Los síntomas iniciales de este trastorno suelen incluir dolor en los músculos de la masticación, ruidos articulares y bloqueos de la mandíbula frecuentes.
La articulación temporomandibular (ATM) funciona como una bisagra deslizante que une la mandíbula al cráneo, con una articulación en cada lado de la mandíbula. Cumple un rol fundamental en el habla, la masticación y la deglución. Sin embargo, millones de personas padecen disfunciones en esta articulación, muchas veces sin darse cuenta hasta que el problema ya se ha vuelto crónico.
En palabras de la Dra. Diana Ramírez, cirujana maxilofacial y odontóloga, “con lo que casi siempre inician todos los pacientes, es que cuando se levantan, sienten un dolor a nivel de los maceteros o a nivel de los músculos temporales". Además, menciona que "a veces les duele cuando mastican alimentos duros o cuando mastican por mucho tiempo, como por ejemplo chicles o gomas de mascar".
Otros indicios incluyen ruidos articulares, bloqueos de la mandíbula y en algunos casos incluso sonidos en los oídos, debido a la cercanía de las estructuras involucradas.
Existen múltiples causas detrás de estos trastornos, y el estrés es uno de los factores principales. La experta menciona que “el ser mujer y el factor hormonal son importantes, ya que aporta a que se presenten estas patologías más frecuentemente”.
Sin embargo, “lo que nos va a desencadenar esta enfermedad siempre, o casi siempre, es los dientes.” La salud dental también juega un rol bastante importante, ya que la "ausencia o la malposición dental" puede agravar la disfunción en la ATM.
La falta de piezas dentales, así como la malposición de los dientes, tiende a provocar un desbalance en la mandíbula que, con el tiempo, contribuye al dolor y al desgaste en la articulación.
Para el diagnóstico, la Dra. Ramírez explica que parte de una evaluación clínica inicial para verificar la posición de los dientes y descartar otras causas. "El examen clínico es bastante importante para determinar y descartar en primera medida la malposición o la ausencia dental", y suele complementarse con exámenes radiográficos panorámicos, que permiten observar los dientes, la mandíbula y el cóndilo en relación con el cráneo.
En casos más complejos, se requieren estudios avanzados como resonancia magnética o tomografía para evaluar tanto los tejidos blandos como los huesos de la articulación.
El tratamiento de las disfunciones en la ATM puede ser variado y depende de la severidad de los síntomas y de los factores subyacentes.
Por ejemplo, en casos leves, el manejo puede incluir fisioterapia, dispositivos dentales (como placas de mordida) y medicamentos para controlar el dolor y reducir la inflamación.
Según la Dra. Ramírez, es importante abordar el problema de manera integral: "No es una patología que solamente se trate con medicamentos o que solamente se trate con terapia. Tiene que ser un tratamiento multidisciplinario o en múltiples áreas para que pueda ser efectivo".
Sin embargo, en etapas avanzadas, la intervención quirúrgica puede convertirse en una opción necesaria, especialmente cuando el paciente experimenta bloqueos mandibulares frecuentes. De hecho, la experta advierte que "si no lo tratamos a tiempo, puede llevar a patologías degenerativas como artrosis o artritis".
La doctora aclara que “hay pacientes que manifiestan bloqueos en la apertura oral. Son pacientes que se quedan con la boca abierta o cerrada y que no la pueden abrir. O que tengan más de 6 u 8 episodios en 6 meses, o sea, estamos hablando de 10 o más episodios anuales". Este nivel de recurrencia y la diversidad de los síntomas, indica un problema severo en la articulación y una mayor necesidad de considerar la cirugía.
Para determinar si un paciente es apto para la intervención quirúrgica, es necesario evaluar su estado de salud general. La cirujana explica que, en primer lugar, es importante “que el paciente tenga una buena salud general o control de alguna patología preexistente, como en los pacientes diabéticos o hipertensos, que todo esto de base esté controlado".
En segundo lugar, debe ser “un paciente que tenga episodios de bloqueos subsecuentes, que tengan degeneración de la articulación y que las estructuras que están en relación con los huesos estén perforadas o desplazadas”. Al llegar a este diagnóstico, la experta indica que "ya debemos pensar en el tratamiento quirúrgico".
Como recomendación final, la Dra. Ramírez menciona que es nuestro deber estar atentos a cualquier dolor o sonido extraño en la mandíbula y buscar ayuda profesional a la primera señal. "La invitación es ir siempre que tengan cualquier tipo de dolor o molestia en el cuerpo. Nada debería doler si todo está bien", recalca.
A través de una consulta inicial con un odontólogo y, de ser necesario, una valoración con un cirujano maxilofacial, los pacientes pueden recibir un diagnóstico temprano y evitar complicaciones a largo plazo.