Brazo robótico asistido por IA permite a un paciente paralizado moverlo a través de señales cerebrales

Combinada con un sistema conectado al cerebro esta tecnología permite a las personas con paraplejía controlar dispositivos externos a partir de su actividad cerebral.

Laura Guio

    Brazo robótico asistido por IA permite a un paciente paralizado moverlo a través de señales cerebrales

    Esta interfaz cerebro - ordenador (BCI, por sus siglas en inglés), ha logrado un hito médico al permitir que un paciente con parálisis pueda controlar dispositivos externos con una eficacia muy superior a los sistemas convencionales.

    Las personas con parálisis se caracterizan por tener alguna pérdida de función muscular debido a un problema en la transmisión de señales entre el cerebro y los músculos. Según los investigadores, este estudio publicado en Nature Machine Intelligence podría transformar la movilidad y calidad de vida de personas con esta discapacidad.

    La IA como "copiloto" cerebral

    Durante las pruebas, un paciente con paraplejia consiguió manejar un brazo robótico y desplazar objetos hacia objetivos específicos únicamente con sus impulsos cerebrales.

     Al activar la asistencia de IA, su rendimiento fue 3,9 veces superior al logrado con el sistema tradicional, lo que marcó la diferencia entre no poder realizar la tarea y completarla con éxito.

    Los investigadores señalan que la inteligencia artificial actúa como un "copiloto" capaz de interpretar la intención del usuario, corregir errores y guiar los movimientos con más fluidez.

    ¿Cómo funciona la tecnología?

    El equipo liderado por Johannes Lee, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), desarrolló un sistema no invasivo que registra la actividad cerebral mediante electrodos externos. Estas señales se traducen en órdenes digitales que permiten controlar dispositivos como cursores de ordenador o brazos robóticos.

    La clave está en el uso de aprendizaje automático. La interfaz cuenta con dos asistentes de IA: uno que ayuda a dirigir un cursor en pantalla y otro que facilita la manipulación del brazo robótico, ajustando el movimiento en tiempo real según el objetivo.

    "Muchas actividades humanas están orientadas a metas concretas, como alcanzar un vaso o hacer clic en un icono. Una vez que se conoce ese objetivo, las acciones siguientes suelen ser predecibles y se pueden optimizar con IA", explican los autores del estudio.

    Expertos destacan su potencial

    Uno de los investigadores apunta que "los pacientes con parálisis severa, como los causados por la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o lesiones medulares, suelen conservar su actividad cerebral intacta. Esta tecnología permite aprovechar esa actividad y transformarla en comandos útiles para mejorar su comunicación y movilidad".

    Sumado a eso, también añade que la gran novedad de este trabajo es que la IA compensa las señales incompletas o ruidosas, algo habitual en registros cerebrales no invasivos, y ofrece un control mucho más estable.

    Futuro de la interfaz

    Aunque los resultados son prometedores, los investigadores reconocen que el estudio es preliminar, debido a que el estudio contó con sólo cuatro participantes (tres voluntarios sanos y una persona con parálisis). 

    No obstante, todos mostraron mejoras con el uso de la IA, por un lado, los voluntarios sin parálisis duplicaron su rendimiento en el control del cursor, y el paciente paralizado logró realizar tareas que antes resultaban imposibles.

    Los investigadores reconocen que el siguiente paso será probar la tecnología en escenarios más realistas, que incluyan actividades cotidianas, interacciones prolongadas y más pacientes.


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