Las altas temperaturas han cobrado 1.180 vidas entre mayo y julio, según datos del Ministerio de Sanidad, lo que representa un incremento dramático del 900% comparado con las 114 muertes registradas en el mismo período de 2024.
El golpe de calor se ha consolidado como una de las principales amenazas sanitarias del verano. Esta condición médica grave ocurre cuando la temperatura corporal se eleva rápidamente y el organismo pierde su capacidad de autorregulación, pudiendo causar daños irreversibles en órganos vitales.
Con el cambio climático, las olas de calor ya no se limitan a los meses tradicionales de julio y agosto, registrándose episodios extremos incluso en mayo y septiembre.
El cuerpo humano solo tolera pequeñas variaciones térmicas, y las temperaturas superiores a 40 grados pueden alterar gravemente el funcionamiento del organismo.
Rosa Pérez, enfermera de emergencias de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias, explica que los signos característicos incluyen piel caliente y seca, pérdida de la capacidad de sudoración y enrojecimiento facial. Además, se presentan:
Mareos y confusión
Dolor de cabeza intenso
Náuseas y vómitos
Aturdimiento y fatiga extrema
Sensación de desmayo o pérdida de conciencia
Los especialistas identifican dos tipos de manifestación del golpe de calor. Los casos agudos se presentan de forma súbita, típicamente en trabajadores expuestos al sol durante las horas centrales del día, pudiendo provocar desmayos o pérdida brusca de conciencia.
Por otro lado, los casos progresivos se desarrollan gradualmente en espacios cerrados mal ventilados o sin aire acondicionado, donde el deterioro por calor avanza de manera más lenta pero igualmente peligrosa.
Los adultos mayores de 80 años constituyen el grupo más vulnerable, según José María Gómez-Reino, geriatra del Hospital Quirónsalud Torrevieja. "Son pacientes pluripatológicos que padecen múltiples enfermedades crónicas y toman varios medicamentos", explica. Con la edad, el receptor cerebral del centro termorregulador se altera y pierden la sensación de sed.
Pérez destaca un perfil especialmente preocupante: "La vulnerabilidad tiene cara de mujer mayor sola", subrayando la importancia de las visitas y el apoyo social.
Los niños menores de 4 años, especialmente los lactantes, también requieren atención especial. Ignacio Manrique, coordinador del Comité de Soporte Vital de la Asociación Española de Pediatría, advierte que "su sistema de regulación térmica es inmaduro y dependen completamente de los adultos".
Los expertos coinciden en que la prevención es fundamental y recomiendan:
Horarios y espacios seguros:
Evitar salir entre las 12:00 y las 16:00 horas
Buscar sombra y cubrirse la cabeza cuando sea necesario salir
Ventilar adecuadamente el hogar
Cerrar persianas durante el día y abrir ventanas por la noche
Hidratación y alimentación:
Beber agua regularmente, incluso sin sed
Evitar comidas calóricas, calientes o copiosas
Consumir alimentos con alto contenido en agua como frutas y sopas frías
Refrescar el cuerpo con agua regularmente
Cuando la temperatura corporal alcanza los 42°C durante más de 30-60 minutos, se considera un golpe de calor severo con riesgo vital inmediato. Los pasos a seguir son:
Trasladar a la persona a un lugar fresco y sombreado
Aplicar agua en brazos y cabeza
Si está consciente, ofrecer agua fresca
Si no mejora o pierde la conciencia, colocarla en posición lateral de seguridad y llamar al 112
Rosa Pérez enfatiza que, aunque más hogares cuentan con aire acondicionado, "es una vulnerabilidad social que también se tendría que prevenir", haciendo un llamado a las autoridades para abordar esta crisis como un problema de salud pública que requiere intervención inmediata.