La gripe podría desencadenar infartos e ictus en las semanas posteriores a la infección, según estudio

El virus incrementa el riesgo cardiovascular y puede provocar complicaciones graves más allá de la neumonía, especialmente en población vulnerable.

Laura Guio

    La gripe podría desencadenar infartos e ictus en las semanas posteriores a la infección, según estudio

    La gripe ha vuelto a circular con fuerza este invierno y, aunque para muchos solo significa unos días de malestar, los expertos advierten que puede derivar en complicaciones graves que van mucho más allá de la neumonía.

     Entre los riesgos menos conocidos se encuentran los accidentes cardiovasculares, que aumentan significativamente en las semanas posteriores a contraer el virus.

    Mayor riesgo cardiovascular tras la infección

    El doctor Fernando Moraga-Llop, portavoz de la Asociación Española de Vacunología, subraya un dato que muchas personas desconocen: la vacuna de la gripe protege y disminuye el riesgo de sufrir infartos o ictus, fundamentalmente en el año siguiente a tener la enfermedad, pero sobre todo en el periodo más inmediato después de padecerla.

    Álvaro Morán Bayón, coordinador del Grupo de Trabajo de Infecciones de SEMERGEN, confirma que se ha demostrado que las semanas siguientes a tener gripe aumenta en gran medida la probabilidad de sufrir un infarto o un ictus. Además, el virus puede provocar inflamación a nivel del corazón, causando miocarditis y pericarditis.

    Complicaciones en grupos vulnerables

    Según el Ministerio de Sanidad, las principales complicaciones incluyen neumonía, otitis, sinusitis y el empeoramiento de enfermedades crónicas de base. En casos menos frecuentes pero graves, pueden aparecer encefalitis o el síndrome de Reye en población infantil.

    Los diabéticos representan un grupo de alto riesgo particular. En estas personas, la gripe es responsable de descompensaciones con aparición de episodios de hiperglucemia, añadiendo un factor de riesgo más al cardiovascular.

    Quienes tienen mayor riesgo de complicaciones y mortalidad son los prematuros hasta los 24 meses, las personas mayores, los inmunodeprimidos o con enfermedades crónicas, y las embarazadas.

    Difícil diferenciación con otros virus

    Los expertos reconocen que las infecciones que ocurren en el periodo invernal producen síntomas muy parecidos. Este año predominan la tos, la congestión nasal, el malestar general, el dolor de garganta y la fiebre.

    "Cuando estamos ante un paciente con estos síntomas no podemos diferenciar qué tipo de infección es", explica Morán Bayón. La forma de saberlo son las pruebas de virus, ahora accesibles en todas las farmacias, especialmente importante en casos de ingreso y cuadros más graves.

    Medidas de prevención

    Aparte de la vacunación, que los especialistas consideran la herramienta más eficaz, se recomienda el lavado frecuente de manos, el uso de mascarillas en caso de síntomas o en lugares cerrados concurridos, la ventilación adecuada en espacios públicos y quedarse en casa si se presentan síntomas.

    Los expertos recuerdan que es posible contagiarse incluso estando vacunado, ya que la efectividad de la vacuna varía cada año dependiendo de la concordancia con el virus circulante. Sin embargo, la vacunación reduce significativamente el riesgo de cuadros graves, hospitalizaciones y mortalidad.


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