La experta recomienda llevar una alimentación mayormente por plantas, es decir, por frutas y vegetales, acompañados de actividad física y la eliminación de alcohol y embutidos, es un factor determinante en la prevención del cáncer de mama.
En el marco de la 49ª Convención Anual del Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Puerto Rico, celebrada en el Ponce Hilton, la licenciada Betsabé Borges, nutricionista dietista, realizó una conferencia sobre la importancia de la nutrición preventiva para sobrevivientes de cáncer de mama.
Asimismo, en una pequeña entrevista para la Revista MSP, la Lcda. Borges, comentó la relevancia de ciertos alimentos y nutrientes esenciales en la prevención de esta enfermedad, además pudo hacer algunas recomendaciones detalladas para aquellas personas que están intentando hacer un cambio en sus comidas para llevar una dieta balanceada y saludable.
La experta enfatizó la importancia de una dieta basada predominantemente en plantas. "Se enfatizan los que están en la dieta predominante en plantas, entiéndase las frutas y los vegetales, los cereales de granos enteros y las legumbres," mencionó. Estos alimentos no solo aportan los nutrientes necesarios para una buena salud, sino que también son cruciales para mantener un peso saludable, lo cual es un factor determinante en la prevención del cáncer de mama.
Una dieta rica en frutas y vegetales proporciona antioxidantes y fitoquímicos que pueden ayudar a reducir el riesgo de cáncer.
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En medio de la charla, también se abordó la relación entre el aumento de peso y el riesgo de cáncer de mama. "Es bien importante, hay unos factores que son de riesgo y entre ellos está, por ejemplo, la ganancia de peso, el porcentaje de grasa corporal elevado y la inactividad física" señaló.
Explicó que los niveles de sedentarismo en Puerto Rico son alarmantes y que la inactividad física es un factor de riesgo significativo para el cáncer de mama. Además mencionó que el consumo de bebidas alcohólicas y azucaradas, así como de alimentos procesados, aumenta el riesgo de desarrollar esta enfermedad. "Tenemos unos niveles de sedentarismo en la isla que son alarmantes y que sobre todo también está, por ejemplo, el uso de bebidas alcohólicas y los alimentos procesados que son alimentos que se recomienda disminuir," afirmó.
En cuanto a las prácticas de lactancia materna, la experta se refirió a los beneficios tanto para la madre como para el niño. "Los niños que son lactados tienen un mejor peso en la niñez, y ese peso de la niñez se traduce al peso de la adultez," explicó. Además, señaló que para la madre, la lactancia materna ayuda a reducir la exposición a estrógenos a lo largo de su vida, lo cual es beneficioso para la prevención del cáncer de mama. "La amenorrea que ocurre cuando la madre está lactando disminuye esa exposición vitalicia de estrógenos a lo largo de su vida," indicó.
Estos beneficios hormonales, junto con la pérdida de peso asociada con la lactancia, hacen que esta práctica sea altamente recomendable para las mujeres que pueden hacerlo. "Así que las que puedan lactar, a lactar se ha dicho," afirmó con entusiasmo.
Para las familias que desean cambiar su alimentación poco a poco, la Lcda. Borges proporcionó recomendaciones prácticas accesibles. "Comenzaría por recomendar una ingesta de carnes rojas bien disminuida entre 12 y 18 onzas como máximo a la semana" sugirió.
También recomendó eliminar las carnes procesadas como embutidos, jamón y salchichas. "Entiéndase los embutidos, el jamón, la salchicha, la mortadela y todo esto" especificó. "Una recomendación que es bien prevalente es que por lo menos dos tercios del plato sean de alimentos de fuente vegetal," destacó.
Los alimentos que son más recomendados incluyen frutas, vegetales, cereales integrales y legumbres. Sin embargo, el consumo de proteínas animales es muy importante, aunque debe ser más controlado y balanceado con una alta ingesta de alimentos vegetales. "Y sobre todo enfatizar la ingesta de frutas y vegetales; un tercio del plato sea proveniente de proteínas animales," añadió.
La experta concluyó con un llamado a la acción para que las sobrevivientes de cáncer de mama y sus familias adopten hábitos alimenticios más saludables como parte de su estrategia de prevención y cuidado a largo plazo.
