Los anticonceptivos con desogestrel se asocian con el mayor aumento del riesgo, mientras que otros métodos, como las inyecciones de acetato de medroxiprogesterona o las píldoras con drospirenona, no mostraron incrementos significativos.

El cáncer de mama es una de las principales preocupaciones de salud para las mujeres a nivel global. Millones utilizan a diario anticonceptivos hormonales, cuyos beneficios están ampliamente reconocidos, pero la pregunta sobre su posible vínculo con este cáncer sigue siendo un tema de intenso estudio.
Una nueva y extensa investigación aporta ahora datos cruciales para tomar decisiones informadas.
Un estudio de la Universidad de Uppsala (Suecia), publicado en JAMA Oncología, ha analizado cómo los distintos anticonceptivos hormonales influyen en el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Los investigadores hicieron seguimiento a más de dos millones de mujeres y adolescentes en Suecia durante más de una década, utilizando los registros nacionales de prescripciones médicas y diagnósticos de cáncer.
La clave del hallazgo es que no todos los métodos hormonales conllevan el mismo nivel de riesgo. La investigación, una de las más grandes de su tipo, se centró en una gama amplia de productos, desde las píldoras combinadas (con estrógeno y progestina) hasta los métodos de solo progestina, como las minipíldoras, los DIU hormonales, los implantes y las inyecciones.
"No todos los anticonceptivos hormonales tienen el mismo efecto sobre el riesgo de cáncer de mama", subraya la profesora Asa Johansson, jefa del grupo de investigación de la Universidad de Uppsala y SciLifeLab, y autora principal del estudio.
"Nuestros resultados indican que algunos progestágenos, en particular el desogestrel, están relacionados con un mayor riesgo de cáncer de mama, mientras que otros, como las inyecciones de acetato de medroxiprogesterona de depósito, no mostraron ningún aumento".
El estudio detalla cómo fluctúa el riesgo:
En términos generales, el uso de cualquier anticonceptivo hormonal se asoció con un aumento del 24% en el riesgo relativo de cáncer de mama. Aunque este porcentaje suena alto, en términos absolutos se traduce en aproximadamente un caso adicional de cáncer por cada 7.800 usuarias al año.
La investigación también confirmó que el riesgo aumenta con el tiempo de utilización. Un uso prolongado de entre 5 y 10 años de anticonceptivos con desogestrel se vinculó con un riesgo casi un 50% mayor. En cambio, el uso equivalente de métodos con levonorgestrel resultó en un aumento del riesgo inferior al 20%.
Las autoras del estudio mencionan que es importante no generar alarmismo y recordar los importantes beneficios de estos métodos. "Los anticonceptivos hormonales son muy eficaces y aportan importantes beneficios para la salud, por lo que no recomendamos que las mujeres dejen de usarlos", agregan las investigadoras.
"Además de proteger contra embarazos no deseados, reducen el riesgo de cáncer de ovario y de endometrio, alivian el dolor menstrual y el sangrado abundante, ayudan a combatir el acné y brindan a las mujeres un mayor control sobre su salud reproductiva".
No obstante, el estudio subraya la importancia de una elección informada. "El cáncer de mama es el cáncer más común entre las mujeres y, hasta que se disponga de mejores tratamientos preventivos, evitar los fármacos que aumentan el riesgo puede marcar una gran diferencia, especialmente para las mujeres que ya presentan un mayor riesgo. Los resultados de nuestro estudio proporcionan a médicos y mujeres información útil para tomar decisiones".
La información permite a las mujeres y a sus médicos optar por alternativas con un perfil de riesgo más favorable, sin renunciar a los significativos beneficios que ofrecen estos métodos para la salud y la autonomía reproductiva.