Así funcionaría la insulina en crema: Avance podría eliminar los pinchazos para pacientes diabéticos

Polímero innovador llamado OP, capaz de transportar insulina a través de la piel y superar barreras cutáneas que antes se consideraban infranqueables para proteínas grandes.

Katherine Ardila

    Así funcionaría la insulina en crema: Avance podría eliminar los pinchazos para pacientes diabéticos

    Científicos han desarrollado un polímero capaz de transportar insulina a través de la piel, un descubrimiento publicado en Nature. Este material, denominado OP, logra superar barreras cutáneas que hasta ahora se consideraban infranqueables para moléculas grandes como las proteínas. 

    La investigación demuestra que puede liberar insulina suficiente para normalizar la glucosa en modelos animales, aunque todavía no ha sido probado en seres humanos.

    Durante décadas, la comunidad científica mantuvo un consenso: administrar proteínas a través de la piel era virtualmente imposible. La razón reside en la estructura multicapa de la piel, diseñada evolutivamente para bloquear agentes externos. 

    El estrato córneo, esa capa más externa, actúa como un muro formado por lípidos compactos y células muertas aplanadas que sellan el paso de sustancias, permitiendo únicamente la absorción de moléculas pequeñas y lipofílicas. 

    Este es el motivo por el cual los parches transdérmicos convencionales funcionan, mientras que las proteínas, considerablemente más grandes y cargadas, permanecen bloqueadas en la superficie.

    El mecanismo inteligente: cómo un polímero cambia la reglas del juego

    Frente a este desafío, un equipo internacional liderado por investigadores de la Universidad de Zhejiang en China, con colaboración del Imperial College London, ha desarrollado una solución ingeniosa. 

    El polímero OP es un polizwitterión, una macromolécula con una capacidad extraordinaria: cambiar su carga eléctrica según el pH del entorno. Esta propiedad resulta fundamental para su funcionamiento. En la superficie de la piel, donde el pH es ácido, el OP adquiere carga positiva, lo que le permite interactuar con los lípidos de la barrera cutánea y adherirse a ella. Conforme avanza hacia capas más internas, donde el pH se neutraliza, el polímero pierde esa carga y puede atravesar membranas celulares. 

    Así alcanza la dermis, llega a los vasos linfáticos y accede al sistema circulatorio, transportando consigo la insulina previamente incorporada en su estructura.

    Esta combinación de insulina y OP representa uno de los primeros sistemas capaces de sortear efectivamente las barreras que impedían hasta ahora la administración transdérmica de proteínas. Los ensayos en animales proporcionan resultados particularmente alentadores. 

    En ratones con diabetes tipo 1, la aplicación tópica de insulina con OP produjo una rápida reducción de los niveles de glucosa hasta valores normales, una respuesta comparable a la obtenida mediante insulina inyectada.

    Resultados prometedores

    La investigación avanzó hacia pruebas en minicerdos diabéticos, cuya piel se asemeja notablemente a la humana. En estos animales, una dosis tópica adecuada consiguió también normalizar la glucosa y mantener el efecto durante varias horas, sin causar irritación ni daño visible en la piel. 

    Esta ausencia de efectos adversos locales, un riesgo frecuente en la administración transdérmica experimental, añade un componente de seguridad crucial al hallazgo. Además, los estudios iniciales de toxicidad sistémica tampoco detectaron alteraciones significativas en órganos clave ni en parámetros hematológicos.

    Las implicaciones de este descubrimiento trascienden ampliamente el ámbito de la diabetes. Los investigadores subrayan que el polímero OP podría funcionar como plataforma para transportar otras proteínas, péptidos o incluso moléculas terapéuticas más complejas, siempre que puedan unirse al polímero

    Esto abre una vía completamente nueva para medicamentos que actualmente solo pueden administrarse por inyección, desde hormonas reguladoras hasta anticuerpos o vacunas de nueva generación.

    El camino hacia la aplicación clínica: promesas y desafíos

    A pesar de la solidez de los resultados, el trayecto hacia una posible aplicación clínica en humanos sigue siendo extenso. La variabilidad de la piel humana -más gruesa o fina, más seca o grasa, más o menos permeable según la persona, la zona del cuerpo y la edad- plantea retos significativos para estandarizar dosis y asegurar una correcta absorción. 

    Por este motivo, será necesario evaluar cuánta insulina pasa realmente a la sangre en distintas condiciones, cuánto dura el efecto y cómo se comporta el polímero en aplicaciones repetidas a largo plazo.

    La posibilidad concreta de administrar insulina en crema tendría un impacto social y sanitario monumental, liberando a millones de personas del condicionamiento de las inyecciones diarias o de la bomba de insulina

    Mientras la ciencia continúa explorando este horizonte terapéutico, la diabetes podría estar acercándose a un futuro donde los pinchazos sean solo un recuerdo.



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