Las lesiones por pólvora afectan la salud mental de los niños y de sus cuidadores. Es necesaria la intervención psicológica en el proceso de recuperación.
Los accidentes relacionados con la pólvora aumentan cada año, dejando secuelas no solo físicas, sino también emocionales.
Según varios estudios, las personas que sufren lesiones graves por quemaduras tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos psicológicos como el estrés postraumático, ansiedad y depresión.
En la víspera de año nuevo, el Dr. Oscar Soto, reumatólogo y moderador de la más reciente edición de Expertos en Salud, conversó en exclusiva con la Dra. Lina Parada, psicóloga,aborda el impacto de la salud mental en las personas que sufren quemaduras especialmente por la pólvora.
Para la doctora Parada: "Existen una serie de síntomas y dolencias psicológicas que afectan no solo al niño que ha sufrido la quemadura, sino también a sus cuidadores inmediatos, su familia y su entorno social. Es un efecto dominó del dolor psicológico que puede traer una quemadura. Una de las condiciones más complejas que trae este tema de las quemaduras en menores es el estrés postraumático, cuadros depresivos y ansiosos."
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La intervención psicológica, clave en la recuperación
Además de la rehabilitación física, la Dra. Parada recalca la importancia de la intervención psicológica en el tratamiento de los niños que sufren quemaduras.
"La intervención psicológica es fundamental para que este niño pueda continuar, dentro de lo posible, con una vida normal, dependiendo de la lesión que haya sufrido", menciona. "Las quemaduras afectan la autoestima, generan miedos e inseguridades, incluso traumas de los mismos contextos médicos. Un niño expuesto a tratamientos invasivos dolorosos va a desarrollar aversión a los espacios hospitalarios, lo que genera resistencia al tratamiento".
A menudo, los padres tienden a minimizar la situación, pensando que la recuperación física es lo más importante. Sin embargo, la Dra. Parada advierte que la salud mental no debe ser descuidada.
"Debemos prestar atención a las señales: un niño que ya no juega como antes, que no interactúa con sus padres como lo hacía, tiene una herida emocional que necesita ser atendida", asegura la psicóloga.
Importancia de terapia psicológica para el niño y el cuidador
Los efectos emocionales de las quemaduras no solo afectan al niño, sino a toda la familia. La Dra. Parada enfatiza que los cuidadores también experimentan un impacto emocional significativo.
"Un papá o una mamá que ve sufrir a su hijo puede sentirse culpable. Ese sentimiento de ´yo fui el culpable´ puede deteriorar los vínculos familiares y afectar la recuperación del niño", advierte. Es crucial que tanto los niños como los padres busquen apoyo psicológico durante todo el proceso de rehabilitación.
La recuperación no es solo un proceso físico. Es un proceso integral que involucra a toda la familia. No es solo el niño el que necesita atención. Los papás también deben lidiar con sus propias heridas emocionales y entender que su participación activa en el proceso de rehabilitación es fundamental.
Los signos de alerta en los niños y su entorno
La Dra. Parada señala que la rehabilitación emocional es un proceso largo y, a menudo, no se recibe de inmediato. "Podemos estar hablando entre seis meses y un año para que los efectos emocionales de la quemadura se comiencen a manejar de manera efectiva. Como las heridas físicas, las emocionales también necesitan tiempo para sanar".
Entre los síntomas más comunes que los padres deben observar en sus hijos se encuentran trastornos del sueño, trastornos alimenticios, aislamiento social y cambios de comportamiento.
"Un niño que no duerme bien, que tiene pesadillas recurrentes, es un niño que no se está regenerando correctamente, no solo físicamente, sino también emocionalmente. Además, los trastornos alimenticios, el aislamiento social o los estallidos de ira son señales claras de que algo no está bien", destaca la Dra. Parada.
La importancia de un enfoque integral en el tratamiento
La Dra. Parada finaliza destacando la importancia de un enfoque integral en la atención de las quemaduras.
"Es fundamental que los padres y la familia estén involucrados activamente en el proceso de recuperación. No es suficiente con que el niño reciba terapia. Toda la familia debe estar preparada para enfrentar las secuelas emocionales de la quemadura y acompañar al niño en su proceso de sanación".
Este enfoque integral, que incluye la atención psicológica y el apoyo familiar, es crucial para que el niño pueda superar las secuelas emocionales y recuperar su bienestar físico y mental.