En estas fechas, el riesgo de sufrir un infarto aumenta un 15 % en comparación con el resto del año, siendo el 25 de diciembre el día con mayor incidencia.
Las fiestas de Navidad y Año Nuevo son momentos de alegría y celebración, pero también son una de las épocas del año en las que los problemas cardíacos, como los infartos de miocardio, los accidentes cerebrovasculares y las arritmias, aumentan de manera significativa.
Varios factores contribuyen a este incremento en las emergencias cardíacas, y los expertos alertan sobre los riesgos de no tener en cuenta la salud del corazón durante este período festivo.
El aumento de los problemas cardíacos en esta temporada se debe a una combinación de factores, tales como el consumo excesivo de alcohol, el estrés elevado, los cambios en la dieta y las alteraciones en los hábitos de ejercicio.
El cardiólogo Nick Ruthmann de la Clínica Cleveland explica que uno de los principales culpables es el consumo de alcohol, que puede alterar el ritmo del corazón y desencadenar arritmias, como la fibrilación auricular.
Esta condición hace que las cavidades del corazón latan de forma desorganizada, lo que reduce su eficiencia y aumenta el riesgo de formación de coágulos que pueden viajar al cerebro y causar un ictus.
De igual forma, el alcohol también afecta al ritmo cardíaco, puede disminuir la eficacia del corazón al obligarlo a latir más rápido para compensar el desfase entre las cavidades del corazón.
Este desorden en el latido puede llevar a que la sangre se estanque, lo que facilita la formación de coágulos, incrementando así las probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular.
El fenómeno conocido como "síndrome del corazón en vacaciones" está directamente relacionado con el aumento de la fibrilación auricular.
Este trastorno del ritmo cardíaco es más frecuente cuando las personas consumen alcohol en exceso, pero también puede verse favorecido por otros factores comunes durante las fiestas, como el aumento de la sal en la dieta, la interrupción de la rutina de ejercicios, el estrés y el insomnio.
La fibrilación auricular interrumpe los latidos normales del corazón, lo que aumenta el riesgo de insuficiencia cardíaca y de sufrir un ictus.
Aunque muchas personas no notan los síntomas de la fibrilación auricular, como palpitaciones, mareos o falta de aire, es fundamental estar alerta.
En algunos casos, puede pasar desapercibida hasta que desencadena complicaciones graves.
Estudios han demostrado que los infartos de miocardio son más frecuentes entre Navidad y Año Nuevo, con un pico máximo de casos en Nochebuena. En estas fechas, el riesgo de sufrir un infarto aumenta un 15 % en comparación con el resto del año, siendo el 25 de diciembre el día con mayor incidencia.
Este aumento puede explicarse por varios factores, como el estrés emocional asociado a las festividades, el consumo elevado de alimentos salados y grasos, y el consumo excesivo de alcohol. Además, muchas personas evitan ir al médico durante las fiestas, lo que puede agravar la situación.
El infarto ocurre cuando una obstrucción en las arterias bloquea el flujo sanguíneo hacia el corazón, lo que puede dañar el músculo cardíaco. Este daño puede provocar cambios en el ritmo del corazón, como la fibrilación auricular, creando un ciclo peligroso de complicaciones.
Los expertos advierten que la falta de atención médica oportuna durante este período puede resultar en consecuencias fatales.
Además de los factores relacionados con la fibrilación auricular, el aumento del estrés durante las fiestas también juega un papel clave.
La tensión emocional, sumada a la acumulación de responsabilidades y expectativas durante las celebraciones, puede provocar un aumento en los niveles de presión arterial y una mayor liberación de hormonas del estrés, como el cortisol, lo que a su vez aumenta el riesgo de sufrir un infarto.
El hecho de que las personas se desconecten de sus rutinas saludables, como la actividad física, durante las fiestas también es un factor de riesgo importante. La falta de ejercicio contribuye al aumento de peso, la desregulación del colesterol y otros problemas metabólicos que afectan negativamente la salud cardiovascular.
Las señales de un infarto de miocardio incluyen dolor en el pecho, dificultad para respirar, sudoración excesiva, mareos y dolores en otras partes del cuerpo, como la mandíbula, el cuello, los brazos o el estómago. Las mujeres, en particular, pueden experimentar síntomas menos típicos, como falta de aire, dolor en la mandíbula o náuseas.
Es importante no ignorar estos síntomas y buscar atención médica de inmediato.
Por otro lado, los síntomas de la fibrilación auricular incluyen palpitaciones, latidos irregulares, mareos, fatiga y dificultad para respirar. En muchos casos, esta condición puede no presentar síntomas evidentes, por lo que las personas con mayor riesgo deben estar más vigilantes.
Para reducir los riesgos para la salud cardiovascular durante las festividades, los expertos recomiendan seguir hábitos saludables. Esto incluye comer con moderación, evitar el consumo excesivo de alcohol y alimentos procesados, y priorizar una dieta equilibrada rica en frutas, verduras y grasas saludables.
Mantener una rutina de ejercicio físico, aunque sea moderada, también es crucial para la salud del corazón. Además, descansar adecuadamente y evitar el estrés son factores clave para mantener el corazón saludable.
Las personas que viajan deben asegurarse de llevar consigo suficientes medicamentos y asegurarse de tener acceso a atención médica en caso de emergencias.
Es importante también estar alerta a los síntomas de advertencia de problemas cardíacos y no esperar a que pasen las fiestas para buscar atención médica si se presentan estos síntomas.
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