Detectan actinomicosis pélvica en mujer de 78 años, tras 2 años de sangrado postmenopáusico persistente

Según la literatura médica, el uso del DIU favorece la actinomicosis, y el riesgo de infección aumenta cuanto más tiempo se use el dispositivo.

Katherine Ardila

    Detectan actinomicosis pélvica en mujer de 78 años, tras 2 años de sangrado postmenopáusico persistente

    Una mujer posmenopáusica de 78 años sin antecedentes de uso de DIU, pero con antecedentes de hipertensión, hiperlipidemia, y miocardiopatía dilatada con desfibrilador cardioversor implantable, acudió a consulta por sangrado postmenopáusico (SPM) crónico e intermitente que persistió durante siete meses, acompañado de dolor pélvico bajo. 

    Bajo esa sintomatología, la paciente fue remitida para que se realizara una ecografía transvaginal, que inicialmente mostró un engrosamiento endometrial de 9 mm, y el muestreo endometrial reveló un endometrio atrófico, con células endocervicales sueltas y sin características llamativas. 

    Síntomas recurrentes incluso dos años después 

    Dado que los hallazgos eran benignos, se optó por un manejo conservador con seguimiento ambulatorio y tratamiento de la posible vaginitis atrófica con estrógenos vaginales.

    A pesar de este tratamiento, la paciente volvió dos años después con síntomas persistentes. Se decidió realizar una histeroscopia con dilatación y legrado fraccionado, lo que reveló la presencia de piometra, sangre, moco, tejido necrótico, y colonias bacterianas de Actinomyces

    Este hallazgo inusual en una mujer sin uso previo de DIU enciende las alarmas para considerar esta infección como una posible causa de endometritis en pacientes con SPM persistente.

    Diagnóstico y tratamiento de endometritis causada por Actinomyces

    El tratamiento antibiótico se inició con piperacilina/tazobactam por vía intravenosa durante siete días, seguido de un régimen de seis semanas de ampicilina oral. La paciente mostró una notable mejoría, con disminución significativa del dolor pélvico y una reducción considerable del sangrado. 

    La tomografía computarizada abdominopélvica realizada no evidenció la presencia de abscesos, y los cultivos de sangre, orina, y heces fueron negativos para otras infecciones.

    La Actinomyces suele estar asociada al uso de DIU

    La actinomicosis es difícil de diagnosticar debido a la falta de características patognomónicas y a la complejidad de su cultivo. La infección puede imitar otros procesos patológicos, incluyendo neoplasias malignas, lo que dificulta su identificación oportuna. 

    En el caso presentado (González, G. et al), el diagnóstico se confirmó a través de análisis histopatológicos, que mostraron la presencia de gránulos de azufre, característicos de las colonias de Actinomyces

    Las imágenes histológicas revelaron células libres junto con moco y células cuboidales de la unión escamoso-cilíndrica, así como las típicas colonias filamentosas de Actinomyces en la periferia de los gránulos de azufre.

    La literatura médica reporta pocos casos de actinomicosis pélvica en mujeres sin antecedentes de uso de DIU, lo que resalta la rareza de esta condición en pacientes similares. Aunque el uso de un desfibrilador cardioversor implantable podría considerarse un posible foco de infección, la vía hematógena es improbable dado que la paciente no presentaba otros síntomas sistémicos.

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