Ocho bebidas energéticas al día desencadenarían un derrame cerebral: "cafeína oculta"

Muchas bebidas energéticas contienen "cafeína oculta" y compuestos que potencian sus efectos, lo que incrementa el riesgo cardiovascular sin que la mayoría de consumidores, especialmente jóvenes sean conscientes de ello.

Katherine Ardila

    Ocho bebidas energéticas al día desencadenarían un derrame cerebral: "cafeína oculta"

    Lo que comenzó como un hábito aparentemente inofensivo terminó con un hombre de 50 años en el hospital, sufriendo un derrame cerebral que le cambió la vida. 

    El caso, documentado por médicos británicos en la revista 'BMJ Case Reports', advierte sobre los riesgos cardiovasculares ocultos del consumo excesivo de bebidas energéticas, un problema que los expertos creen que está infravalorado, especialmente entre los jóvenes.

    El paciente, descrito como una persona saludable y en forma, tenía la costumbre de beber ocho latas de bebida energética al día. Cada lata contenía 160 mg de cafeína, lo que sumaba una ingesta diaria de entre 1200 y 1300 mg. La cantidad máxima recomendada de cafeína al día es de 400 mg. 

    Las consecuencias fueron graves: desarrolló una presión arterial extremadamente alta y finalmente sufrió un accidente cerebrovascular isquémico en el tálamo, un área crucial del cerebro para la percepción sensorial y el movimiento.

    Un cuadro clínico grave 

    Al ingresar al hospital, la presión arterial del hombre era de 254/150 mm Hg, un nivel considerado peligrosamente alto. Sus síntomas incluían debilidad y entumecimiento en el lado izquierdo del cuerpo, junto con dificultades para mantener el equilibrio, caminar, tragar y hablar, un conjunto de problemas conocido como ataxia.

    Los médicos le recetaron medicamentos para controlar la presión, que inicialmente bajó. Sin embargo, una vez en casa, su presión arterial se mantuvo persistentemente alta a pesar de intensificar el tratamiento farmacológico. 

    La pieza clave del rompecabezas llegó con más preguntas sobre su estilo de vida. "Tras más preguntas, reveló que bebía una media de 8 bebidas energéticas al día, cada una de las cuales contenía 160 mg de cafeína, lo que sumaba una ingesta diaria de 1200-1300 mg de cafeína: la ingesta diaria máxima recomendada es de 400 mg", detallan los autores del informe.

    Se le pidió que abandonara por completo el hábito. El resultado fue inmediato: su presión arterial volvió a la normalidad y ya no necesitó medicación. No obstante, el daño neurológico fue permanente; no recuperó la sensibilidad completa en su lado izquierdo.

    La cafeína "oculta" y la falta de conciencia sobre el riesgo

    Los médicos señalan que la falta de conciencia del hombre sobre el peligro no es sorprendente. "La falta de conciencia del hombre sobre los riesgos cardiovasculares potenciales asociados con el consumo excesivo de bebidas energéticas probablemente no sea sorprendente, ya que generalmente no se los considera un riesgo potencial de enfermedad cardiovascular", explican. 

    Añaden que, aunque en 2018 algunos supermercados del Reino Unido prohibieron su venta a menores de 16 años para combatir la obesidad y la caries, se han explorado menos sus riesgos cardiovasculares, incluidos los derrames cerebrales.

    El peligro no reside solo en la cafeína declarada. "Esta cantidad declarada es 'cafeína pura', pero otros ingredientes contienen 'cafeína oculta'; por ejemplo, se cree que el guaraná contiene cafeína al doble de concentración que un grano de café", advierten. 

    Además, sustancias como la taurina, el ginseng y la glucuronolactona pueden potenciar los efectos de la cafeína, aumentando el riesgo de problemas cardiovasculares a través de múltiples mecanismos.

    Un llamado a la regulación y la precaución

    Si bien una bebida energética promedio contiene unos 80 mg de cafeína por porción de 250 ml (comparado con 90 mg en un café), algunas pueden contener hasta 500 mg en una sola lata. Los autores del informe, aunque reconocen que su evidencia se basa en un solo caso, hacen un llamado a la acción. 

    Subrayan la alta mortalidad asociada a los derrames cerebrales y los efectos adversos bien documentados de las bebidas azucaradas.

    Concluyen que "una mayor regulación de las ventas de [bebidas energéticas] y las campañas publicitarias (que a menudo están dirigidas a edades más tempranas) podrían ser beneficiosas para la futura salud cerebrovascular y cardiovascular de nuestra sociedad". 



    Más noticias de Cardiovascular