El dolor facial súbito e intenso característico de esta enfermedad suele confundirse con problemas odontológicos o sinusales, lo que retrasa su detección en promedio un año.
La neuralgia del trigémino es un trastorno neurológico crónico considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como uno de los tres dolores más severos que existen. Se caracteriza por crisis repentinas de dolor punzante, descrito como una descarga eléctrica, que afecta generalmente un solo lado de la cara.
“Los pacientes sienten un dolor súbito, muy grave y que puede aparecer de forma intermitente ante prácticamente cualquier estímulo táctil o térmico en la cara. Esto altera de manera significativa la calidad de vida de los afectados e incluso puede ser motivo de suicidio”, explicó el doctor Robert Belvís, coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Las crisis pueden durar desde segundos hasta dos minutos y repetirse muchas veces al día, intercaladas con períodos libres de dolor. Sin embargo, algunos pacientes desarrollan una forma continua o residual de dolor, lo que complica aún más el manejo de la enfermedad.
La SEN advierte que hasta un 40 % de los pacientes recibe un diagnóstico erróneo en la primera consulta, principalmente porque los síntomas pueden confundirse con problemas dentales, sinusales o musculares. Esta confusión retrasa en promedio un año el diagnóstico correcto, lo que afecta el inicio oportuno del tratamiento y aumenta el sufrimiento de los pacientes.
“Desde la SEN recomendamos consultar con un profesional cuando se sienta dolor en la cara de forma persistente o si este vuelve a aparecer después de haber desaparecido. Además, es importante buscar atención médica ante cualquier dolor que no se alivie con los analgésicos habituales”, afirmó Belvís.
La entidad insiste en que el diagnóstico temprano es clave para mejorar el pronóstico y la calidad de vida, evitando que el dolor se cronifique o cause deterioro emocional.
En cerca del 75 % de los casos, la neuralgia del trigémino está causada por la compresión del nervio trigémino por un vaso sanguíneo cercano, lo que genera irritación y dolor. En otros casos, el origen se relaciona con enfermedades como la esclerosis múltiple, tumores o malformaciones vasculares (15 %), mientras que en un 10 % no se identifica una causa específica.
El tratamiento suele comenzar con medicación anticonvulsiva o neuromoduladora, que logra controlar el dolor en entre el 80 y el 85 % de los pacientes. No obstante, alrededor del 20 % no responde a los fármacos o presenta efectos secundarios importantes.
“Estos pacientes son los principales candidatos a cirugía, y actualmente existen diversas técnicas quirúrgicas eficaces disponibles en centros especializados”, detalló Belvís. Entre las más utilizadas se encuentra la descompresión microvascular, que separa el vaso sanguíneo que presiona el nervio, y las técnicas percutáneas o de radiocirugía, indicadas para casos seleccionados.
El dolor crónico facial no solo afecta la salud física, sino también la mental y social. De acuerdo con la SEN, la neuralgia del trigémino reduce la capacidad laboral en un 34 % de los pacientes y se asocia con una incidencia tres veces mayor de depresión y ansiedad.
“El impacto psicológico es profundo, porque se trata de un dolor imprevisible que interfiere en actividades cotidianas tan simples como comer o hablar. Muchos pacientes viven con miedo a que aparezca un nuevo episodio”, añadió el neurólogo.
Por ello, los especialistas insisten en la importancia de un enfoque multidisciplinario, que combine tratamiento médico, apoyo psicológico y, cuando sea necesario, intervención quirúrgica.