El caso ilustra la importancia de mantener alta sospecha diagnóstica de tuberculosis extrapulmonar en pacientes con factores de riesgo epidemiológicos, aún en ausencia de síntomas constitucionales clásicos.
Un hombre de 25 años sin antecedentes médicos significativos consultó al servicio de urgencias por tos productiva con expectoración amarillenta y dolor torácico pleurítico de 15 días de evolución. Negaba disnea, escalofríos, fiebre, sudoración nocturna o cambios de peso. Como antecedente epidemiológico relevante, había viajado a India dos años antes.
Al examen físico se encontraba febril (38.0°C), taquicárdico (FC: 108 lpm) y taquipneico (FR: 23 rpm), con presión arterial de 107/65 mmHg y saturación de oxígeno del 97% al aire ambiente. La auscultación pulmonar reveló roncus y disminución de ruidos respiratorios en la base del pulmón izquierdo.
Inicialmente tratado como neumonía adquirida en la comunidad con respuesta parcial a antibióticos. Un mes después desarrolla derrame pericárdico masivo con signos de taponamiento cardíaco, confirmándose posteriormente infección por Mycobacterium tuberculosis.
El caso ilustra la importancia de mantener alta sospecha diagnóstica de tuberculosis extrapulmonar en pacientes con factores de riesgo epidemiológicos, aún en ausencia de síntomas constitucionales clásicos.
La tuberculosis pericárdica (TBP) es una forma rara de tuberculosis extrapulmonar, representando solo el 1-2% de todas las infecciones tuberculosas.
Sin embargo, constituye la causa más frecuente de derrames pericárdicos grandes en países en desarrollo y la principal etiología de pericarditis constrictiva en adultos. La morbimortalidad asociada con TBP es considerable, especialmente cuando progresa a taponamiento cardíaco.
En pacientes jóvenes previamente sanos que se presentan con síntomas respiratorios agudos, la tuberculosis raramente encabeza el diagnóstico diferencial, siendo más comunes etiologías como neumonía bacteriana o bronquitis.
Según los autores, (Majid Elalami, et al), este caso ilustra los desafíos inherentes al diagnóstico de tuberculosis extrapulmonar en pacientes jóvenes inmunocompetentes.
La ausencia de síntomas constitucionales clásicos (fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso) redujo significativamente la sospecha clínica inicial, resultando en un retraso diagnóstico de aproximadamente un mes.
La progresión de los hallazgos radiológicos ofreció pistas diagnósticas retrospectivamente importantes:
Primera radiografía: Neumonía multifocal predominantemente izquierda
Segunda evaluación: Enfermedad intersticial bilateral con lesiones cavitarias en lóbulo superior izquierdo
TC de tórax: Confirmación de cavitación (característica de reactivación tuberculosa) y derrames pleural y pericárdico
La tuberculosis pericárdica representa una manifestación grave de tuberculosis extrapulmonar con alta morbimortalidad. En países en desarrollo, la tuberculosis es la causa más frecuente de derrames pericárdicos grandes, mientras que en países desarrollados, las etiologías virales y neoplásicas predominan.
Fisiopatología: La afectación pericárdica puede ocurrir por:
Extensión directa desde focos pulmonares adyacentes
Diseminación linfohematógena
Ruptura de adenopatías mediastinales
Factores de riesgo subestimados
A pesar de cumplir criterios epidemiológicos para evaluación de tuberculosis (viaje reciente a área endémica, síntomas respiratorios persistentes >3 semanas, hallazgos radiológicos anormales), la evaluación inicial no incluyó estudios específicos para tuberculosis.
Esta omisión subraya la importancia de mantener alta sospecha clínica independientemente de la presentación sintomática atípica.
El desarrollo de fisiología de taponamiento representa una complicación potencialmente fatal que requiere intervención urgente. La ventana pericárdica no solo fue terapéutica sino también diagnóstica, permitiendo la obtención de muestras para estudios microbiológicos definitivos.