En Colombia, los pacientes con cáncer en la sangre enfrentan demoras de hasta 78 días para acceder a sus medicamentos, una crisis que en 2024 creció un 60% y ya provoca muertes evitables.
Un aumento del 60% en las barreras de acceso durante 2024, comparado con el año anterior, deja evidencia una crisis sistémica que afecta a pacientes oncológicos en Colombia.
Según la Fundación Colombiana de Leucemia y Linfoma, la demora promedio para recibir medicamentos oncológicos es de 78 días, un plazo fatal para enfermedades de rápida progresión como las leucemias y los linfomas.
La garantía del derecho fundamental a la salud en Colombia atraviesa una de sus peores crisis, situación que impacta de manera particular a pacientes diagnosticados con cánceres hematológicos.
Para profundizar en esta problemática, la Revista Medicina y Salud Pública (MSP) conversó con Yolima Méndez, presidenta de la Fundación Colombiana de Leucemia y Linfoma, quien desde su perspectiva, visibilizó esta problemática.
Al respecto, Méndez señaló que: “Desafortunadamente, las barreras de acceso están siendo más frecuentes este año que el año anterior y que el año pasado a ese, es decir, estamos en una crisis del sistema que con el pasar de los días, en lugar de mejorar se agudiza”.
Pues, según comenta, los datos recogidos por la Fundación a través de su programa SEBAS, indican que, de enero a agosto de 2024, las barreras de acceso han aumentado en un preocupante 60% en comparación con el mismo periodo del año anterior, siendo el acceso a los medicamentos la principal dificultad, al representar el 67% del total de los casos.
Lejos de ser una estadística, el impacto de estas barreras son pérdidas humanas y, lo que es más grave, prevenibles.
Al detallar las consecuencias de estas demoras, la presidenta de la Fundación compartió casos específicos. Por ejemplo, mencionó el fallecimiento de un joven en Ibagué, Colombia, como consecuencia directa de las fallas del sistema:
“Tristemente, un hombre de solamente 31 años falleció porque tuvo demoras en el inicio de su protocolo de quimioterapia. Posteriormente, este paciente recayó porque a eso se ven expuestos los pacientes con las demoras, a recaídas y a dificultades más graves como la muerte”.
Asimismo, relató otro caso: “Una paciente de 72 - 71 años, que tenía una leucemia mieloide aguda y que a pesar que su médica tratante había ordenado ya un medicamento para el control de su enfermedad, este medicamento llegó el día de su velorio”.
Estas son más que evidencias claras de que es necesario una intervención inmediata, ya que, para enfermedades oncológicas de la sangre, el tiempo de espera es un factor que literalmente define entre la vida y la muerte.
La efectividad de las terapias contra cánceres como la leucemia y el linfoma está intrínsecamente ligada a la celeridad con la que se inicien. “Un paciente con una leucemia aguda, es un paciente que requiere iniciar tratamiento de manera oportuna porque la leucemia aguda avanza rápidamente, es una enfermedad de rápida progresión”.
En este sentido, cuando el sistema falla en proveer el tratamiento a tiempo, las consecuencias son irreversibles. “Si no se inicia a tiempo un protocolo de quimioterapia, la leucemia le coge ventaja al paciente, así de simple, y ya después controlarla va a ser más difícil”, añadió.
Además, es importante destacar que superar la primera fase del tratamiento es fundamental, pues una recaída complica enormemente el panorama. Al respecto, Méndez explicó: “Una recaída en una leucemia aguda, en un linfoma, es grave. Es grave porque a veces los pacientes se curan o tienen mayores probabilidades de controlar su enfermedad justamente en esa primera fase de su diagnóstico de su enfermedad”.
En otras palabras, las barreras de acceso además de postergar la terapia, reducen las posibilidades de supervivencia a largo plazo.
Frente a la recurrente justificación del “desabastecimiento” que reciben los pacientes en las farmacias, la experta afirmó que el problema real es de orden financiero y estructural, mucho más profundo.
“Al paciente probablemente no le dicen esto en la farmacia cuando va a reclamar el medicamento, solo le dicen que no lo hay, le dicen que está desabastecido, pero el problema base pues no es ese, el problema base es que hay dificultad para comprarlo porque no hay un flujo de recursos adecuado”.
Cabe destacar que, si bien el acceso a medicamentos es la barrera más reportada, Yolima Méndez también alertó sobre otras dificultades críticas, como las demoras en la asignación de citas con especialistas como los hematólogos, y los retrasos de hasta dos meses en la autorización de exámenes y procedimientos, lo cual también son obstáculos adicionales para un diagnóstico y tratamiento oportuno.
La experta, tratando de evitar que siga este panorama, comentó: “A los pacientes que nos escuchan, quiero decirles que no están solos, que cuentan con la Fundación Colombiana de Leucemia y Linfoma para acompañarlos”.
Además, afirmó que, en colombia, es necesario pasar de la queja a la acción formal: “Decirles también que no se queden callados frente a las dificultades que puedan tener, que si presentan dificultades de acceso, levanten la mano y pidan ayuda, que pongan las PQRs en la Superintendencia Nacional de Salud, que acudan a nuestro programa de acceso SEBAS, Solución y Evidencia de Barreras de Acceso en Salud, que pongan una acción de tutela si sienten que se están vulnerando sus derechos a la salud y a la vida”.
Finalmente, recalcó que la solución requiere de acciones asertivas: “esto amerita que se tomen decisiones urgentes, porque si no, más personas van a seguir muriendo y insisto en que esto es grave en el sentido de que es una mortalidad evitable, son pacientes que pudiendo vivir están muriendo por negligencia del sistema de salud”, concluyó.