Un edulcorante artificial común reduce la efectividad de las inmunoterapias al alterar el microbioma intestinal, pero los investigadores encontraron una posible solución a través de suplementos nutricionales.
Un estudio realizado en ratones por la Universidad de Pittsburgh revela que la sucralosa, uno de los edulcorantes artificiales más utilizados mundialmente, podría comprometer la efectividad de ciertos tratamientos de inmunoterapia contra el cáncer.
Sin embargo, los investigadores también descubrieron que la suplementación con aminoácidos específicos podría contrarrestar este efecto negativo.
La investigación, publicada el 30 de julio en Cancer Discovery, demostró que la sucralosa altera significativamente el microbioma intestinal. Este cambio provoca el crecimiento de bacterias que descomponen la arginina, un aminoácido esencial para el funcionamiento efectivo de las células T del sistema inmunitario.
"Cuando los niveles de arginina se agotaron debido a los cambios impulsados por la sucralosa en el microbioma, las células T no pudieron funcionar de forma adecuada", explicó Abby Overacre, autora principal del estudio y profesora asistente de inmunología de la Universidad de Pittsburgh.
Los tratamientos más afectados son las potentes "inmunoterapias inhibidoras de puntos de control inmunitario", como el anti-PD1, que funcionan aumentando la actividad de las células T para combatir las células cancerosas.
En los experimentos, los ratones con adenocarcinoma o melanoma que consumieron sucralosa y recibieron inmunoterapia anti-PD1 desarrollaron tumores más grandes y tuvieron una peor supervivencia comparado con aquellos que no estuvieron expuestos al edulcorante.
El equipo de investigación descubrió que administrar suplementos de arginina o citrulina a los ratones restauró la potencia de la inmunoterapia a niveles normales.
La citrulina resulta particularmente interesante porque se cree que aumenta los niveles de arginina más efectivamente que la propia arginina.
"Es fácil decir: 'Deja de beber refrescos dietéticos', pero cuando los pacientes reciben tratamiento para el cáncer, ya están lidiando con suficiente", señaló Overacre. "Necesitamos conocer a los pacientes donde están. Por eso es tan emocionante que la suplementación con arginina pueda ser un enfoque simple para contrarrestar los efectos negativos".
Para validar los hallazgos del laboratorio, los investigadores analizaron los resultados de 132 pacientes con melanomas avanzados o cánceres de pulmón que habían recibido inmunoterapia anti-PD1, sola o en combinación con quimioterapia.
"Encontramos que la sucralosa impedía la efectividad de las inmunoterapias en una variedad de tipos de cáncer, estadios y modalidades de tratamiento", confirmó el Dr. Diwakar Davar, autor principal del estudio y profesor asociado de medicina de la universidad.
El equipo planea realizar un ensayo clínico para probar la efectividad de la suplementación con citrulina como estrategia para revertir los efectos perjudiciales de la sucralosa en la inmunoterapia contra el cáncer.
Según Davar, estos hallazgos abren la posibilidad de "diseñar prebióticos, como la suplementación con nutrientes dirigida para los pacientes que consumen altos niveles de sucralosa", ofreciendo una solución práctica que no requiere cambios drásticos en la dieta de los pacientes oncológicos.