Alergia o intolerancia en niños con autismo: el error que más confunde a las familias, según experto

Muchos síntomas que las familias atribuyen a "alergias" son realmente intolerancias. Las alergias activan el sistema inmune; las intolerancias afectan digestión y comportamiento. Reconocer la diferencia evita diagnósticos errados y dietas innecesarias.

Katherine Ardila

    Alergia o intolerancia en niños con autismo: el error que más confunde a las familias, según experto

    En una conversación que la Revista Medicina y Salud Pública sostuvo con el Dr. Wilfredo Cosme, alergista pediátrico, el especialista expuso una de las preocupaciones más frecuentes entre las familias que atraviesan un proceso con un miembro en el espectro autista: la relación entre la condición neurológica y las posibles reacciones adversas a los alimentos

    Alergia vs. Intolerancia: dos condiciones diferentes en su origen y manifestación

    El doctor Cosme explicó las diferencias fundamentales entre estos dos tipos de reacciones adversas a los alimentos, comenzando por definir el mecanismo de las alergias. 

    "La alergia es que el sistema inmune está reaccionando de forma anormal, a algo que no debería causarlo", precisó, detallando que existen diferentes mecanismos de respuesta inmunológica. 

    En contraste, describió las intolerancias alimentarias señalando que "la intolerancia tiene otros síntomas, sobre todo pacientes que con ciertas comidas, luego que se lo comen, le cae mal, pueden tener el abdomen distendido, producción de gases, buche, reflujo, etc". 

    Evolución de las alergias: ¿cuáles desaparecen y cuáles son permanentes?

    Una de las interrogantes más urgentes para las familias es si estas condiciones alimentarias vendrían siendo un problema permanente o si existe la posibilidad de que desaparezcan con el tiempo. 

    "Hay algunas que se pueden ir a través de la vida". Específicamente, detalló que "la mayoría de los niños que son alérgicos, por ejemplo, a la leche, al huevo, a la soya, al trigo, ya para los cinco años, en una gran parte de ellos se puede ir", mencionando también condiciones como la proctocolitis por proteína de leche de vaca que suelen resolverse alrededor del primer año de vida. 

    No obstante, el especialista aclaró que "algunas alergias... como al maní, a las nueces, a los frutos secos, a los crustáceos usualmente son para toda la vida".

    El mito de los tres días y la nueva evidencia sobre exposición temprana

    Durante la conversación, el doctor Cosme cuestionó una práctica muy extendida entre las familias: la regla de los tres días para introducir nuevos alimentos

    Expresó que "cuando le estamos orientando a la familia esa introducción de alimentos, muchos tienen miedo por una reacción alérgica y se habla de los tres días y esto yo creo que lo importante es enfocar a la familia la orientación de cómo reconocer una reacción alérgica y no tanto en cuántos días le hemos dado". 

    Además, advirtió que: "es importante aclarar que las alergias pueden pasar la vez número dos o la vez número diez mil, o sea que esto de los tres días a veces yo siento que le da un poquito de falso sentido de seguridad a la familia", por eso, argumenta, que toda la atención debe ir dirigida en educar y orientar a la familia sobre cómo reconocer las alergias, como manejarlas y qué hacer.

    En cuanto al momento ideal para introducir alimentos potencialmente alergénicos, el especialista describió un cambio en las guías clínicas: "desde aproximadamente 2015 -2016, ha cambiado las guías para una exposición temprana. Esto es lo que antes se decía, espera el año para el huevo, para los crustáceos, entre más temprano se haga, es mejor y se ha visto que previene", citando incluso estudios de vida real que demuestran una disminución en los diagnósticos de alergia al maní gracias a esta aproximación más temprana.

    ¿Cómo reconocer la anafilaxia en un menor? puede salvar vidas

    Por otro lado, el doctor Cosme describió cómo evoluciona una reacción alérgica grave, enfatizando la importancia de reconocer los signos de anafilaxia. 

    "Cuando ya envuelve todo el sistema del cuerpo, por ejemplo, envolvió la piel, luego este bebé o esta personita empieza a vomitar, entonces envolvió el gastrointestinal, ya esto es anafilaxis, que es la versión severa de una reacción alérgica". 

    Otros síntomas:

    • Problemas de respiración: Sibilancias (sonidos agudos al respirar), tos, dificultad para respirar o para tragar.
    • Cambios en la piel: Urticaria (ronchas), picazón, enrojecimiento, palidez o cambio a un tono azulado.
    • Hinchazón: Hinchazón de la cara, los labios, los ojos o la lengua.
    • Malestar gastrointestinal: Vómitos, diarrea, náuseas o dolor abdominal.
    • Irritabilidad: El bebé puede estar inusualmente irritable o difícil de calmar.
    • Cambios en el comportamiento: Puede mostrarse somnoliento, confuso o agitarse.
    • Síntomas circulatorios: Pulso débil y rápido, mareos o desmayos.

    Fue determinante al indicar el tratamiento apropiado, dejando claro que "cuando envuelven más de un sistema, es anafilaxis y la primera línea de tratamiento es la epinefrina intramuscular. No hay sustitución para esto. Los antihistamínicos no sustituyen el uso de epinefrina", una información que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en situaciones de emergencia.

    El trabajo interdisciplinario: clave en el manejo integral

    Finalmente, el experto destacó qué, para estos casos, es necesario un abordaje conjunto, especialmente en población con autismo donde las restricciones alimentarias pueden ser más complejas. 

    Subrayó que "Para nosotros, el trabajo interdisciplinario con esta población es sumamente importante. Los nutricionistas definitivamente son los que más nos van a ayudar a estos, a esta familia". Explicó el impacto familiar de estas condiciones señalando que "esto no solamente afecta al paciente. Afecta a toda la familia, tanto económico, social, con la dinámica familiar, donde van a comer, donde no".

    Alertó sobre un riesgo particular en niños con autismo que puede pasar desapercibido: "es muy usual ver niños con autismo con dietas bien restrictivas, y es bien importante el trabajo interdisciplinario, por eso mismo para salvaguardar esa salud del niño y poder trabajar con la parte educativa para las que ha servido en su hogares". 

    Cerrando así el círculo de un manejo integral que considera tanto las necesidades médicas específicas como las particularidades de la neurodiversidad, garantizando así un desarrollo saludable y una mejor calidad de vida para los niños y sus familias.



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