Enfermedades pediátricas como sarampión y rubéola podrían aumentar en adultos por falta de vacunación

Las tasas de vacunación en Estados Unidos siguen por debajo del 93 %, dejando a más de 280.000 niños en edad escolar susceptibles a enfermedades infecciosas.

Mariana Mestizo Hernández

    Enfermedades pediátricas como sarampión y rubéola podrían aumentar en adultos por falta de vacunación

    En 2024, Estados Unidos registró más de 32.000 casos de tos ferina, la cifra más alta en una década. Solo en California, entre enero y octubre, la enfermedad afectó a 2.000 personas, hospitalizando a más de 60 bebés menores de cuatro meses y causando la muerte de uno de ellos. 

    Este incremento refleja las consecuencias de la disminución en las tasas de vacunación, un problema exacerbado por la pandemia, que interrumpió las inmunizaciones infantiles en todo el país. Aunque la sociedad ha retomado la normalidad, las tasas de vacunación siguen por debajo del 93 %, dejando a más de 280.000 niños en edad escolar susceptibles a enfermedades infecciosas.

    El impacto del descenso en las tasas de vacunación

    El descenso en las tasas de vacunación expone a la población a enfermedades que, durante décadas, se consideraron controladas, como el sarampión, las paperas y la rubéola

    Aunque estas afectan principalmente a niños pequeños, los expertos advierten que su resurgimiento podría impactar a todos los grupos de edad debido a la pérdida progresiva de inmunidad inducida por las vacunas."Puede que tarde uno o dos años, pero no hay duda", dijo Pejman Rohani, epidemiólogo de enfermedades infecciosas de la Universidad de Georgia.

    Sarampión

    El sarampión, por ejemplo, es altamente contagioso: puede permanecer en el aire hasta dos horas después de que una persona infectada abandone un lugar, y una sola persona puede contagiar a 18 más. En el pasado, la reducción en las tasas de vacunación ya ha tenido consecuencias graves. Entre 1989 y 1991, recortes presupuestarios llevaron a un brote que infectó a más de 55.000 personas y provocó 166 muertes en Estados Unidos. 

    A nivel global, antes de la vacunación masiva, esta enfermedad causaba 2,6 millones de muertes anuales, debilitando el sistema inmunológico y aumentando la susceptibilidad a otras infecciones. Incluso en la actualidad, el 40 % de los casos de sarampión en EE. UU. durante 2023 requirieron hospitalización.

    La rubéola y el síndrome de rubéola congénita

    La rubéola, aunque poco común en EE. UU. gracias a las altas tasas de vacunación, sigue siendo la principal causa prevenible de malformaciones congénitas en el mundo. Esta enfermedad es especialmente peligrosa para las mujeres embarazadas, quienes no pueden recibir la vacuna debido a su formulación con virus vivos atenuados. 

    En caso de infección, los fetos pueden desarrollar síndrome de rubéola congénita (SRC), que causa ceguera, sordera y defectos cardíacos. Elsa Sjunneson, nacida durante un brote en Nueva York en 1985, sufrió estas consecuencias, incluyendo pérdida de visión y audición.

    Tos ferina

    La tos ferina es otra preocupación creciente. Aunque la vacuna actual, introducida en los años 90, es más segura que su versión original, su efectividad disminuye con el tiempo. Esto ha provocado un aumento de casos en adolescentes y adultos, quienes, a su vez, pueden transmitir la enfermedad a bebés demasiado pequeños para estar completamente vacunados.

    Conocida como "la tos de 100 días", esta enfermedad puede causar vómitos, fracturas de costillas y dificultades respiratorias severas. Los CDC ahora recomiendan dosis de refuerzo en la adolescencia para mantener la protección.

    Pérdida de inmunidad a lo largo del tiempo

    Además de los riesgos inmediatos, la pérdida de inmunidad a lo largo de las décadas plantea desafíos para los adultos vacunados en su infancia. Un 11 % de los casos de sarampión en 2023 se dieron en personas que habían recibido una o dos dosis de la vacuna. Lo mismo ocurre con las paperas, que, aunque suelen ser leves, pueden causar problemas de fertilidad en varones y complicaciones graves en adultos.

    La importancia de la protección comunitaria

    La protección comunitaria proporcionada por la vacunación beneficia a quienes no pueden vacunarse debido a edad, condiciones médicas o sistemas inmunitarios débiles. Sin embargo, cuando las tasas de vacunación caen, aumenta la vulnerabilidad general. Según expertos, esta disminución refleja la creciente desconfianza hacia las vacunas y puede resultar en brotes cada vez más frecuentes de enfermedades prevenibles, especialmente en espacios como escuelas y universidades.

    Mantener altas tasas de vacunación es esencial no sólo para prevenir brotes, sino también para evitar el retroceso hacia épocas en las que enfermedades infecciosas cobraban la vida de millones de personas. Las vacunas, aunque preventivas, enfrentan desafíos de aceptación debido a la percepción de riesgos, lo que subraya la importancia de campañas educativas para proteger la salud pública.

    Fuente consultada aquí.



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