Panel multidisciplinario analiza la necesidad de fortalecer la prevención, atención especializada y rehabilitación de pacientes afectados por fuegos artificiales

Las celebraciones de fin de año traen consigo un incremento en las lesiones por pirotecnia que representan un desafío integral para el sistema de salud dominicano, no solo por la complejidad de su atención inmediata, sino por las secuelas de largo plazo que generan discapacidad y afectan la calidad de vida de los pacientes.
Así lo advirtieron especialistas en medicina de emergencia, fisiatría y medicina familiar durante un panel especial organizado por la revista Medicina y Salud Pública, con motivo de la campaña de prevención de lesiones asociadas al uso de pólvora.
El encuentro, moderado por la Dra. Lenisse Candelario, médico familiar, reunió al Dr. Amado Alejandro Báez, médico-científico y líder en salud pública; el Dr. Francisco de la Rosa, presidente de la Sociedad Dominicana de Fisiatría; y la Dra. Wendy Rosario, presidenta de la Sociedad de Medicina Familiar y Comunitaria de República Dominicana.
El Dr. Báez enfatizó que las lesiones por fuegos artificiales convergen con momentos festivos como Navidad y Año Nuevo, lo que aumenta la presión sobre los servicios de emergencia.
"Tiene relevancia porque converge el uso de fuegos artificiales con momentos festivos, Año Nuevo, Navidad... Es algo que se usa como diversión, lo usan los niños, lo usan los mayores, los adultos, pero también se asocia mucho con el uso de alcohol, entonces es una combinación complicada", señaló el especialista.
El emergenciólogo destacó que estas lesiones requieren centros especializados de atención. "Las quemaduras necesitan centros especializados de atención donde el manejo es integral, donde hay recursos de enfermería, intensivos, rehabilitación, y todos esos recursos funcionan de una forma articulada y eficiente", explicó.
Un aspecto crítico que resaltó el Dr. Báez es el tiempo de respuesta: "Quemaduras responde a lo que es el espectro de la atención del trauma y dentro de ese proceso se exige que el tratamiento definitivo de una quemadura mayor, en este caso mayor de un 10% de superficie corporal y las otras criterios que utilizamos, esos pacientes tienen que estar dentro de la primera hora en su centro de atención definitiva".
Por su parte, el Dr. Francisco de la Rosa abordó las consecuencias a largo plazo de estas lesiones, alertando sobre el impacto en la funcionalidad de los pacientes.
"La mayoría de estos pacientes va a tener discapacidad secundaria a la lesión inicial, la rehabilitación y todo el proceso de rehabilitación en quemados en toda Latinoamérica y el mundo, realmente es un proceso costoso y caro", afirmó.
El presidente de la Sociedad Dominicana de Fisiatría subrayó que el proceso de recuperación puede extenderse considerablemente: "Tenemos sobre todo un proceso largo que puede extenderse hasta por dos años de la rehabilitación de lesiones de este tipo".
De la Rosa también alertó sobre el manejo del dolor crónico, una de las secuelas más complejas: "El tema del dolor va a ser justamente la paradoja, ver un dolor de cabeza para todo el médico que va a tratar este paciente porque el componente va a ser mixto usualmente y va a tener diferentes componentes. Entonces, no va a ser tan sencillo como darle pastillas".
El especialista enfatizó la necesidad de un abordaje multidisciplinario: "Cuando nosotros hablamos de rehabilitación, hablamos de equipo multidisciplinario de rehabilitación, porque nosotros tenemos que contar no solamente con el médico especialista, sino que nosotros contamos con nuestro brazo armado, que son los terapeutas físicos, los terapeutas ocupacionales, los protesistas, ortesistas, enfermeras especializadas en el cuidado del paciente".
La Dra. Wendy Rosario fue contundente al señalar que la mayoría de estas lesiones son evitables. "En Medicina Familiar ya no hablamos de enfermedades o lesiones por fuego artificiales, sino que hablamos de lesiones prevenibles, porque entendemos que la mayoría de lesiones que suceden en pacientes por el uso de fuegos artificiales son lesiones prevenibles", afirmó.
La presidenta de la Sociedad de Medicina Familiar destacó el patrón predecible de estas lesiones: "La mayoría ocurren en fechas predecibles. Ocurren casi siempre en los mismos grupos de personas y siempre van a tener un alto costo económico y humano".
Rosario hizo un llamado a la responsabilidad colectiva: "Nosotros pensamos que ninguna tradición justifica una amputación, o una ceguera o un accidente evitable. Muchas veces el impacto que esto crea de trauma psicológico, de trauma físico, (...) pueden ser prevenibles".
La especialista también señaló que los adultos juegan un papel crucial en la prevención: "Nosotros sabemos que los niños no compran por sí solos, no tienen el poder adquisitivo de adquirir los fuegos artificiales, sino que un adulto siempre va a ser quien puede evitar, ya sea la venta o el uso o la supervisión para el uso seguro".
El panel también abordó las limitaciones del sistema de salud dominicano para atender estos casos. El Dr. Báez reconoció avances significativos pero señaló áreas de oportunidad:
"Yo creo que hemos quedado un poquito cortos en el desarrollo de unidades de quemados especializadas y yo creo que es una gran oportunidad".
El especialista destacó el desafío geográfico: "Si vemos que la geografía dominicana abarca más de 40.000 kilómetros cuadrados y tiene, tenemos más de 11 millones de dominicanos más y una diáspora... No es lo mismo un quemado en Monte Cristi que un quemado en Santo Domingo, ni Santiago".
En cuanto a la rehabilitación, el Dr. De la Rosa señaló las limitaciones de acceso: "Más del 70 y pico por ciento de los servicios de rehabilitación están en esas tres provincias (Santo Domingo, Santiago y La Vega).
Después hay otras que se pueden derivar como San Francisco, San Pedro, La Romana, con un poquito menos, y después hay una gran necesidad de recursos humanos en servicios de rehabilitación general".
La Dra. Rosario enfatizó el papel continuo del médico familiar en todo el proceso: "Medicina Familiar siempre está antes, durante y después de esta lesión. Antes, nuestro rol principal siempre es hacer consejerías, charlas, informaciones".
Sobre el seguimiento a largo plazo, explicó: "El médico familiar se va a convertir en ese soporte psicológico, y como quien dice, también podría ser social, para mantener vigente al paciente en su entorno social... adaptarlo a los cambios que vienen, preparar el entorno".
Los panelistas coincidieron en que se requiere un esfuerzo coordinado entre el Estado, los profesionales de la salud y la comunidad para reducir la incidencia de estas lesiones prevenibles.
El Dr. Báez hizo un llamado a políticas públicas basadas en evidencia: "Lo que yo creo que hace falta es la armonización coherente de todos esos recursos con una filosofía paciente céntrica, entendiendo qué es lo que necesita el paciente, no es qué es lo que los políticos creen que se necesita, sino realmente ejecutar políticas públicas en base a expertos en materia centrados en el paciente y basados en evidencia".
La Dra. Rosario instó a fortalecer las campañas de prevención utilizando medios modernos: "Hay muchísimas formas... por WhatsApp, redes sociales, radio, actividad comunitaria, ¿quién no tiene un teléfono? Creo que no estamos siendo lo suficientemente fuertes en esa línea".
El panel concluyó con un mensaje contundente: en esta temporada festiva, la diversión responsable puede salvar vidas y evitar consecuencias devastadoras para pacientes y familias. Como señaló la Dra. Candelario al cerrar el encuentro: "Tengamos un entretenimiento responsable, seamos responsables en este final de año".