En los estadios avanzados, el cáncer de esófago se puede tratar, pero casi nunca es curable.
Se ha observado un aumento alarmante tanto en el cáncer de esófago como en la lesión precursora primaria del adenocarcinoma de esófago, conocida como esófago de Barrett, entre adultos de mediana edad durante los últimos cinco años, y no se debe a exámenes de detección mejores o más frecuentes, advierten los autores de un nuevo estudio de Florida, Estados Unidos.
"Encontramos que la [prevalencia del] cáncer de esófago y el esófago de Barrett pueden haberse estabilizado en los adultos mayores, pero hay un aumento preocupante en su prevalencia en adultos de mediana edad, a pesar de que no ha habido un aumento en el uso de endoscopia en esta población", declaró en una rueda de prensa el Dr. Bashar Qumseya, maestro en salud pública, profesor asociado de medicina y jefe de endoscopia de la University of Florida en Florida, Estados Unidos.
"Esto debería ser motivo de gran preocupación para los médicos y los pacientes, y nuestra sugerencia es que tal vez deberíamos considerar evaluar a los pacientes de mediana edad o incluso a los más jóvenes para ambas afecciones", agregó.
El estudio se destacó durante una conferencia de prensa previa al Congreso Digestive Disease Week (DDW) de 2022, que se realizará del 21 al 24 de mayo en San Diego, Estados Unidos.
Red de investigación
El análisis se llevó a cabo utilizando expedientes de salud electrónicos de OneFlorida Clinical Data Research Network, una base de datos que cubre más de 40% de los residentes que viven en Florida, Estados Unidos. Los investigadores identificaron pacientes a los que se les había diagnosticado cáncer de esófago o esófago de Barrett entre 2012 y 2019. "El resultado principal de interés fue la prevalencia ajustada de cáncer de esófago y esófago de Barrett en la población", afirmaron los investigadores.
La cohorte se clasificó por edad: personas de 18 a 44 años (jóvenes); los de 45 a 64 años (mediana edad) y los mayores de 65 (adultos mayores). El número de pacientes incluidos en la base de datos varió según el año y osciló entre 4’238.884 y 5’411.838 pacientes por año, señalaron los investigadores. Curiosamente, en el año más reciente, 2019, más mujeres (más de 57%) que hombres fueron diagnosticadas con cáncer de esófago.
Durante el intervalo del estudio, la prevalencia de cáncer de esófago se mantuvo estable entre los adultos mayores, pero casi se duplicó entre los pacientes de mediana edad, de una tasa de 49 por 100.000 en 2012, a una tasa de 94 por 100.000 en 2019.
De manera similar, hubo un aumento de 50% en esófago de Barrett durante el mismo intervalo de estudio, de 304 por 100.000 en 2012 a 466 por 100.000 en 2019, nuevamente en el grupo de mediana edad. El aumento en la prevalencia de esófago de Barrett fue más alto en las personas de 51 a 60 años, seguidas por las de 61 a 70 años y luego por las de 41 a 50 años, informaron los investigadores.
Los datos de la misma cohorte también indicaron que la gran mayoría de los pacientes con múltiples factores de riesgo de cáncer de esófago o esófago de Barrett (obesidad, dieta y enfermedad por reflujo gastroesofágico) nunca se habían sometido a una endoscopia, "así que definitivamente podemos hacerlo mejor", opinó el Dr. Qumseya. Una forma sencilla de "hacerlo mejor" es ofrecer a los pacientes una endoscopia cuando se someten a su primera colonoscopia a la edad recomendada de 45 años, sugirió.
"No estoy en posición de hacer las directrices", comentó el Dr. Qumseya. "Pero [ya] tenemos algunas que sugieren que los pacientes con múltiples factores de riesgo [para cáncer de esófago y esófago de Barrett] sean evaluados, y dado que sabemos por nuestros datos que esto no está sucediendo, creo que, si un paciente tiene múltiples factores de riesgo, deberían tener al menos una endoscopia de detección al momento de la colonoscopia. De lo contrario, estamos perdiendo una buena oportunidad para hacerlo y, personalmente, creo que esto es algo que deberíamos considerar", concluyó.
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