Investigadores alteran el tipo de sangre en riñones, aumentando la disponibilidad de órganos en pacientes con enfermedad renal.
El trasplante de riñón es uno de los tratamientos de reemplazo de la función renal, ya sea que provenga de un donante cadavérico o de un donante vivo relacionado. Se indica en casos de pacientes que padecen una insuficiencia renal crónica (irreversible) terminal.
Actualmente, no es posible realizar un trasplante de órganos de una persona con el tipo de sangre A, a otra con el tipo de sangre B, ni al revés, sin embargo, sería posible realizarlo si se cambia este tipo de sangre se cambia por el más común, el O.
Justamente, en Reino Unido, investigadores de la Universidad de Cambridge lograron alterar el tipo de sangre en riñones de donantes, abriendo la posibilidad de aumentar la oferta de estos órganos para trasplantar, especialmente en los grupos sanguíneos minoritarios que suponen dificultades en materia de compatibilidad.
Para realizar este procedimiento, el profesor Mike Nicholson y la estudiante de doctorado Serena MacMillan utilizaron una máquina de perfusión normotérmica para hacer circular la sangre infundida con una enzima a través del riñón fallecido.
Esta enzima actuó como una “tijera molecular” a la hora de eliminar los marcadores del tipo de sangre que recubren los vasos sanguíneos del riñón, con lo que el órgano se convirtió en el tipo O más común; el proceso duró unas horas cuando se realizó con éxito en tres riñones de donantes.
“Nuestra confianza se vio realmente reforzada después de aplicar la enzima a un trozo de tejido renal humano y ver rápidamente que se eliminaban los antígenos. Después de esto, supimos que el proceso era factible y sólo tuvimos que ampliar el proyecto para aplicar la enzima a riñones humanos de tamaño completo”, aseguró MacMillan.
Las personas de grupos étnicos minoritarios suelen esperar un año más para un trasplante que los pacientes blancos, por lo que el estudio podría tener influír positivamente para ellos, según los expertos. Las personas de comunidades minoritarias son más propensas a tener sangre del tipo B y, con las bajas tasas de donación de estas poblaciones, no hay suficientes riñones para todos.
En 2020 y 2021, poco más del 9% del total de donaciones de órganos en el Reino Unido provino de donantes de color negro y minorías étnicas. Pero los pacientes de color negro y minorías étnicas son el 33% de la lista de espera para trasplantes de riñón. Ahora, los investigadores necesitan ver cómo reaccionará el riñón de tipo O recién cambiado con el tipo de sangre habitual de un paciente en su suministro de sangre normal.
La máquina les permite hacer esto antes de realizar las pruebas en las personas, ya que pueden tomar los riñones que han sido cambiados al tipo O, e introducir diferentes tipos de sangre para controlar cómo podría reaccionar el órgano.
El líder de la investigación, Mike Nicholson, comentó: “Una de las mayores restricciones a quién puede trasplantarse un riñón donado es el hecho de que tiene que ser compatible con el grupo sanguíneo. La razón es que uno tiene antígenos y marcadores en sus células que pueden ser A o B. Tu cuerpo produce naturalmente anticuerpos contra los que no tienes. La clasificación del grupo sanguíneo también se determina a través de la etnia y los grupos étnicos minoritarios tienen más probabilidades de tener el tipo B, más raro”.
Por otro lado, la doctora Aisling McMahon, directora ejecutiva de investigación de Kidney Research del Reino Unido, aseguró que los resultados preliminares de la investigación pueden “cambiar el juego”.
Tras ensayar la reintroducción de otros tipos de sangre, el equipo estudiará cómo podría utilizarse el método en un entorno clínico. La investigación, financiada por la organización benéfica Kidney Research UK, se publicará en el British Journal of Surgery en los próximos meses.
En junio pasado se había publicado un estudio epidemiológico a nivel mundial sobre la situación del trasplante de riñón. Se recogieron datos de 155 países.
En el 74% de esos países el trasplante de riñón estaba disponible, con una incidencia media de 14 por millón de habitantes. La accesibilidad al trasplante variaba mucho; incluso en los países de ingresos altos, era desproporcionadamente menor para las minorías étnicas.
La cobertura sanitaria universal de todos los costes de tratamiento de trasplante estaba disponible en el 31% de los países, y el 57% tenía un registro de trasplante.
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