostró un ritmo sinusal con bloqueo AV completo y un ritmo de escape ventricular a 32 lpm. Después de caminar durante 6 minutos, el bloqueo AV persistió, pero el paciente no refirió síntomas. Los resultados de laboratorio fueron normales.
Los médicos sostienen que a pesar de que el paciente estaba asintomático, tomaron la decisión de proceder con la implantación de un marcapasos.
Al evaluar nuevamente al paciente, se halló un ritmo de escape ventricular con menos de 40 lpm -indicativo aún de bradicardia-, indicativo de un bloqueo del sistema His-Purkinje -estructuras que conducen a gran velocidad el impulso eléctrico al resto de las células musculares del ventrículo-, que no podía atribuirse a un aumento del tono vagal.
Además, la frecuencia sinusal fue de 80 lpm -ritmo cardiaco normal-, lo que también confirmaba que el aumento del tono vagal no era la etiología del bloqueo AV.
Como conclusión, los médicos sostienen que son muy pocos los casos reportados como este y que la decisión del implante de marcapasos en esta situación debe considerar los síntomas, fisiología y el lugar donde se origine el bloqueo cardíaco en el paciente.
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