La celebración de los 10 años de Cross the Goal se convirtió en un encuentro muy humano, donde pacientes y familias compartieron cómo la diabetes tipo 1 transforma la vida más allá del diagnóstico.

La Cross the Goal Foundation celebró este sábado 15 de noviembre una década de trabajo ininterrumpido con un emotivo encuentro en el centro comercial Plaza Las Américas, donde cientos de personas se reunieron para compartir experiencias y herramientas sobre el manejo de la diabetes tipo 1.
Desde la 1:00 p. m. hasta las 5:30 p. m., el evento reunió a especialistas médicos, pero también a pacientes y cuidadores en un espacio diseñado para el intercambio abierto de conocimientos y testimonios que enriquecen el conocimiento sobre esta condición crónica.
Después de los aspectos médicos, la jornada dio paso a las voces que conocen la diabetes desde la experiencia cotidiana. Amarilys Álvarez, madre de gemelos con diabetes tipo 1, compartió sin filtros la realidad de enfrentar dos diagnósticos simultáneos. Su relato mostró cómo el impacto emocional y logístico reorganiza completamente la dinámica familiar.
"Cuando pensábamos que estábamos aceptando la condición y que habíamos atravesado esa primera ola del duelo, llega el diagnóstico de diabetes tipo 1 de Diego. Yo digo que esa ola de ese golpe fue mucho más dura que la de Kevin, porque yo tenía la experiencia con Kevin, y yo sabía que esto entonces se duplicaba".
Para dimensionar el desafío, detalló: "al tener dos, eran entre 8 a 10 inyecciones diarias de insulina y... aproximadamente entre unas 10 quizás hasta 20 veces de monitoreo diario para ambos".
La experiencia de Amarilys resonó en el testimonio de Edgar Juan, otro padre que vivió cómo el diagnóstico de su hijo de 12 años transformó su forma de vida y la de toda su familia. En su intervención "Cuando un Diagnóstico Cambia tu Mundo", describió el proceso emocional que sigue al diagnóstico.
"El impacto fue bastante fuerte, al igual que la persona que estaba entrevistando anteriormente... Es un proceso de duelo. Primero es la negación... yo me negaba a pensar que tenía diabetes... luego el proceso de aceptación... luego el proceso del duelo y ahora con el tiempo que uno se acostumbra a vivir, hay que vivir con la diabetes".
Sus palabras reflejaron todo ese proceso emocional que muchas familias experimentan desde la incredulidad inicial hacia la reorganización de sus vidas.
Como contrapunto esperanzador, Jorge Cabrera demostró cómo la diabetes puede convertirse en un impulso para superar límites. Con años de experiencia conviviendo con la condición, mostró que es posible alcanzar metas que antes parecían imposibles.
Reconoció la dificultad inicial pero destacó el momento crucial de cambio en su perspectiva. "me planteaba grandes metas, como haciendo 5K, carreras, yo decía que lejos se ve eso para mí". Sin embargo, aseguró que "me cambió el chip con la motivación del programa, el ejemplo de mi hermano y mi sobrino me ayudó".
Hoy, lo que antes le parecía distante es una realidad tangible, materializada en su participación en múltiples carreras de 5K que simbolizan su crecimiento personal.
Estas tres historias, diversas en circunstancias pero unidas en esencia, pudieron visibilizar una dimensión que es necesaria del manejo de la diabetes: va mucho más allá de los medicamentos y la insulina, extendiendo su impacto a todas las áreas de la vida diaria.