Esta rara condición puede presentarse a cualquier edad, indicó el especialista, como consecuencia de alguna infección respiratoria previa, o por la exposición a químicos, algunos, muy comunes.
La bronquiolitis obliterante (BO) es una enfermedad pediátrica rara, generalmente consecuencia de la exposición a partículas químicas, especialmente tras alguna infección respiratoria causada por virus, como adenovirus, virus sincicial respiratorio (RSV), parain-fluenza, HIV, herpes, neumonía, CMV y microplasma.
Así lo ha informado el doctor Wilfredo de Jesús, neumólogo pediátrico con práctica en el Hospital Menonita de Cayey, indicó que esta enfermedad se ha categorizado como una de las complicaciones no infecciosas luego de un trasplante pulmonar o de trasplante de células hematopoyéticas.
“Sin embargo, existen otros factores de riesgo que pueden propender a los pacientes a desarrollar esta enfermedad, como la exposición a gas mostaza, nitrógenos oxidados, diacetilo (aditivo para dar sabor al “popcorn”) ceniza ambiental y fibra de vidrio”, indicó.
El especialista indicó que además, se ha visto que la bronquiolitis obliterante puede estar asociada, también, a patologías autoinmunes como artritis reumatoide, enfermedad inflamatoria intestinal y de tejido conectivo como la esclerodermia y el síndrome de Steven-Johnson.
La bronquiolitis obliterante puede tener una manifestación inicialmente parecida a una bronquiolitis viral aguda y luego, dependiendo de la severidad puede ocurrir la obliteración de los bronquiolos. Entre las manifestaciones clínicas se encuentran: síntomas persistentes de tos, dificultad respiratoria y pobre desempeño al ejercicio. Los síntomas se desarrollan en un período de semanas o meses y no de manera aguda.
Como consecuencia de esta afección, los pulmones tienden a presentar una obstrucción fija e irreversible del flujo del aire. “Actualmente, existe una gran variedad de clasificaciones mediante las cuales se determina la severidad de la enfermedad, con base en la afectación que han sufrido los pulmones del paciente”, explicó el neumólogo.
Ahora bien, para el especialista la presencia de hiperinflación puede estar presente en el cuadro clínico y, por lo tanto, notaremos un aumento en el volumen residual. La tomografía computarizada puede presentar engrosamiento de la pared del bronquio y áreas hipoatenuación en patrón de “mosaico”, sugestivos de bronquiolitis obliterante.
Es importante que, mediante los exámenes adecuados, podamos descartar otras condiciones pulmonares tales como: discinesia ciliar primaria, inmunodeficiencias o incluso fibrosis quística. “La prueba estándar para el diagnóstico, es una biopsia pulmonar donde se observa tejido de cicatrización con obliteración en la pared de los bronquiolos; en el caso de la bronquiolitis obliterante se observa fibrosis subepitelial que causa una oclusión del lumen parcial o completo”, señaló.
El doctor Wilfredo de Jesús indicó que, por otra parte, las sospechas apuntan a que el paciente podría estar padeciendo bronquiolitis obliterante luego de haber sido sometido a un trasplante de pulmón, puede que sea necesaria la biopsia para poder identificar si el inadecuado funcionamiento pulmonar es consecuencia de alguna infección adquirida durante o después del procedimiento, o se deba por el rechazo del organismo a la nueva estructura.
Pronóstico para los pacientes
“El pronóstico de la bronquiolitis obliterante es incierto, debido a las complicaciones que presenta la enfermedad”, explicó, por lo que cuando la bronquiolitis obliterante ocurre como consecuencia a un insulto tóxico o autoinmune, la inflamación subepitelial y la reparación irregular causen fibro proliferación y regeneración anormal del epitelio de las vías aéreas pequeñas, siendo responsables de la dificultad respiratoria persistente y progresiva acompañada por tos y presencia de sibilancias en la mayoría de los casos.
Aún no se ha identificado una cura definitiva para esta condición
El experto explicó que actualmente, no hay cura para la bronquiolitis obliterante, por lo que el tratamiento disponible para los pacientes, tiene como objetivo la estabilización y detención de la progresión de la enfermedad.
Sin embargo, reveló que la combinación de fluticasona, azitromicina y montelukast como triple terapia ha demostrado ser efectiva al disminuir el deterioro en la función pulmonar en pacientes con bronquiolitis obliterante luego de trasplante células hematopoyéticas.
La idea detrás del uso de la triple terapia está relacionada a sus características antiinflamatorias y actividad antifibrótica.
“Como parte del manejo de esta condición, es necesario evaluar y controlar el reflujo gastroesophageal para evitar aspiración del contenido gástrico y evitar así daño progresivo pulmonar. Los pacientes con bronquiolitis obliterante postinfecciosa que han demostrado una disminución significativa de su función pulmonar pueden ser candidatos a trasplante pulmonar”, finalizó.