Hombre con diabetes y fallo renal desarrolla gangrena genital tras cirugía por calcifilaxis

Un hombre con diabetes, hipertensión y fallo renal desarrolló gangrena en el pene tras una cirugía por calcifilaxis, una condición rara que provoca necrosis por acumulación de calcio en los vasos sanguíneos.

Katherine Ardila

    Hombre con diabetes y fallo renal desarrolla gangrena genital tras cirugía por calcifilaxis

    Un hombre de 65 años con varios problemas de salud de fondo, incluyendo diabetes, hipertensión y fallo renal que requería diálisis, llegó al hospital con una situación crítica. Tres meses antes, se había sometido a una cirugía parcial de pene en otro centro para tratar una rara condición llamada calcifilaxis, que causa la muerte de los tejidos debido a la acumulación de calcio en los vasos sanguíneos pequeños. 

    Sin embargo, la herida había comenzado a supurar y despedía mal olor. Al examinarlo, los médicos encontraron que el tejido del pene estaba necrótico, lo que encendió las alarmas sobre una posible gangrena de Fournier, una infección bacteriana grave y de rápida evolución que afecta el área genital.

    Intervención quirúrgica urgente para salvar la vida

    Frente a este cuadro severo, el paciente fue llevado de urgencia al quirófano. Dado que el tejido sano del pene era mínimo después de la cirugía previa y la necrosis era extensa, los cirujanos realizaron una penectomía total, extirpando completamente el pene

    Además, se realizó un desbridamiento escrotal, que consiste en limpiar y retirar el tejido muerto del escroto, y se creó una nueva apertura para la orina. Los análisis posteriores confirmaron la presencia de bacterias en la herida y el estudio del tejido extirpado mostró gangrena e inflamación, pero afortunadamente no había señales de cáncer.

    Recuperación hospitalaria y seguimiento

    La recuperación no fue inmediata. Una semana después de la primera operación, el paciente necesitó otra intervención para limpiar más tejido dañado en la zona púbica y escrotal, e incluso se descubrió y trató una bolsa de infección en la parte baja del abdomen. Su dolor después de la cirugía fue manejable con medicamentos. 

    Durante su estancia de 16 días en el hospital, el equipo de urología cuidó meticulosamente de la herida con curaciones diarias. Una vez que su condición se estabilizó, fue dado de alta para continuar su recuperación en un centro de rehabilitación. Aunque fue derivado a cirugía plástica, no acudió a ese seguimiento. 

    En una revisión a los dos meses, la herida en el escroto mostraba una buena cicatrización. El paciente se estaba adaptando bien al uso de una sonda suprapúbica para orinar y, a pesar del cambio radical en su vida, expresaba agradecimiento por el tratamiento que le había salvado la vida.

    Contexto y lecciones de casos similares

    Para entender mejor este caso, los autores (Nguyen A, Veliky J, Shah P, Anderson R, Alwaal A.) revisaron la literatura médica de los últimos 20 años, encontrando solo 21 casos reportados de calcifilaxis peneana tratada quirúrgicamente. 

    Los resultados fueron variados: aproximadamente la mitad de los pacientes tuvieron buenos resultados, mientras que la otra mitad falleció, a menudo por problemas cardíacos. La revisión sugiere que el momento de la cirugía y el tipo de gangrena son cruciales. 

    Un tratamiento multimodal, que combina la cirugía con terapias como oxígeno hiperbárico o ciertos medicamentos, mostró resultados prometedores en varios casos. Por ejemplo, algunos pacientes lograron una cicatrización completa y estable. La cirugía temprana para controlar la infección y el dolor parece ser clave, especialmente en casos de gangrena "húmeda" o infectada. 

    Por el contrario, en casos de gangrena "seca" y limitada, a veces se puede esperar y monitorear antes de operar. En algunos pacientes con problemas de calcio, operar las glándulas paratiroides también resultó beneficioso.

    Conclusión

    Este caso es particularmente único, ya que es el primero reportado en el que un paciente necesitó una penectomía total después de que una parcial no lograra controlar la condición. 

    Su resultado positivo, al menos en el corto plazo, resalta la importancia de una intervención quirúrgica rápida y un manejo multidisciplinario ante una infección tan grave como la gangrena de Fournier. Debido a la extrema rareza de la calcifilaxis peneana, no existe un consenso único sobre su tratamiento. 

    Las decisiones deben ser individualizadas, basándose en la gravedad de la gangrena y si existe o no infección. A medida que se documenten más casos, la comunidad médica podrá establecer pautas más claras para manejar esta condición compleja y potencialmente mortal.




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