¿Cansancio extremo durante la menstruación?: Podría ser SOP, trastorno disfórico premenstrual o anemia

El TDPM afecta el estado de ánimo y la funcionalidad de la mujer, requiere diagnóstico médico y puede necesitar tratamiento con antidepresivos, terapia hormonal o psicoeducación.

Katherine Ardila

    ¿Cansancio extremo durante la menstruación?: Podría ser SOP, trastorno disfórico premenstrual o anemia

    Sentir agotamiento durante la menstruación va más allá de una simple molestia pasajera. Para millones de mujeres, este cansancio mensual puede ser tan intenso que interfiere con su productividad, descanso y vida cotidiana. 

    Mientras que en algunos casos se explica por cambios hormonales fisiológicos, en otros podría estar vinculado a deficiencias nutricionales o trastornos subyacentes que requieren atención médica.  

    Causas fisiológicas y hormonales

    El útero realiza un trabajo metabólico durante la menstruación. Las contracciones miometriales necesarias para expulsar el endometrio desprendido consumen energía de manera similar a un ejercicio físico moderado. Este proceso, sumado a la pérdida hemática, genera un estrés fisiológico que se manifiesta como fatiga.

    A nivel hormonal, la abrupta disminución de estrógenos y progesterona en la fase lútea tardía altera los niveles de serotonina y melatonina, neurotransmisores clave en la regulación del estado de ánimo y los ciclos de sueño-vigilia. Estudios recientes demuestran que esta fluctuación neuroendocrina puede reducir la eficiencia del sueño REM hasta en un 30%, explicando la somnolencia diurna característica.

    ¿Cómo manejar la fatiga durante el ciclo menstrual?

    Los especialistas recomiendan un enfoque multifactorial. Aunque analgésicos de venta libre pueden aliviar los cólicos, los expertos recomiendan ejercicio moderado para mejorar el ánimo y la regulación del sueño. Complementariamente, una dieta equilibrada rica en hierro y magnesio, junto con una adecuada hidratación, ayuda a mitigar los síntomas.  

    Sin embargo, si el sangrado es abundante, el riesgo de deficiencia de hierro y anemia se incrementa. La Dra. Kristin Markell, ginecóloga obstetra, advierte que esto puede manifestarse con palidez, taquicardia o intolerancia al frío, requiriendo suplementación o ajustes dietéticos bajo supervisión médica.  

    Señales de alerta: ¿Cuándo consultar a un profesional?

    - Anemia Ferropénica: El sangrado abundante (menorragia) que supera los 80 ml por ciclo incrementa el riesgo de deficiencia de hierro. Esta condición cursa con palidez mucocutánea, taquicardia compensatoria y alteraciones térmicas, requiriendo suplementación inmediata.

    - Trastornos Endocrinos: El hipotiroidismo subclínico frecuentemente se exacerba durante la fase menstrual, potenciando la astenia. Por otro lado, la resistencia insulínica asociada al SOP puede generar hipoglucemias reactivas que intensifican la fatiga.

    - Patología Ginecológica: Condiciones como endometriosis (presente en el 10% de mujeres en edad reproductiva) o miomatosis uterina generan un estado inflamatorio crónico que eleva los niveles de citoquinas proinflamatorias (IL-6, TNF-a), directamente relacionadas con la percepción de cansancio.

    Ahora bien, en el ámbito emocional, síntomas como irritabilidad persistente, ansiedad o insomnio que no desaparecen, podrían señalar un Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM), una variante severa del síndrome premenstrual que necesita intervención psiquiátrica o terapia hormonal. 

    Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM): más que un SPM severo  

    El TDPM afecta al 3-8% de mujeres, con sintomatología que cumple criterios DSM-5 para depresión mayor de carácter cíclico. Se caracteriza por síntomas psicológicos y físicos debilitantes, como desesperanza, ataques de pánico o antojos incontrolables, que aparecen en la fase lútea del ciclo. 

    A diferencia del SPM común, estos síntomas pueden incapacitar a la paciente, requiriendo tratamientos como ISRS (inhibidores de la recaptación de serotonina) o terapia cognitivo-conductual.  El tratamiento de primera línea incluye:

    - ISRS (Sertralina 50-100 mg/día en fase lútea)

    - Moduladores GABAérgicos en casos refractarios

    - Psicoeducación familiar para reducir estigma

    Aunque su causa exacta sigue en estudio, se asocia a desequilibrios en la serotonina y antecedentes de depresión. Opciones como anticonceptivos de dosis continua o moduladores hormonales han demostrado eficacia en reducir su impacto, siempre bajo prescripción médica.  

    Abordaje clínico y terapéutico

    Evaluación diagnóstica:

    - Hemograma completo con ferritina sérica (óptimo >50 ng/ml)

    - Perfil tiroideo (TSH, T4 libre)

    - Ecografía pélvica para descartar anomalías estructurales

    - Diario sintomático de al menos 2 ciclos

    Tratamientos farmacológicos para fatiga menstrual:

    - AINES selectivos para reducir prostaglandinas inflamatorias

    - Anticonceptivos hormonales combinados en regímenes extendidos

    - Suplementación con hierro quelado (bisglicinato) + vitamina C para mejorar absorción

    No farmacológicos:

    - Terapia cognitivo-conductual para manejo del componente ansioso-depresivo

    - Protocolo de higiene del sueño con restricción de cafeína postmeridiana

    - Suplementación con magnesio glicinato 400 mg/día durante fase lútea

    Priorizar el bienestar integral  

    La fatiga menstrual no debe normalizarse cuando limita el funcionamiento diario. Desde ajustes en el estilo de vida hasta intervenciones médicas, las soluciones son diversas y personalizables. La clave está en escuchar al cuerpo y buscar ayuda profesional ante señales de alarma, transformando un desafío cíclico en una oportunidad para optimizar la salud femenina.  



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