Lideró procesos clave de renovación dentro de la Asociación, incluyendo la actualización de su revista científica.
La Dra. Yolanda López, presidenta saliente de la Asociación de Reumatólogos de Puerto Rico, ha dedicado décadas a la atención de pacientes con enfermedades musculoesqueléticas y autoinmunes, posicionándose como una de las voces más comprometidas con la salud reumática en la isla.
Curiosamente, su vocación no surgió de inmediato. De joven, tenía otros intereses. “Yo lo que quería estudiar era literatura, pero en esa época me dijeron que de eso no se vivía, y yo era una adolescente que soñaba con ser una mujer independiente”, cuenta.
Fue una situación familiar difícil la que la llevó a cambiar de rumbo. Una crisis de salud mental en su hogar despertó en ella el deseo de comprender la mente humana y de ayudar desde la medicina. “Entonces me motivé a seguir medicina por esa situación; entré a medicina para ser psiquiatra”.
Con la intención inicial de convertirse en psiquiatra, la Dra. López inició su formación médica convencida de que ese era su camino. Sin embargo, la realidad de las rotaciones clínicas la llevó a confrontar emociones intensas que no había anticipado. Al pasar por psiquiatría, descubrió que no era capaz de lidiar con la carga emocional de los casos.
Fue entonces, casi por casualidad, cuando encontró en la reumatología una nueva dirección. “Pero cuando roté por psiquiatría no pude lidiar con la situación, así que cuando roté por reuma, me enamoré de la reumatología”, cuenta.
Lo que capturó su interés no fue un caso en particular, sino el desafío intelectual que representaba esta especialidad. En ese momento, muchas de las condiciones reumatológicas no se entendían con la claridad actual, lo que implicaba un trabajo diagnóstico meticuloso y exigente.
"No era exactamente un paciente, era más bien el reto de ser reumatóloga; me parecía, desde el punto de vista médico… en la época en que yo entro a la reumatología, muchas de estas condiciones que hoy manejamos con claridad eran un reto incluso para diagnosticar. Así que eso fue lo que me entusiasmó: ese reto de uno poder mirar un detalle y otro detalle y, al final, tener una conclusión de un cuadro reumatológico”.
Con el paso de los años, su vínculo con la Asociación de Reumatólogos de Puerto Rico también se fortaleció. Ha ocupado distintos cargos dentro de la junta directiva y, en varias ocasiones, ha sido llamada a liderar. “Esta es mi tercera presidencia en la Asociación de Reumatólogos y, a través de los años, estuve en diferentes posiciones en la directiva”, señaló.
Para la Dra. López, este recorrido ha sido más que un compromiso institucional: ha representado una oportunidad para aportar al desarrollo colectivo de la especialidad en la isla. Destaca con particular entusiasmo el papel de las nuevas generaciones: reumatólogos jóvenes que hoy se suman con energía renovada a los esfuerzos de la Asociación.
Al mirar hacia atrás, la Dra. López reconoce que su mayor satisfacción no ha sido solo ocupar cargos dentro de la Asociación, sino lograr una transformación en la forma en que los nuevos profesionales se vinculan con ella. “Lo que más me ha entusiasmado, particularmente en esta condición, es ver que logré lo que yo quería: que los reumatólogos más jóvenes se sientan como parte del grupo”, expresó con emoción.
Su visión ha sido integrar generaciones, actualizar procesos y revitalizar espacios como la revista científica de la Asociación, adaptándolos a los tiempos actuales.
Fruto de ese liderazgo ha sido una cultura de trabajo colaborativo, donde el consenso y el respeto por las distintas voces se ha convertido en eje central. La doctora valora especialmente el diálogo horizontal, como una herramienta esencial para sostener cualquier proceso colectivo. Cree firmemente en el poder de la participación compartida: no como una concesión, sino como una base ética y operativa para ejercer liderazgo.
“Me reafirmo en que no hay mejor forma de uno liderar una asociación que la de conseguir el consenso de todo el mundo.... Ese diálogo respetuoso, en donde cada quien da su posición, donde uno puede no estar de acuerdo pero escucha todas las partes, y al final se llega a un consenso en grupo… eso ha sido verdaderamente maravilloso”.
A modo de mensaje para las nuevas generaciones, hace un llamado a mantenerse actualizados y asumir con valentía los desafíos que plantea el ejercicio gremial. La reumatología, insiste, evoluciona con rapidez, y eso exige compromiso continuo. También anima a perder el miedo a los espacios de representación: para ella, el crecimiento profesional también se construye al asumir responsabilidades.
Al concluir esta etapa como presidenta, la Dra. López no se despide del todo del trabajo gremial. Aunque regresa a la consulta médica y a la rutina con sus pacientes, continuará vinculada a la Asociación, ahora como presidenta saliente, rol desde el cual seguirá aportando con experiencia y criterio.
“Regreso a mi oficina a ver mis pacientes. Yo me quedo en la directiva como pasada presidenta, dando opiniones, ayudando al grupo. Así que, bien, no pienso que va a cambiar mucho… excepto que hay menos estrés porque no soy la presidenta”, concluyó.