La nefrología en Puerto Rico vive una transformación impulsada por diagnósticos más precisos, tratamientos menos tóxicos y un enfoque integral que incluye la diabetes y otras condiciones asociadas, aunque un aumento de casos en población pediátrica
En la mañana de este sábado 23 de agosto, se llevó a cabo en Isla Verde la 39ª Convención Anual de la Sociedad Puertorriqueña de Nefrología.
El evento, que reunió a los principales expertos en nefrología de la isla, sirvió como un espacio para intercambio de ideas entre los profesionales en el manejo de las enfermedades renales, pero también fue un escenario perfecto para reconocer la trayectoria de profesionales dedicados.
El doctor Josué Castrezana, presidente de la Sociedad, explicó en exclusiva a la Revista Medicina y Salud Pública que el propósito del encuentro sería ofrecer "un vistazo a todos los temas importantes de la nefrología". Y es que, según detalló, el campo ha experimentado una metamorfosis total:
"La práctica de la medicina y la nefrología ha cambiado 180 grados a como era hace unos años atrás", afirmó.
Por ejemplo, el diagnóstico ha dado un gran paso y se ha venido enfocando en los orígenes genéticos de las enfermedades, con pruebas especializadas que "hoy en día sirven para detectar un montón de enfermedades renales".
De manera similar, se han abordado los grandes avances en el tratamiento, siendo la disminución de la toxicidad, uno de sus más grandes logros.
"Hoy tenemos un grupo de medicamentos, anticuerpos monoclonales, diferentes drogas que hacen binding a diferentes receptores y hemos eliminado mucha toxicidad", destacó el Dr. Castrezana, lo que , de cerca podríamos traducir en una "disminución de complicaciones y disminución de hospitalizaciones".
Frente a la diabetes, "la razón principal de que los pacientes lleguen a etapa terminal, requieran diálisis y luego, ser muchos de ellos trasplantados", el enfoque moderno es mucho más holístico y debe englobar el "síndrome endocrino metabólico y cardiovascular", potenciado por nuevos fármacos que permiten un manejo "mucho más certero" y persiguen el objetivo último de "disminuir ese riesgo acelerado que tienen estos pacientes de llegar a diálisis".
Ahora bien, la convención también dedicó espacio a visibilizar los desafíos únicos de la nefrología pediátrica.
Para esto, la doctora Marta Suárez, una de las menos de diez nefrólogas pediátricas activas en la isla, explicó: "Como el riñón es un órgano que tiene que ver con tantas cosas, no solamente el problema es fallo renal y diálisis. Nosotros cuidamos niños que tienen diferentes condiciones como lo es la hipertensión".
Suárez detalló que su labor abarca desde infecciones urinarias hasta cálculos renales, pero alertó sobre una tendencia que se ve en aumento: "la realidad es que la hipertensión y el síndrome metabólico, la diabetes tipo 2, con este tema de la epidemia de obesidad, nos ha multiplicado mucho los niños que necesitan ver un nefrólogo para el manejo".
Así pues, cuando el daño renal ya es avanzado, se recurre a un trasplante. Sobre el perfil de los pacientes, la doctora Nilka de Jesús, nefróloga, asegura que "la edad promedio ronda entre los 50 y los 60 años". Un aspecto importante es que "los pacientes que se trasplantan, cuando uno mira las estadísticas van a vivir más trasplantados, la sobrevida es mejor en trasplante que en diálisis".
Además, según comenta la experta "es completamente accesible. Cualquier paciente que tenga los criterios para trasplantarse y pase por un proceso de evaluación independiente del plan médico que tenga, tiene la posibilidad de trasplantarse". Esto incluye a pacientes con planes de salud del gobierno.
Finalmente, durante el evento, la doctora Suárez recibió un emotivo reconocimiento por sus contribuciones al campo, un honor que la tomó por sorpresa. "Me siento muy honrada, muy agradecida de que todos los sacrificios de la vida que he dedicado al servicio de esta población en particular, sean reconocidos", expresó emocionada.
"La realidad es que uno lo hace por vocación, pero sí da una satisfacción muy grande que todas esas cosas que uno trata de hacer con tantas dificultades en este país que queremos tanto, sea valorado de esa manera".
La 39ª Convención se celebró no solo para presentar avances, sino para hacer un llamado urgente, pues mientras la especialidad avanza a pasos agigantados con herramientas de precisión, enfrenta desafíos sistémicos como la falta de un registro nacional de enfermedades renales y una fuerza laboral en nefrología pediátrica limitada.
El testimonio de expertos como los doctores que ha entrevistado la Revista MSP en el evento, dejan en evidencia grandes avances, pero también algunas mejoras en las que se debe trabajar.