Arritmias, infartos y episodios psicóticos: Riesgos asociados al consumo de ‘cocaína rosa’ o tusi

Esta sustancia de composición variable combina ketamina, MDMA y alucinógenos, y puede provocar desde arritmias cardíacas hasta episodios psicóticos.

Laura Guio

    Arritmias, infartos y episodios psicóticos: Riesgos asociados al consumo de ‘cocaína rosa’ o tusi

    El tusi, popularmente conocido como "cocaína rosa", volvió a encender las alarmas en Argentina tras su mención en casos de alto impacto mediático. 

    Aunque su denominación sugiere lo contrario, esta droga sintética no contiene cocaína entre sus componentes, sino una mezcla variable y peligrosa de sustancias que incluyen ketamina, MDMA (éxtasis), anfetaminas y alucinógenos como el LSD.

    "Hoy ni siquiera lo que se vende como 2C es siempre 2C-D, sino una mezcla de ketamina, éxtasis y otras sustancias, incluida a veces solo una cantidad mínima de feniletilamina y mucho colorante", advirtió el médico toxicólogo Francisco Dadic, director de Toxicología de la Fundación Iberoamericana de Salud Pública.

    Una droga de diseño sin receta única

    El tusi se presenta habitualmente como un polvo de color rosa debido a la adición de colorantes artificiales. Su composición fluctúa según el fabricante y carece de estándares de pureza, lo que multiplica los riesgos para quienes la consumen.

     El término técnico original refiere a la 4-bromo-2,5-dimetoxifeniletilamina, una feniletilamina alucinógena, aunque la sustancia que circula actualmente en el mercado puede contener múltiples componentes no identificados.

    Carlos Damin, médico toxicólogo y profesor de la Facultad de Medicina de la UBA, señaló que esta droga "provoca efectos similares a la cocaína, ya que genera euforia y excitación psicomotriz, pero su mecanismo de acción se diferencia por poseer un componente alucinógeno potente".

    La droga se consume principalmente por vía nasal y forma parte del fenómeno global de las drogas sintéticas de diseño, producidas para el mercado recreativo y distribuidas frecuentemente en fiestas electrónicas, boliches y reuniones nocturnas.

    Efectos en la salud cardiovascular

    Los efectos sobre la salud física son diversos y potencialmente letales. Según los especialistas consultados, el tusi puede provocar aumento de la frecuencia cardíaca, elevación de la presión arterial, arritmias y paro cardíaco. 

    "Puede generar edema agudo de pulmón y provocar dificultad respiratoria. A nivel del cerebro se observan convulsiones, y en casos extremos coma o muerte por falla multiorgánica", explicó Dadic.

    El riesgo se incrementa significativamente cuando el tusi se mezcla con otros estimulantes como alcohol o cocaína, una práctica conocida como policonsumo que potencia los efectos adversos y la probabilidad de sufrir infartos o derrames cerebrales.

    Impacto psiquiátrico: Alucinaciones y delirios paranoides

    Las manifestaciones en la salud mental generan especial preocupación entre los profesionales. El consumo de tusi puede inducir alucinaciones vívidas, cuadros de delirio paranoide y una sensación persistente de persecución. 

    Los episodios de agitación, desinhibición extrema y paranoia pueden derivar en comportamientos peligrosos tanto para el consumidor como para terceros. Los expertos coinciden en que la combinación de drogas sintéticas genera dificultades adicionales en el manejo de los cuadros agudos de intoxicación.

    Un fenómeno en expansión

    El consumo de tusi continúa expandiéndose entre adolescentes y jóvenes que asisten a eventos nocturnos, donde se busca "sostener la movida" a través de estimulantes y alucinógenos de acción rápida.

     Este escenario preocupa a los profesionales de la salud, que insisten en la necesidad de monitorear nuevas sustancias e implementar campañas de prevención adaptadas al policonsumo y a la rápida mutación del mercado de drogas de diseño.

    La variabilidad en su composición, la falta de control sobre su pureza y el contexto de policonsumo en el que suele utilizarse convierten al tusi en una amenaza creciente para la salud pública, especialmente entre la población juvenil.




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