La LMC constituye en torno al 20% del total de leucemias y, se considera como una enfermedad poco frecuente que ha afectado aproximadamente a 1 de cada 100.000 habitantes
La leucemia mieloide crónica (LMC) es una enfermedad cancerígena de la médula ósea caracterizada por un aumento descontrolado de la producción de algunas de las células que está produce. La LMC constituye en torno al 20% del total de leucemias y, se considera como una enfermedad poco frecuente que ha afectado aproximadamente a 1 de cada 100.000 habitantes
En exclusiva para la Revista Medicina y Salud Pública (MSP) la doctora Ana Di Marco, hematóloga y oncóloga, nos habla sobre la leucemia mieloide crónica, su prevalencia en la población puertorriqueña y los tratamientos que han ayudado
La doctora Di Marco explica “la leucemia mieloide crónica (CML) es un tipo de cáncer que se origina en determinadas células productoras de sangre dentro de la médula ósea, se produce un cambio genético de la célula mieloide ósea, la precursora de los glóbulos blancos. Las células leucémicas crecen y se dividen y se acumulan en la médula y ahí se extienden hacia la sangre y pueden invadir otros órganos incluyendo el vaso muchas veces agrandandolo”.
Cada célula humana contiene 23 pares de cromosomas. La mayoría de los casos de CML comienza durante la división celular, cuando se intercambia el ADN entre los cromosomas 9 y 22. Parte del cromosoma 9 va al cromosoma 22 y parte del cromosoma 22 pasa al 9.
La oncóloga Ana explica “el cromosoma filadelfia también conocida como la mutación BCR a ABL es formada por una combinación de dos genes, osea una fusión de dos genes, el gen BCR está normalmente en el cromosoma 22 y el gen ABL está en el cromosoma 9, la mutación de BCR a ABL ocurre cuando parte de los genes se desprenden y cambian de lugar, la mutación aparece en el cromosoma 22 donde se ha unido una pieza del cromosoma 9, al cromosoma 22 se le llama Filadelfia por que fue el lugar donde los investigadores la descubrieron”.
El gen BCR y ABL no es un tipo de mutación que se herede de los padres, es un tipo de mutación somática, lo que significa que las personas no nacen con ella y aparece más adelante y se origina por casualidad, el BCR al ABL se detecta en casi todos los pacientes con CML pero también se puede detectar en otro pacientes con otro tipo de leucemias por medio de una biopsia o prueba de sangre.
No se han demostrado otros factores de riesgo para la CML. El riesgo de padecer CML no parece verse afectado por el hábito de fumar, la alimentación, la exposición a sustancias químicas ni infecciones. y tampoco se presenta con mayor frecuencia en algunas familias determinadas.
La hematóloga aclara “La edad promedio del desarrollo del CML es a los 64 años, siendo un poco más común en los hombres que en las mujeres y se piensa que a mayor edad, surgen más problemas en la médula ósea, mutaciones adicionales de las BCR y ABL, también hay disfunciones inmunológicas a la edad avanzada que pueden causar peor pronóstico de la enfermedad, pero no hay evidencia concreta que la biología del CML cambie al avanzar la edad”.
No hay manera de prevenir el CML ya que no hay una forma de detectar que una persona lo va a desarrollar, cuando se detecta la enfermedad algunos medicamentos pueden mantener la enfermedad controlada, pero no la va a prevenir.
“Esta proteína es conocida como la tirosina cinasa y los medicamentos conocidos como inhibidores de la tirosina cinasa son los tratamientos convencional para el CML, estos medicamentos son pastillas que se deben tomar a diario indefinidamente”, concluyó la especialista.