Los cinco síntomas más comunes de un ACV y por qué no debes esperar para ir al hospital, según neurólogo

El ACV es una emergencia médica causada por la interrupción del flujo sanguíneo al cerebro, ya sea por una obstrucción (isquémico) o por la ruptura de un vaso (hemorrágico).

Katherine Ardila

    Los cinco síntomas más comunes de un ACV y por qué no debes esperar para ir al hospital, según neurólogo

    Los accidentes cerebrovasculares (ACV) son una de las principales causas de discapacidad y muerte en todo el mundo, un riesgo que ha ganado relevancia pública tras conocerse casos en figuras como Donald Glover, Hailey Bieber y Jamie Foxx. 

    Por eso, la identificación temprana es vital para salvar vidas y minimizar secuelas.

    El Dr. Gurutz Linazasoro, neurólogo del Hospital Policlínica Gipuzkoa, ha explicado a Hello Magazine la urgencia de reconocer las señales de alarma. La rapidez en la reacción, subraya, puede ser determinante entre un pronóstico favorable y daños cerebrales graves o el fallecimiento.

    ¿Qué es un ACV y por qué ocurre?

    "El accidente cerebrovascular (ictus) es un evento en el cual una arteria o vaso sanguíneo cerebral se rompe o se bloquea, interrumpiendo el flujo sanguíneo y provocando daño cerebral", precisó Linazasoro.

    La hipertensión arterial se señala como la causa más frecuente. No obstante, el cuadro se completa con otros factores de riesgo como malformaciones arteriovenosas, traumatismos craneoencefálicos, el envejecimiento natural y los trastornos de la coagulación. 

    El uso de anticoagulantes y el deterioro arterial propio de la edad aumentan la vulnerabilidad, haciendo indispensables los controles médicos periódicos para quienes los presentan.

    Existen dos tipos principales de ACV:

    El hemorrágico, o hemorragia cerebral, resulta de la ruptura de una arteria. El isquémico, en cambio, se produce por la obstrucción de una arteria, lo que impide la llegada de sangre a una zona específica del cerebro. 

    Aunque comparten factores de riesgo como la hipertensión y el tabaquismo, sus tratamientos son distintos.

    Esta definición es respaldada por información de la Harvard Health Publishing, que también describe el ACV como una emergencia por la interrupción repentina del suministro de sangre al cerebro.

    Los cinco síntomas que exigen acción inmediata

    Reconocer las señales a tiempo es la clave. El Dr. Linazasoro detalló los cinco signos críticos que nunca deben subestimarse:

    • Dolor de cabeza repentino e intenso, diferente a cualquier dolor previo.
    • Pérdida abrupta de la capacidad de hablar o comprender el lenguaje.
    • Debilidad o parálisis en un lado del cuerpo.
    • Dificultad para caminar, pérdida del equilibrio o coordinación.
    • Entumecimiento o una sensación de hormigueo en alguna parte del cuerpo.

    El especialista insistió en que la aparición de cualquiera de estos síntomas requiere acudir de inmediato a un centro médico, ya que la rapidez es crucial para el pronóstico. Cada minuto cuenta, ya que el tejido cerebral se deteriora rápidamente sin flujo sanguíneo.

    Secuelas y la rehabilitación

    Ahora bien, las consecuencias de un ACV dependen de la gravedad del daño, el tiempo hasta la atención y el área cerebral afectada. 

    Entre las secuelas más habituales se encuentran la debilidad o parálisis en partes del cuerpo, dificultades en el habla (afasia), problemas cognitivos como alteraciones de memoria y atención, pérdida de sensibilidad, problemas visuales, inestabilidad emocional y dolor crónico.

    La recuperación suele ser un proceso prolongado que requiere un enfoque integral. La recuperación frecuentemente es prolongada y requiere un enfoque multidisciplinario, con fisioterapeutas, logopedas y psicólogos. 

    La rehabilitación desempeña un papel vital en mejorar la calidad de vida y ayudar a recuperar capacidades perdidas, subrayó Linazasoro.

    Diagnóstico, tratamiento y la importancia de la prevención

    El abordaje médico varía según el tipo, localización y gravedad del ACV. El Dr. Linazasoro destacó que en algunos casos es necesaria neurocirugía para drenar hematomas o procedimientos como la embolización para detener un sangrado. 

    Paralelamente, el control estricto de factores de riesgo como la presión arterial y el colesterol es fundamental, junto con terapias de rehabilitación física y cognitiva.

    Tanto el neurólogo como Harvard Health Publishing coinciden en la necesidad del diagnóstico temprano mediante estudios de imagen como la tomografía computarizada o la resonancia magnética.

    Finalmente, "llevar un estilo de vida saludable, controlar la presión arterial, evitar el tabaco y realizar chequeos médicos regulares son fundamentales para disminuir el riesgo", recomendó el Dr. Linazasoro. 



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